Muchos de nosotros pagamos felizmente por joyas mágicas, pero es igualmente cierto que las herramientas y los artículos «encontrados» pueden ser igual de maravillosos. Dé un paseo para encontrar una herramienta, ya sea en un área densamente boscosa, en una calle del centro de la ciudad o en la orilla del océano. Deje sus dispositivos electrónicos en el bolsillo y, mientras camina, ábrase a las sensaciones. Esté atento a los elementos, formas, sonidos o cualquier cosa que le hable. Repite este mantra: El mundo está lleno de poder, ¿Esa rama caída tiene la forma perfecta para una varita o una campana? ¿Podrían prensarse, secarse y usarse esos pedazos de corteza de abedul como papel para escribir hechizos? ¿Esas hierbas, que crecen salvajes y feroces a través de una grieta en la acera, producirían un poderoso aceite mágico? ¿Podría usarse esa concha para quemar incienso? ¿Podrían esas piedras perfectamente redondas convertirse en una herramienta de adivinación? Encuentra tu herramienta, límpiala, cárgala y atesórala para siempre. |