Excelentes maneras de ayudar a su hijo con TEA a hacer amigos

Las amistades desempeñan un papel importante en nuestro bienestar general y calidad de vida.

Desafortunadamente, muchos niños con autismo no establecen amistades y continúan teniendo dificultades para hacerlo una vez que llegan a la adolescencia. Un estudio reciente en el Revista de autismo, informaron que los adolescentes y adultos que tienen un diagnóstico de autismo pueden tener menos probabilidades de sufrir depresión y/o ansiedad si tienen amigos. ¡Tener amigos parece mejorar nuestras vidas! No hace falta decir, entonces, que es fundamental que comencemos a apoyar y alentar a nuestros niños con autismo a desarrollar amistades lo antes posible.

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Habilidades sociales del autismo:

Cómo mejorar la interacción social

A continuación se ofrecen algunos consejos para los padres sobre cómo ayudar a sus hijos a desarrollar amistades:

1. Como dice el anuncio de Nike: «¡Simplemente hazlo!»

Lo más poderoso que puedes hacer es salir y hacer cosas que requieran interacción social. Cuantas más oportunidades tengas para hacer eso, más oportunidades habrá de enseñar algo relacionado con la interacción con los demás. Estos se pueden idear de manera sistemática, por ejemplo, programando una cita para jugar con objetivos específicos que estén relacionados con las áreas de necesidades y preferencias únicas de su hijo, y con criterios específicos sobre el tipo de compañero que incluirá y mucho más.

Alternativamente, estas salidas pueden ser de naturaleza más espontánea y simplemente salir y experimentar grupos sociales novedosos (por ejemplo, estacionarse con otros niños que quizás conozcas o no, áreas de juego gratuitas en museos, un grupo de padres e hijos a través de un centro comunitario local, etc.). ). La idea es estar cerca de otros niños, utilizar las interacciones como oportunidades de aprendizaje y buscar otros niños con intereses similares. Una vez que encuentre a un niño así, puede intentar conectarse con sus padres y establecer oportunidades más regulares para reunirlos. Dondequiera que se reúnan otros niños es el lugar para tener en cuenta las habilidades únicas de su hijo y su seguridad. Esto puede resultar difícil al principio y requerir que intervenga con bastante frecuencia, pero cuanto más aproveche las oportunidades de aprendizaje, más probabilidades tendrá de tener éxito.

Por ejemplo, cuando lleva a su hijo por primera vez a un programa local, es posible que descubra que no tolera que otros jueguen con las mismas cosas que él. Esto podría significar que inicialmente tienes que intervenir bastante, y a medida que él/ella tenga éxito y refuerces las interacciones positivas, será más probable que lo tolere en el futuro y serás cada vez más capaz de tolerarlo. Aléjate de la situación. Un analista de comportamiento certificado por la junta (BCBA) puede ayudarlo a diseñar un plan personalizado para su hijo, y le recomiendo encarecidamente que se conecte con uno local si aún no lo ha hecho.

2. Pasatiempos, Pasatiempos, Pasatiempos

Muchos niños con autismo tienen intereses restringidos o participan en actividades restringidas. Sólo por esta razón es importante seguir exponiendo a los niños con autismo a actividades novedosas. Si bien es importante incorporar sus intereses para motivarlo y fomentar el aprendizaje, también es importante exponer al niño a actividades novedosas. A menos que los niños experimenten cosas nuevas, nunca sabrán si les resultan interesantes.

La exposición es clave para desarrollar y descubrir nuevos intereses y pasatiempos potenciales. Esto se puede hacer de forma sistemática, donde brindamos acceso a la actividad preferida a la que están acostumbrados una vez que han probado algo nuevo por primera vez.

Por ejemplo, trabajé con un niño y le decíamos: «Si juegas con el juguete del circuito instantáneo durante 10 minutos, entonces podrás jugar tu videojuego». La clave es hacer que el juguete o pasatiempo novedoso sea divertido y atractivo, y que se base en intereses similares.

3. Enseñar habilidades sociales

Cuando se trata de hacer amigos y conservarlos, se requieren todo tipo de habilidades. Aquí hay una lista de algunas habilidades sociales que puede enseñarle a su hijo si está en un punto en el que está aprendiendo a hacer amigos:

  • Cómo iniciar una conversación;
  • Turnarse en la conversación;
  • Hablar de una variedad de temas, no sólo de intereses restringidos que pueda tener;
  • Identificar un tema para hablar con una persona determinada en lugar de hablar siempre de lo mismo;
  • Aprender a no tomar el lenguaje demasiado literalmente (por ejemplo, cuando alguien dice “está lloviendo a cántaros”)
  • Atender instrucciones que podrían implicar 2 o 3 pasos más;
  • Comprender y utilizar una variedad de entonaciones para indicar preguntas versus entusiasmo;
  • Comprender el comportamiento no verbal (por ejemplo, cuándo dejar de hablar de algo prestando atención al contacto visual de la otra persona o cómo sostiene su cuerpo);
  • Comprender el espacio personal; y
  • comprender cómo ser flexible algunas veces.

Estas habilidades pueden ser más relevantes para el aspecto comunicativo del desarrollo de amistades y, por supuesto, hay muchas más que aprender. La clave es descubrir los tipos de cosas que su hijo particular puede necesitar aprender y comenzar a enseñarlas. Cuando empieces a enseñar estas habilidades, es importante darles oportunidades para practicar contigo y luego, cuando estés practicando en el mundo real, refuerza el comportamiento si ves que lo hace con un nuevo amigo potencial.

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Habilidades sociales del autismo:

Cómo mejorar la interacción social

Hacer amigos y mantenerlos cerca no es algo terriblemente fácil para nadie. Sin embargo, lo que sí sabemos es que tenerlos está relacionado con una mayor calidad de vida. Hacer que sea una prioridad crear oportunidades para que su hijo se conecte con otros niños de su edad es realmente una forma importante de defender su bienestar general a largo plazo.

Mazurek, MO (2013). Soledad, amistad y bienestar en adultos con trastornos del espectro autista. Autismo, 18(3), 223-232.

Este artículo apareció en el número 58: El amor más grande de todos: la familia

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