Indecisión: definición, ejemplos y cómo superarla

Indecisión: definición, ejemplos y cómo superarla

¿Qué es la indecisión? Descubre el significado y las causas de la indecisión y descubre estrategias prácticas que te pueden ayudar a ser más decidido.

Independientemente de lo que no puedas decidir, la indecisión puede ser frustrante y estresante. En este artículo, analizaremos qué es la indecisión y sus implicaciones psicológicas. También profundizaremos en las causas de la indecisión y examinaremos estrategias que te ayudarán a tomar decisiones con mayor facilidad.

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¿Qué es la indecisión? (Una definición)

Con tantas opciones para todo, decidir qué opción se adapta a nuestras necesidades puede resultar abrumador. Es normal sentirse así de vez en cuando. Sin embargo, si a menudo nos cuesta tomar decisiones, podemos sentirnos ansiosos o abrumados cada vez que tenemos que elegir algo.

La indecisión es la dificultad generalizada para tomar decisiones satisfactorias (Appel, Englich y Burghardt, 2021). Cuando somos indecisos, evaluamos y reevaluamos el mismo conjunto de información. Podemos pasar mucho tiempo sopesando los pros y los contras de cada opción, solo para quedar paralizados por ellas. Como demoramos nuestra toma de decisiones hasta que es casi demasiado tarde, podemos vernos obligados a elegir algo al final o dejar que alguien más lo elija por nosotros.

A veces nos sentimos satisfechos con esa decisión, pero muchas veces no lo estamos, por lo que nos obsesionamos con preguntas que comienzan con “¿qué pasaría si…?” mientras ignoramos otras situaciones y tareas en las que deberíamos centrarnos. Para entender el impacto de la indecisión, veamos qué sucede cuando no nos cuesta tomar decisiones.

Lo opuesto a la indecisión

¿Conoce a alguien que nunca parece tener problemas para elegir una opción con la que esté satisfecho? Estas personas pueden llegar a una decisión o una solución a un problema de forma rápida y sencilla. Además, incluso si cometen errores en este proceso o su decisión no conduce a un resultado deseado, no se dejan intimidar por ello. A estas personas las llamamos decididas y resueltas. Pero ¿qué significa realmente ser decisivo?

La capacidad de decisión es la capacidad de evaluar la información disponible y tomar una decisión oportuna. Ser decisivo permite a las personas eliminar la frustración y la ansiedad asociadas con la toma de decisiones y les da tranquilidad. También significa que estas personas pueden centrar su atención en otros asuntos. Este cambio de energía mental, a su vez, les permite alcanzar sus objetivos con menos distracciones y errores. En otras palabras, las personas decididas tienden a estar menos estresadas y más satisfechas consigo mismas y con sus decisiones. También pueden sentirse más exitosas y tener mayor confianza en sí mismas como resultado.

Indecisión y psicología

Todos somos diferentes en la forma en que tomamos decisiones y en si nos consideramos capaces de elegir opciones satisfactorias. Algunos confiamos en nuestras habilidades para tomar decisiones y otros no. No es de extrañar que algunos expertos crean que la indecisión es un rasgo de personalidad desadaptativo o disfuncional que se correlaciona con la ansiedad, la depresión y otros trastornos (Lauderdale, Martin y Moore, 2019). Analicemos algunos aspectos psicológicos de la indecisión.

¿Es la indecisión un trastorno?

Lo primero que debemos tener en cuenta con respecto a la indecisión es qué significa para nuestra salud mental. Por lo general, no consideramos que la indecisión sea un trastorno psiquiátrico. Sin embargo, una incapacidad extrema para tomar decisiones, llamada aboulomanía, puede afectar gravemente la capacidad de una persona para desenvolverse en la vida cotidiana. Mientras que una persona con indecisión ocasional puede tomar algunas decisiones con facilidad, las personas con aboulomanía pueden sentirse ansiosas por cada decisión que deban tomar.

Aunque la indecisión no se considera un trastorno psiquiátrico, es un síntoma de ciertas afecciones, como el trastorno depresivo mayor, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo o TOC (Lauderdale, Martin y Moore, 2019). Pero ¿por qué la indecisión es tan frecuente en ciertas afecciones psiquiátricas?

Los neurobiólogos consideran que la toma de decisiones es un proceso de dos pasos: valoración y elección. En el paso de valoración, el individuo determina cuánto puede ganar con cada opción. Esta tarea se lleva a cabo principalmente en una zona del cerebro conocida como corteza prefrontal ventral (Lebreton y López-Persem, 2022). En el paso de elección, que se produce cerca de la corteza prefrontal dorsal, el individuo elige la opción que ofrece el mejor valor (Lebreton y López-Persem, 2022). Por tanto, cualquier trastorno que afecte a estas áreas puede alterar la toma de decisiones. Analicemos algunas de las afecciones asociadas a la indecisión.

Indecisión y depresión

La indecisión es tan común en pacientes con depresión que está incluida como un síntoma del trastorno depresivo mayor en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), que es el manual utilizado por los profesionales de la salud mental para diagnosticar trastornos mentales (American Psychiatric Association, 2013).

Pero ¿por qué las personas con depresión tienen dificultades para tomar decisiones? Puede haber una multitud de razones. Por ejemplo, cuando las personas están deprimidas, pueden sentir que ya nada importa. Por lo tanto, es posible que no se sientan particularmente atraídas por una u otra opción. Esta indiferencia, sumada a la desesperanza, puede llevar a la pasividad en la toma de decisiones (Leykin, Roberts y DeRubeis, 2011).

Otra razón podría ser la falta de voluntad de las personas deprimidas para afrontar las consecuencias desagradables que puede acarrear tomar una decisión equivocada. En otras palabras, podrían estar evitando todo aquello que pueda aumentar sus emociones negativas. Esto parece ser cierto en el caso de las elecciones arriesgadas, como se demostró en un estudio en el que se pidió a los participantes que apostaran a una caja con probabilidades de ganar conocidas. Aunque los sujetos deprimidos no diferían de los demás en la frecuencia con la que elegían la caja ganadora, tardaban mucho más en hacerlo y apostaban cantidades menores, lo que pone de relieve su aversión a los posibles fracasos (Murphy et al., 2001).

Indecisión y ansiedad

¿Alguna vez has tenido problemas para tomar una decisión cuando te sentías ansioso? Esto se debe a que el vínculo entre la indecisión y la ansiedad es un fenómeno bidireccional. No solo se sabe que tomar una decisión induce ansiedad, sino que sentirse ansioso también puede impedir que te comportes de manera decisiva. Esta regulación de doble cara podría deberse a la alta conectividad de la corteza prefrontal con la amígdala, que es la región del cerebro que media el miedo y la ansiedad. De hecho, un conjunto de evidencias sugiere que los cambios en el circuito de la amígdala y la corteza prefrontal desempeñan un papel en la indecisión y la ansiedad (Hartley y Phelps, 2012).

Cuando te sientes ansioso, es posible que sientas que no eres capaz de pensar con claridad. También es posible que tengas menos confianza en cómo evaluaste las opciones. De manera similar, cuando estás tomando una decisión difícil, la importancia de la situación puede estresarte y puedes sentir ansiedad por cometer un error. Además, si ya estás ansioso y tienes que tomar una decisión importante, es posible que te encuentres en un círculo vicioso de ansiedad e indecisión.

Indecisión y TOC

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por un orden excesivo, pensamientos irracionales y miedos infundados que resultan en acciones compulsivas, como limpiar repetidamente la misma superficie o parte del cuerpo o tener dificultad para tolerar la incertidumbre. La mayoría de las personas obsesivo-compulsivas también muestran una marcada incapacidad para la toma de decisiones. Los estudios de imágenes funcionales han vinculado las anomalías funcionales en la corteza orbitofrontal (Nielen et al., 2002) y la conectividad entre la corteza orbitofrontal y los ganglios basales (el área cerebral que controla la planificación y ejecución de movimientos y conductas) con un papel en estos pacientes (Cavedini, Gorini y Bellodi, 2006).

Un grupo de investigadores investigó las características de toma de decisiones de pacientes con TOC no medicados en relación con sujetos de control. Descubrieron que los individuos con TOC se desempeñaban de manera similar a los controles cuando los riesgos eran evidentes, pero no cuando los riesgos eran inciertos, cuyo grado se correlacionaba con la gravedad de sus síntomas de TOC (Pushkarskaya et al., 2015). En otras palabras, la incapacidad para lidiar con la incertidumbre puede ser una razón por la que a estos individuos les puede resultar difícil tomar ciertas decisiones.

¿Qué causa la indecisión?

Hasta ahora hemos hablado de las raíces neurológicas y psiquiátricas de la indecisión. A veces, la indecisión se debe a que hay demasiadas opciones que considerar, como cuando se recorren los estantes de un supermercado en busca de aliños para ensaladas y hay al menos cincuenta botellas diferentes para elegir. Sin embargo, la incapacidad para tomar decisiones también tiene que ver con nuestra educación y la sociedad a la que pertenecemos. Por ejemplo, un estudio multinacional ha descubierto que los individuos japoneses mostraban una mayor indecisión que los participantes estadounidenses y chinos (Yates et al., 2010).

Causas tempranas de la indecisión
¿Y qué ocurre con la crianza? Los investigadores han descubierto que el trauma infantil altera los patrones de activación cerebral relacionados con la toma de decisiones. En pocas palabras, los adultos jóvenes que experimentaron niveles traumáticos de estrés durante su infancia no pudieron evaluar los riesgos asociados con las opciones, lo que a su vez obstaculizó su capacidad para tomar decisiones acertadas (Birn, Roeber y Pollak, 2017).

Sin embargo, no es necesario que hayas pasado por un trauma durante la infancia para acabar siendo indeciso en general; el estilo de crianza también puede ser un factor. No todos los niños crecen con la misma influencia parental. Algunos padres son estrictos (es decir, autoritarios), otros son permisivos y otros están en un punto intermedio. Las investigaciones han demostrado que crecer con padres estrictos se asociaba con la indecisión (Ferrari y Olivette, 1993). De manera similar, la crianza autoritaria parece perjudicar la capacidad de los adolescentes para decidir su trayectoria profesional (Kaur y Singh, 2019).

Para mí, estos hallazgos me afectaron de cerca. Mis padres tomaron la mayoría de las decisiones por mí cuando era niña. Durante muchos años me costó expresar mis opiniones sobre mis gustos y preferencias y me sentía más segura dejando las decisiones en manos de otras personas. En resumen, cuando la gente me hacía preguntas como “¿Qué emisora ​​quieres escuchar?” o “¿Dónde quieres almorzar?”, yo solía responder con “No sé, ¿qué quieres?”, incluso cuando sabía…