Gestión de impresiones (definición + consejos) –

La forma en que nos presentamos juega un papel importante en la configuración de nuestra vida personal y profesional. La forma en que nos vestimos, las historias que contamos e incluso las fotos que elegimos compartir en las redes sociales son decisiones que contribuyen a cómo nos perciben los demás. Pero ¿alguna vez te has detenido a pensar en la ciencia y la estrategia detrás de estas opciones?

La gestión de impresiones es la forma en que las personas intentan moldear lo que los demás piensan de ellas. Es como mostrar tu mejor lado o encajar en un grupo de trabajo o con amigos.

Conozcamos sus orígenes, sus implicaciones y su innegable relevancia en el dinámico mundo actual.

Comprender la gestión de impresiones

Imagina que estás armando un rompecabezas. Cada pieza representa una parte de quién eres: tus pasatiempos, tus sueños, tus peculiaridades e incluso tus comidas favoritas.

Ahora, imagina que estás mostrando este rompecabezas a diferentes grupos de personas: tu familia, tus amigos o un posible empleador.

¿Les presentarías a todos el mismo cuadro completo? Probablemente no. Ajustarías algunas piezas, enfatizando ciertos aspectos y quizás minimizando u ocultando otros. Esta «disposición de rompecabezas» de la vida real se parece mucho a la gestión de impresiones.

Básicamente, teoría del manejo de impresiones se trata de moldear cómo te perciben. Es como ser director de tu propia película y decidir qué escenas incluir para audiencias específicas.

Si tiene éxito, la persona gana valor social positivo y conformidad de opinión, lo que significa que todos en una audiencia particular (ya sea trabajo, familia, amigos u otros) tienen la misma imagen de usted.

Ahora bien, esto no significa no ser auténtico; se trata simplemente de reconocer y responder a las señales sociales.

En la era digital, la gestión de impresiones va más allá de las interacciones cara a cara. Considere sus perfiles de redes sociales. Probablemente tengas esa foto perfecta de tus recientes vacaciones como foto de perfil.

O tal vez compartiste un artículo sobre una causa que te importa profundamente. Cada publicación, cada me gusta e incluso cada acción compartida es una elección que usted toma para gestionar cómo lo perciben los demás en línea. Estas decisiones influyen en su imagen pública online, una parte moderna de la marca personal.

Comprender la gestión de impresiones no se trata sólo de saber cómo dar lo mejor de sí. También se trata de comprender por qué la gente lo hace y los mecanismos psicológicos detrás de ello.

Desempeña un papel fundamental en entrevistas de trabajo, primeras citas y situaciones cotidianas. Reconocerlo puede hacerte más consciente de tus acciones y de cómo afectan tus relaciones.

A estas alturas, quizás estés pensando: «Entonces, ¿todos hacemos esto en cierta medida?». Si, absolutamente. Es una parte inherente de la naturaleza humana. Y a medida que continúe leyendo, comprenderá sus contextos más amplios, sus raíces históricas y cómo puede utilizarlo de manera eficaz en su vida.

Gestión de impresiones en la historia.

Mucho antes del surgimiento de la psicología social moderna, los humanos eran conscientes de cómo se comportaban ante los demás. Cada época y civilización tiene sus propias costumbres, etiqueta y valores que guían el comportamiento.

Entonces, si bien el término «gestión de impresiones» puede parecer relativamente reciente, ¿el concepto? Es tan antiguo como la propia sociedad humana.

Pensar en antiguo Egipto. Los faraones a menudo eran representados en poses grandiosas, más grandes que todos los demás en jeroglíficos. Su postura, vestimenta y entorno fueron cuidadosamente elegidos.

Esto no era sólo arte; fue una declaración. Estos gobernantes no intentaban simplemente quedar bien. Tenían una motivación de impresión para mostrar su poder y conexión divina. Esta representación reforzó su autoridad y los distinguió de las masas.

Avanza un poco y encontrarás el Era del Renacimiento en Europa—una época de iluminación y redescubrimiento. Pintores como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel crearon hermosos retratos de sus sujetos. Pero había más en estas pinturas de lo que parecía.

Estos no eran sólo registros visuales; también eran herramientas para la gestión de la reputación. Una mujer noble, capturada en una pose sencilla con un paisaje de fondo, no estaba simplemente sentada para un cuadro. Estaba enviando un mensaje sobre su estatus, su virtud y su lugar en la sociedad. Ella también tenía una motivación de impresión.

No fue hasta el siglo XX que el mundo académico reconoció la teoría del manejo de impresiones. El campo de sociología Comenzó a investigar cómo los individuos desempeñaban roles en la sociedad y su entorno social.

Estos roles, al igual que los actores en un escenario, tenían guiones, accesorios y vestuario. Esta analogía teatral fue más que poética: fue una idea que ayudó a unir las prácticas antiguas con la comprensión moderna de la autopresentación.

Podrías pensar que administrar tu feed de Instagram o ensayar para una entrevista de trabajo es algo moderno. Pero recuerde: la gestión de impresiones existe desde que existe el ser humano. Siempre hemos querido controlar las impresiones que los demás tienen de nosotros. Ahora lo llamamos «autopromoción».

El concepto de gestión de impresiones

¿Alguna vez has sentido que la vida es un escenario y que todos somos solo actores interpretando nuestros papeles? Ésa es una perspectiva sociológica ideada por uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Erving Goffman era el nombre de ese pensador.

Goffman presentó al mundo un concepto que llamó enfoque dramatúrgico. Imagínese asistir a una obra de teatro. Los actores suben al escenario, interpretan sus papeles y utilizan accesorios, todo mientras el público observa.

A los ojos de Goffman, la vida cotidiana no es muy diferente. Todos realizamos una autopresentación, lo sepamos o no.

El mundo es nuestro escenario. ¿Los roles que desempeñamos? No se limitan sólo a «padre», «empleado» o «amigo». Son más detallados. Y estos roles guían nuestro comportamiento, moldeando cómo interactuamos y nos presentamos. Los roles son el proceso mediante el cual las personas controlan cómo los demás forman una imagen deseada.

Ahora, cuando esté con su familia, puede mostrar su lado afectuoso y cariñoso, como desempeñar el papel de un hermano o un niño cariñoso. Por el contrario, durante una reunión de negocios, destacarás tu profesionalismo y experiencia.

Aquí ha cambiado de roles: de miembro de la familia a profesional de negocios. Y con cada rol, hay diferentes comportamientos, expectativas y, sí, impresiones que gestionar. En otras palabras, presentarse de manera positiva para obtener aprobación o para obtener otros resultados deseados.

Goffman explicó esto usando los términos el escenario y detrás del escenario. El escenario frontal es donde ocurre la actuación. Es su pulida presentación durante la presentación de un cliente o su escucha atenta en una cita.

El backstage es el lugar donde los actores (o individuos) pueden ser ellos mismos. Es donde estás lejos de tu audiencia. Esta podría ser tu casa, donde te relajas con un cómodo pijama o los momentos de risa con amigos cercanos.

Pero aquí está el giro. Goffman enfatizó que incluso en estos momentos «auténticos» detrás del escenario, todavía está en juego cierto nivel de actuación.

Quizás eres el «divertido» de tu grupo de amigos, por lo que siempre estás buscando un buen chiste. O quizás eres el «hermano responsable» y siempre te aseguras de que todo esté en orden. Las personas se forman ideas sobre cómo quieren ser vistas que conducen a estrategias de autopresentación que realizamos todo el tiempo.

En otras palabras, las personas quieren dejar una imagen deseada, lo que acaba significando que están gestionando impresiones todo el tiempo, incluso de forma subconsciente.

Comprender la perspectiva de Goffman ofrece una nueva perspectiva para ver las interacciones cotidianas. No se trata de ser falso o fingir. Más bien, se trata de reconocer los muchos roles que asumes a lo largo del día, cada uno con su propio conjunto de expectativas.

Conceptos clave y terminología

Hablando brevemente, analicemos algunas de las ideas clave de la gestión de impresiones.

Para empezar, introduzcamos un nuevo término: conflicto de roles. A medida que hace malabares con varios roles (padre, empleado, amigo, socio), puede haber momentos en que estos roles entren en conflicto.

Por ejemplo, es posible que se sienta dividido entre asistir a un evento laboral importante y a la obra de teatro escolar de su hijo. Este tira y afloja entre roles puede generar estrés porque hay que decidir qué «actuación» es más importante.

Otro concepto crucial es autocontrol. Algunas personas pueden leer naturalmente una habitación y ajustar su comportamiento según sea necesario. Ellos son autocontroles altosmodificando constantemente su presentación para alinearse con las expectativas de su audiencia.

Por otro lado, autocontroles bajos tienden a ser más consistentes en su comportamiento, independientemente del entorno. Puede que todavía tengan una vida social activa, pero su autocontrol les hace actuar como la misma persona. En otras palabras, no cambian su autopresentación.

Por último, hay gestión de identidad. Si bien suena como gestión de impresiones, se trata más de cómo los individuos moldean su propia percepción de sí mismos. Todos tenemos principios definitorios que la gente intenta controlar para dejar a los demás las impresiones que deseamos.

Es un proceso interno de comprensión de tu concepto de ti mismo y de tu lugar en la sociedad.

Cómo gestionamos las impresiones en la vida diaria

¿Alguna vez has notado cómo tu tono puede cambiar cuando hablas con tus abuelos en comparación con un amigo de la infancia? O se ha sorprendido vistiendo de manera diferente para una reunión informal que para una reunión de negocios.

Estos no son cambios aleatorios; son elecciones deliberadas, guiños sutiles al mundo de la gestión de impresiones. Si se hace mal, cambiar nuestros actos verbales y no verbales podría dejar una impresión negativa. Por otro lado, cierta presentación personal podría conducir al éxito profesional o a relaciones interpersonales positivas.

Exploremos algunos escenarios cotidianos donde esto cobra vida.

Éxito

Imagina que estás en una reunión universitaria. Es posible que te encuentres mostrando tus logros recientes. Quizás menciones el ascenso que obtuviste o el viaje que hiciste el verano pasado. Aquí estás gestionando la impresión de éxito.

Crianza de los hijos

Ahora, cambia de escena. Estás en una conferencia de padres y maestros. En lugar de centrarse en sus logros personales, usted se centra en el progreso de su hijo.

Está interesado en sus puntos fuertes y áreas de mejora. Su papel aquí es el de un padre comprometido y afectuoso, y sus interacciones cambian para reforzar esa imagen.

Tener una cita

Considere las citas en línea. Las imágenes de perfil, las descripciones biográficas e incluso los mensajes iniciales se eligen cuidadosamente. Una persona podría resaltar su amor por la aventura con fotografías de caminatas por la montaña. O muestran su pasión por la música con fotografías de conciertos.

Estas elecciones no se refieren sólo a la expresión personal. Su objetivo es atraer un socio que comparta o admire esos intereses.

Medios de comunicación social

Las plataformas de redes sociales como Instagram y Facebook son campos de juego para estrategias de gestión de impresiones. Una persona podría compartir fotografías de un evento benéfico al que asistió. No lo hacen sólo para documentar el día sino para mostrar sus valores y compromiso comunitario.

Por otro lado, compartir un vídeo de entrenamiento puede ser una forma de mostrar disciplina, conciencia de la salud y determinación.

Trabajar

En las entrevistas de trabajo, las personas suelen centrarse en las cualidades que creen que el empleador valora. Estos incluyen trabajo en equipo, liderazgo o habilidades para resolver problemas.

No se trata de lucirse. Se trata de alinearse con su desempeño laboral, la cultura de la empresa y los requisitos del puesto.

El papel de la tecnología

Nuestras pantallas se han convertido en ventanas al mundo y espejos que reflejan nuestra personalidad. La tecnología, en particular las redes sociales, ha provocado un cambio en la forma en que participamos en la gestión de impresiones. Específicamente, ahora estamos interesados ​​en la autopromoción al menos tanto, si no más, que en la autopresentación.

Hace años, la gestión de impresiones sólo se refería a las interacciones en persona. Lo que importaba era cómo te vestías para un…