Fuga disociativa: signos y síntomas

La fuga disociativa es una forma de pérdida de memoria relacionada con la disociación. Los síntomas principales son pérdida de memoria, confusión y, como resultado, viajar fuera de casa.

La fuga disociativa es una forma rara y grave de amnesia disociativa. La amnesia se refiere a la pérdida de memoria. Por lo general, es causado por un trauma psicológico extremo.

La disociación se refiere a un estado de desconexión entre el cuerpo y la mente. A veces, durante un evento traumático, tu cerebro se “separa” de la realidad. Puede sentirse como si estuviera desconectado de su sentido de sí mismo, pensamientos o memoria.

Los estados disociativos también pueden surgir si recuerda un trauma. Esto puede suceder mucho después de que el evento traumático haya terminado.

Por ejemplo, si desarrolló disociación para hacer frente a un trauma infantil, puede experimentar disociación como adulto cuando, consciente o inconscientemente, le recuerda un trauma de su vida temprana.

La palabra fuga proviene de la palabra latina para «vuelo». Durante una fuga disociativa, la persona pierde la conciencia de su identidad y se aleja de donde vive habitualmente.

Dependiendo de la duración del estado de fuga, es posible que pierda algunas horas de trabajo o de las responsabilidades del hogar, o que llegue a mudarse y crear una vida completamente diferente.

Cuando termine la fuga, recordará su vida “real”, pero no recordará lo que sucedió durante el estado de fuga. Esto puede ser confuso y atemorizante, especialmente si ha viajado o formado nuevas relaciones.

No siempre es fácil saber cuándo alguien está experimentando una fuga disociativa. Desde el exterior, es posible que no haya síntomas perceptibles.

Sin embargo, los siguientes signos pueden indicar que alguien podría estar experimentando una fuga disociativa:

  • confusión
  • pérdida de la memoria sobre sí mismos y su propia vida
  • una incapacidad para reconocer a las personas que conocen
  • vagando sin rumbo
  • desapego de sus emociones
  • falta de asistencia al trabajo u otros compromisos

En casos extremos, alguien en una fuga disociativa comenzará una nueva vida muy diferente de su vida «antigua». Por ejemplo, pueden mudarse, comenzar una nueva carrera y desarrollar nuevas relaciones, sin recordar o saber la verdad sobre su identidad y vida reales.

Cuando finaliza el estado de fuga, la persona podrá recordar detalles de su vida “antigua”, sus seres queridos y su identidad. Pero no recordarán lo que pasó durante el estado. Si viajaron, por ejemplo, no recordarán cómo llegaron allí.

La fuga disociativa es un tipo raro de amnesia disociativa.

La última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, quinta edición (DSM-5), no reconoce la fuga disociativa como un trastorno en sí mismo. En cambio, se considera un tipo de amnesia disociativa.

La “amnesia disociativa” es una condición en la que alguien no recuerda su propia vida. Esto podría ser un período corto de su vida (amnesia disociativa localizada) o podrían olvidar gran parte de su identidad e historia (amnesia disociativa general).

Entonces, ¿cuándo la amnesia disociativa se convierte en fuga disociativa?

El factor distintivo es que alguien en fuga disociativa se aleja de su vida, aunque sea por unas pocas horas. De hecho, la palabra «fuga» proviene de las palabras latinas para «huir» y «vuelo».

Escenario uno:

Un veterano regresa del combate. En estado de fuga, dejan a su familia y viajan a un nuevo pueblo. No recuerdan los detalles de su vida, seres queridos o haber estado en combate. Allí encuentran trabajo como camareros. Cuando el estado de fuga termina semanas después, recuerdan su vida “antigua”, pero no pueden recordar haberse mudado o haber comenzado este trabajo.

Escenario dos:

En un estado de fuga, uno de los padres conduce fuera de la ciudad. Se ausentan del trabajo y no recogen a sus hijos de la escuela. Unas horas más tarde, la fuga termina y se encuentran en una ciudad diferente. No están seguros de cómo llegaron allí.

Escenario tres:

Un médico en una ciudad ocupada experimenta un estrés extremo. Entran en un estado de fuga e imaginan una nueva identidad, sin saber que son médicos. Están ausentes del trabajo al día siguiente y nadie ha estado en contacto con ellos. Cuando termina su estado de fuga, se hospedan en un hotel sin recordar haber ido allí.

La fuga disociativa ocurre como resultado de situaciones extremadamente estresantes. Se cree que la persona “huye” como única forma de escapar de este trauma psicológico. La psicología moderna reconoce que existe un fuerte vínculo entre el trauma y la disociación.

La situación estresante podría ser:

  • abuso físico, sexual o emocional
  • combate o guerra
  • un accidente o desastre natural
  • tortura o secuestro
  • sentimientos extremos de vergüenza
  • estrés extremo del día a día

Estos son solo ejemplos. Otras situaciones también pueden desencadenar una fuga disociativa.

Antes de tratar la fuga disociativa, es importante que los médicos descarten cualquier otra posible causa de pérdida de memoria, incluidas enfermedades y lesiones. La fuga disociativa solo se puede diagnosticar una vez que finaliza el estado de fuga.

Cuando termine la fuga, el recuerdo de tu “antigua” vida volverá por sí solo. Es posible que no pueda recordar lo que sucedió durante el estado de fuga.

Dado que la fuga disociativa es causada por una angustia y un trauma extremos, los tratamientos generalmente incluyen abordar la causa raíz del problema. Por ejemplo, la terapia puede incluir ayudar a alguien a procesar eventos traumáticos y aprender habilidades para hacer frente a la vida cotidiana.

El tratamiento para la fuga disociativa generalmente incluye terapia de conversación, también conocida como psicoterapia. Este es un término amplio que abarca muchos tipos de terapia.

La terapia de conversación podría ayudarlo a lidiar con el estrés que causó la fuga en primer lugar. También puede ayudarte a recuperar recuerdos olvidados. Salir de un estado de fuga puede ser aterrador y traumático en sí mismo, especialmente si te encuentras en circunstancias muy diferentes. La terapia puede ayudarte a procesar este trauma.

No hay medicación para la fuga disociativa. Sin embargo, si tiene una afección de salud mental, podría beneficiarse de los medicamentos que se usan para tratar esas afecciones. Su médico o psiquiatra puede recetarle medicamentos.

También podría ser útil participar en estrategias de cuidado personal para ayudarlo a sobrellevar la vida cotidiana. Esto podría incluir:

  • cuidado personal básico, como dormir lo suficiente y comer una dieta adecuada
  • participar en actividades desestresantes, como ejercicio y meditación
  • escribir un diario o comenzar un pasatiempo creativo
  • unirse a un grupo de apoyo
  • pasar tiempo con los seres queridos
  • tomar descansos cuando sea posible
  • asumir menos responsabilidades en el trabajo, en el hogar o en su comunidad

Su estrategia de cuidado personal dependerá de sus circunstancias personales.

Aunque la fuga disociativa es causada por estrés y trauma severos, la perspectiva suele ser positiva ya que los recuerdos regresan por sí solos.

Sin embargo, es una buena idea considerar la terapia si has estado en una fuga disociativa. Esto puede ayudarte a recuperar recuerdos, procesar la experiencia y lidiar con el trauma que causó la fuga en primer lugar.