Volvamos a un momento en el que su hijo compartió una historia que no era la suya y estaba desconectado de esa situación presente. Date el lujo de un breve sueño. Primero, concéntrate en el adorable y precioso rostro de tu hijo. A continuación, completa la escena que acabas de imaginar. Incluya las palabras o la historia que compartió y la historia escrita que presentó su hijo.
Ahora, examinemos las razones por las que un niño con trastorno del espectro autista (TEA) escribe el guión de las historias de otros.
Muchos de ustedes que están criando a un niño con autismo han experimentado este momento. Intenta tener una conversación conectada, o tal vez solo una palabra o frase. Sientes que el momento se te escapa cuando tu hijo comparte el guión de una película favorita o una frase en lugar de conectarse contigo. «Sentir» es la palabra clave en este escenario. Puede “sentirse” desconcertado por el repentino cambio de atención, determinado por su deseo de obtener una respuesta conectada y/o frustrado por su plan poco claro sobre cómo lograr que esto suceda.
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Fuera lo prestado y dentro una nueva historia
Como patóloga del habla y el lenguaje con 40 años de experiencia, mi apasionada misión es compartir algunos consejos y estrategias comprobados que pueden ayudar a hacer realidad esta conexión. Cuando comparto este mensaje en mi oficina, normalmente recibo miradas en blanco de los padres, ya que a menudo tienen problemas para imaginarlo. Luego, nos ponemos manos a la obra. Poco a poco, puedo ver esa mirada lejana reemplazada por una mirada de empoderamiento, una mirada que dice: “¡Lo tengo! ¡Tengo un plan que puedo usar para ayudar a crear conversaciones cada vez más conectadas! ¡Te diré ahora que esa mirada empoderada en los ojos de los padres es mi mayor recompensa profesional!
Los guiones pueden comenzar a desaparecer con un primer paso hacia la creación de un pensamiento original. La forma más sencilla es darle opciones a su hijo en todas las situaciones. ¡En ese momento de elección, ocurre la magia! Su hijo es dueño de esa decisión. Él/ella tiene que conectar esa elección con una imagen de pensamiento real en su mente. Recuerde, pensamos en imágenes, no en palabras. Estas imágenes de pensamientos internos se convierten en nuestra expresión externa en forma de palabras.
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Un mensaje importante en este momento es darle tiempo a su hijo para pensar. Todos necesitamos tiempo para mostrar nuestro mejor trabajo; su hijo no es diferente.
Paso 1: Siempre dé opciones en todas las situaciones. Y déle tiempo a su hijo para que elija:
«¿Quieres uvas o rodajas de manzana?»
Paso 2: Sepa que una elección se convierte en una imagen mental, que se transforma en la expresión de palabras originales. Su hijo piensa en las dos imágenes y fija una con más firmeza en su mente como la imagen personal más fuerte.
A continuación, sepa siempre que hablamos de lo que hacemos. Ésta es la esencia de todas las conversaciones. Su hijo es dueño de esa imagen mental en su cabeza, por lo que es hora de interactuar con ella. Haga avanzar la historia con una sugerencia de lo que puede suceder. Aquí hay otro momento mágico. Las frases principales son:
“¿Qué tal…”, “Tal vez…”, “Me pregunto…” Nuevamente, su hijo necesita elegir una de sus sugerencias y ahora aparece una pequeña película interactiva en su paisaje mental. ¡Recuerde siempre que su hijo lo piensa, lo reconoce y lo dice!
Paso 3: Haga una sugerencia sobre qué hacer con la elección que se ha hecho. Dale tiempo a tu hijo para que elija una sugerencia para seguir adelante:
“¿Qué tal si ponemos unas uvas en un bol?”
Etapa 4: Observe cómo se desarrolla la historia de acción de su hijo. Sea el narrador que pone la historia en palabras:
“¡Vaya, recogiste uvas y pusiste algunas en tu plato favorito!
Con el tiempo, al utilizar estos cuatro pasos/estrategias, su hijo puede comenzar a tomar decisiones más personales e interactuar más con los resultados de estas decisiones. También verá cómo comienza la narrativa personal de su hijo como una consecuencia natural de su organización interna de pensamiento. Ahora comenzarás a interactuar con su historia con comentarios naturales. ¡Nace la belleza de una conversación real!
Ahora, simplemente continúa el proceso de pensamiento personal ofreciendo una frase abierta:
«Veamos… qué puedes hacer a continuación».
Paso 5: Las elecciones y las interacciones de su hijo con ellas comenzarán a suceder por sí solas. Continúe la historia compartiendo: «Veamos… qué puedes hacer a continuación». ¡Esta es una excelente línea de apertura para una conversación significativa! Se produce un proceso importante a medida que su hijo realiza múltiples acciones secuenciadas. Una película de larga duración ocurre en la mente y las historias se hacen más largas. ¡A todos nos encanta eso!
Paso 6: Siempre sepa que puede ser el narrador hasta que su hijo asuma naturalmente el papel.
Hola conversaciones reales, ¡adiós guiones! Puede impulsar sistemáticamente a su hijo hacia el pensamiento personal y el intercambio verbal real siguiendo estos sencillos pasos. Usted tiene un plan y su hijo tiene su propia historia que contar; no es necesario volver a contar una conversación sobre una película almacenada desde una fuente externa.
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Disfrute el viaje y aprecie las conversaciones. ¡De esto está hecha la vida!
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Este artículo apareció en el número 65: Transiciones de regreso a clases
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