Falsa positividad: definición, ejemplos y explicación

Falsa positividad: definición, ejemplos y explicación

¿Qué es la falsa positividad? Descubra qué es la falsa positividad, explore ejemplos cotidianos de falsa positividad y aprenda cómo puede evitarla.

La positividad es una actitud que depende del contexto, por lo que su aplicación incorrecta puede dar lugar a una falsa positividad. En este artículo, exploraremos la falsa positividad para comprender las causas fundamentales de este concepto, por qué es perjudicial para nuestro bienestar y qué podemos hacer para evitarlo.

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¿Qué es la falsa positividad? (Definición)

No hay nada de malo en tener una actitud positiva cuando la situación lo amerita. Sin embargo, hay momentos de auténtica tristeza o angustia que no son compatibles con una actitud excesivamente optimista, especialmente cuando esta es forzada. Podemos definir la falsa positividad como el ejercicio de un optimismo fuera de lugar, de forma excesiva e indiscriminada, en todas las circunstancias.

¿Cómo podemos distinguir la positividad genuina de la positividad falsa? Algunas personas son naturalmente más optimistas y pueden ver los aspectos positivos de cualquier situación o estar inclinadas a usar sus experiencias negativas como oportunidades de aprendizaje. En general, independientemente de si seamos más optimistas que otros o no, una actitud genuinamente positiva puede ayudarnos a enfrentar las dificultades. Sin embargo, a veces incluso las personas más optimistas pueden sentirse tristes, enojadas o preocupadas. La positividad falsa retrasa la aceptación de la adversidad, impide las emociones apropiadas y nos obliga a negar o minimizar la magnitud de los sentimientos negativos que han aflorado.

Lo opuesto a la falsa positividad

La positividad genuina y la positividad falsa no son opuestas, ya que esta última es una forma mal aplicada de positividad. En cambio, lo opuesto a la positividad falsa es la agilidad emocional, que se asocia con la aceptación y la aceptación de nuestras emociones negativas frente a la adversidad (David, 2016).

Con la falsa positividad, negamos nuestras emociones después de una experiencia negativa. Como resultado, podemos ponernos una máscara de felicidad y seguir con nuestras vidas como si no nos importara lo que sucedió. Especialmente en momentos de duelo, como cuando enfrentamos la muerte o el diagnóstico de un ser querido con una enfermedad terminal, invalidar nuestras emociones oculta que necesitamos empatía y apoyo.

La agilidad emocional y la aceptación implican que no juzgamos la situación a la que nos enfrentamos ni nuestras reacciones emocionales ante ella. En cambio, reconocemos lo que sucedió y cómo nos sentimos con respecto a esa experiencia. Esta aceptación nos prepara para el siguiente paso. Por ejemplo, si hemos perdido a un ser querido, aceptamos nuestra pérdida y entendemos cómo han cambiado nuestras vidas desde entonces como resultado de ello. Además, si necesitamos ayuda, es más probable que la busquemos. Estas conductas promueven una forma saludable de lidiar con nuestro duelo y otras emociones desagradables asociadas con nuestra pérdida.

Si nos dejamos llevar por la falsa positividad, podemos negar el efecto que nuestra pérdida ha tenido en nuestra vida y nuestro bienestar. Dudamos en buscar ayuda incluso cuando tenemos dificultades. Además, si la falsa positividad ha sido nuestra forma predeterminada de afrontar la adversidad, es probable que nunca hayamos aprendido a lidiar con situaciones difíciles. Analicemos la falsa positividad y cómo afecta a nuestro bienestar con más detalle.

Explicación de la falsa positividad

Hemos mencionado que la falsa positividad es la actitud positiva que imponemos en situaciones en las que no es necesaria. Si esto no le suena extraño, la siguiente analogía puede ayudarle a ver que sí lo es. Supongamos que la positividad es similar al azúcar: es dulce y realza los sabores de algunos alimentos insípidos, haciéndolos más atractivos. A todos nos encanta la felicidad y las actitudes, pensamientos y sentimientos positivos (Ford y Mauss, 2014), de la misma manera que nos encanta la dulzura del azúcar. Por lo tanto, agregar dulzura a los alimentos insípidos es similar a cómo una actitud positiva puede ayudarnos a lidiar con las tareas mundanas y los obstáculos cotidianos.

Sin embargo, algunos alimentos no combinan bien con el azúcar. De hecho, agregar azúcar a esos alimentos puede hacer que tengan un sabor horrible. En cambio, esos alimentos pueden necesitar una pizca de sal, una cucharada de vinagre o algún otro condimento para que sean más agradables al paladar. Por lo tanto, al igual que no deberíamos recurrir al azucarero para condimentar cada plato que nos sirven, no deberíamos endulzar cada experiencia negativa que la vida pone en nuestros platos. En cambio, es mejor que elijamos la reacción más adecuada.

La falsa positividad puede surgir de dos maneras
O bien otras personas le dan un giro positivo a nuestras experiencias, o bien nosotros mismos lo hacemos. Pero, ¿cómo es que otras personas aportan una falsa positividad a nuestras experiencias emocionales? Normalmente, empiezan con imágenes optimistas o comentarios optimistas sobre una situación perturbadora. Esas acciones tienen buenas intenciones, ya que a la mayoría de las personas les cuesta encontrar algo más productivo que decir o escuchar con empatía. Sin embargo, esos esfuerzos positivos de los demás pueden crear una presión social para que parezcamos fuertes y felices.

Por ejemplo, hace muchos años, mi amado gato pasó de ser un alegre y juguetón a estar gravemente enfermo en un abrir y cerrar de ojos. Después de varias visitas al veterinario y una noche de internación en un hospital veterinario, mi amigo peludo de muchos años falleció. Estaba devastada. Después de la muerte de mi gato, recibí muchos comentarios, como “¡Anímate, es solo un gato!” y “¿Por qué estás tan triste por eso? Algunas personas pierden a un hijo de verdad”. Sabía que estos comentarios bien intencionados se suponía que debían inyectar positividad en mi estado de ánimo. Sin embargo, lo único que lograron fue una falsa positividad. Recuerdo que después de esos comentarios, no podía dejar que otras personas me vieran lamentar mi pérdida, y me avergonzaba estar de luto en secreto por mi gato.

Cuando le damos un giro positivo a nuestras experiencias, no es muy diferente de cuando lo hacen con nosotros. En cualquier caso, a veces tratamos de ser optimistas en cada situación. Aunque la vida no siempre puede ser positiva, creemos que una actitud positiva forzada mejorará nuestras vidas.

La positividad tóxica es una falsa positividad forzada

A veces, nuestra positividad generalizada se convierte en optimismo extremo. Esta falsa positividad forzada suele denominarse positividad tóxica (Ehrenreich, 2009). Por lo general, el pensamiento positivo resalta los beneficios de una perspectiva optimista cuando se experimenta un problema. Por el contrario, la positividad tóxica exige positividad, independientemente de lo importantes que sean los desafíos. Como resultado, las personas silencian sus emociones o pueden perder el impulso para actuar.

¿Por qué es tóxica la falsa positividad?
En primer lugar, ignoramos cualquier daño real o potencial al forzar una perspectiva positiva. Pensamos que todo estará bien al final y que no necesitamos hacer nada con respecto a la circunstancia desagradable ni cambiar las condiciones que pueden llevar a una situación similar en el futuro. Además, aceptar nuestros verdaderos sentimientos y hablar sobre ellos es la forma en que podemos reducir cualquier reacción emocional adversa (Lieberman et al., 2007), lo cual es esencial para la curación emocional. Desafortunadamente, cuando estamos atrapados en la positividad tóxica, ignoramos estos sentimientos y no sanamos nuestras heridas.

La positividad tóxica también puede hacernos sentir aislados y reducir nuestra autoestima. Si tenemos sentimientos negativos, como tristeza o pena, podemos sentirnos fracasados ​​porque no somos realmente positivos. Podemos parecer fuertes por fuera, pero saber que solo nos estamos poniendo una máscara de fortaleza puede hacer que nos sintamos falsos. Además, podemos creer que nuestras emociones reales no tienen ningún valor para los demás, lo que puede acabar haciéndonos pensar que la mayoría de las cosas que nos rodean carecen de importancia, interés y valor.

Si quieres aprender más sobre la positividad tóxica, te puede interesar este vídeo.

Vídeo: 5 formas en las que la positividad puede perjudicar tu salud mental

Causas de la falsa positividad

Nuestra cultura valora la positividad como una virtud (Ehrenreich, 2009). Además, estamos rodeados de mensajes positivos forzados en nuestra vida diaria, incluso en las redes sociales (Lecompte-Van Poucke, 2022). Como resultado, internalizamos estos mensajes y nos esforzamos por ser positivos pase lo que pase.

Pero ¿qué hay detrás de nuestro optimismo mal aplicado? A muchas personas les incomodan las emociones y los sentimientos negativos, ya sea que los experimenten ellos mismos o interactúen con alguien que esté pasando por un momento difícil. Por lo tanto, optan por minimizar o evitar las emociones difíciles.

En algunos casos, la falsa positividad se debe a un bajo nivel de empatía. Esto se debe a que a veces las personas tienen dificultades para imaginar y validar las experiencias y emociones de los demás. En otras ocasiones, las personas pueden suponer que todos los demás son tan resilientes como ellas. Podemos evitar estos errores si comprendemos que las circunstancias de cada persona son únicas, al igual que sus reacciones y sentimientos.

Ejemplos de falsa positividad

A continuación se presentan algunos ejemplos que ilustran cómo la falsa positividad puede ser desdeñosa con respecto a nuestros sentimientos y experiencias emocionales. En algunos casos, la falsa positividad nos mantiene en la misma situación que provocó nuestra reacción inicial.

  • Ruptura de una relación:Khalil le cuenta a su mejor amigo lo triste que está por haber roto con su ex pareja Joe. Su mejor amigo le dice: «¡Qué suerte! De todos modos, eres más guapo que Joe».
  • Pérdida de un hijo: El hijo mayor de Jeanine murió inesperadamente en un accidente automovilístico. Sus amigos le dijeron: “¡Al menos tienes otro hijo!”.
  • Pérdida de un padre:Wong cuidó de su madre, una mujer frágil de ochenta años, hasta que perdió la batalla contra el cáncer. En el funeral, la gente le dijo que ella ya era mayor y que, al menos, ya no tenía que cuidarla.
  • Insatisfacción laboral: El supervisor de Jelani tenía expectativas poco realistas y era irascible, lo que le provocó mucha ansiedad. Cuando le contó a un amigo sobre sus experiencias, Jelani escuchó que debería estar feliz porque al menos tiene un trabajo y muchas personas harían cualquier cosa por estar en la posición de Jelani.
  • Insatisfacción conyugal: El marido de Tatiana la trata con condescendencia cada vez que puede y como si fuera su criada. La madre de Tatiana piensa que Tatiana está exagerando. “Podría ser peor; podría ser uno de esos hombres que golpean a su esposa”, dice.
  • Pérdida de empleo: Después de perder su trabajo, Frida recurrió a las redes sociales para hablar de lo difícil que es encontrar otro puesto que coincida con sus habilidades. La mayoría de los comentarios en su publicación incluían frases como «todo estará bien»,…