El propósito del fracaso es motivarte a hacer algo diferente para hacer realidad tu sueño. Después de fallar, hay cuatro pasos a seguir para convertir el fracaso en éxito.
Paso 1: encuentra la lección
El capitalista de riesgo Manny dice: «No invertiré en un negocio a menos que las personas que dirigen la empresa hayan fracasado al menos una vez». Muchos capitalistas de riesgo están de acuerdo con Manny. ¿Porqué es eso? ¿Por qué un inversor invertiría deliberadamente en personas que han fracasado? La razón está profundamente enraizada en la Psicología. El fracaso nos enseña lecciones que el éxito nunca puede. El fracaso nos enseña humildad y carácter, los cuales son muy valorados y recompensados tanto por la sociedad como por los negocios.
Aunque la sociedad idealiza el fracaso como el camino caprichoso y ganado con esfuerzo hacia el éxito, son las lecciones que te enseña en el momento en que sucede las que son importantes y utilizables. En ese duro momento en el que te das cuenta de que el fracaso es inevitable, es una brutal milésima de segundo de autoconfrontación.
El fracaso te hace cuestionar tu autoestima, tus esfuerzos e incluso el valor de tu vida. Los días oscuros que siguen al fracaso son la forma más auténtica de ti. El fracaso puede enseñar empatía por el prójimo. Puede enseñar consideración a los menos afortunados y promueve la tolerancia y la aceptación. Todas esas cualidades son esenciales para el éxito personal y empresarial, y se gana con el fracaso.
Es primordial aceptar el fracaso con humildad, abrazarlo por las lecciones que te enseña (aunque sean costosas, no tan glamorosas e incluso humillantes) y el futuro que te abre. El fracaso hace que reevalúes lo que hiciste, tanto lo correcto como lo incorrecto, y aprendas de ello. El fracaso te hace avanzar y un paso más cerca de tu sueño.
Paso 2: aplastar la mediocracia
Cuando fallamos significa que nos hemos arriesgado. Nos hemos arriesgado a fracasar al esforzarnos por algo grande y nos quedamos un poco cortos. Cuando fallas, te vuelves grande en lugar de conformarte con la mediocridad, y esa es la clave del éxito.
Los sueños nos motivan a pensar en grande y empujarnos más allá del status quo hacia algo mejor. Si establece una meta mediocre para evitar el fracaso, siempre conducirá a la mediocracia. Ir a lo seguro es mucho menos revelador y más fácil que establecer una meta elevada, exponerse a sí mismo y a su sueño, y arriesgarse al ridículo y al fracaso. Sin embargo, ir a lo seguro no le permitirá cumplir su sueño. Tienes que arriesgarte a fracasar para evitar la mediocridad. Pero la buena noticia es que el fracaso en una gran meta aumenta sus posibilidades de éxito más que el éxito con metas moderadas. La conclusión es que las metas mediocres no te llevarán a la grandeza. La mediocridad siempre dará lugar a quedar atrapado en el medio.
Paso 3: Promete ser valiente
«Sé valiente. Toma riesgos. Nada puede sustituir la experiencia”. – Paulo Coelho
Entrar en la vida de tus sueños requiere que seas valiente. La valentía es una habilidad aprendida, no un rasgo. La valentía se desarrolla con el tiempo cuando tomamos riesgos, fallamos y luego logramos. En la psicología evolutiva, la valentía no se define como la ausencia de miedo, sino como el hecho de que hay algo más importante que te motiva a actuar a pesar del miedo. Tienes que mirar tu sueño de esa manera.
Tu sueño tiene que ser tan poderoso que descartes tus miedos de revelarte y ser ridiculizado y avergonzado si fallas. Cuando piensas en tu sueño, debe impulsarte a ser valiente. Si no es así, entonces no es tu sueño. Tu compromiso con ese sueño debe ser mayor que tus miedos y el deseo de protegerte. Tu sueño y tu compromiso con él te impulsarán a ser valiente y encontrar el éxito.
Paso 4: Redefine tu sueño
Los sueños son elevados. Son grandes metas difíciles de alcanzar, y requieren que dediquemos tiempo para alcanzarlas. La realización de un sueño es tiempo lleno de agonía de prueba y error e incluso fracaso en el camino. Ya sea que esté preparado o no, ya sea que dedique o no las horas, o si está comprometido más allá de la razón, a veces no importa.
El fracaso sucede. Es una gran parte del éxito. Y si el fracaso es igual a la motivación, también significa redefinir su objetivo según sea necesario a medida que aprende en el camino.
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