Estilos de apego: definición, tipos y teoría
Nuestro estilo de apego es una parte importante de cómo vivimos nuestras vidas. Siga leyendo para obtener más información sobre qué son los estilos de apego y de dónde provienen.
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Gran parte de lo que somos hoy se remonta a nuestra infancia. De niños, empezamos a desarrollar un sentido de cómo funciona el mundo y de quiénes somos. Nuestra personalidad, nuestras tendencias de conducta, nuestra autoimagen y la forma en que nos relacionamos con los demás están influenciadas por nuestras experiencias de la infancia.
Por ejemplo, cuando somos niños, dependemos completamente de nuestros padres para sobrevivir. Nuestras necesidades de supervivencia incluyen comida, agua y refugio, así como una sensación de seguridad y conexión. Cuando todas estas necesidades se satisfacen de manera constante, desarrollamos un modelo del mundo en el que las personas están seguras y son amorosas y somos dignos de ese amor. Sin embargo, cuando nuestros cuidadores no son confiables y estas necesidades no se satisfacen, desarrollamos un modelo del mundo en el que no estamos seguros y no somos dignos de amor y seguridad. Son estas experiencias de la primera infancia las que dan lugar a lo que se conoce como nuestro estilo de apego. Hablemos más sobre los estilos de apego y cómo podemos comprenderlos mejor.
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¿Qué son los estilos de apego? (Una definición)
¿Por qué son importantes los estilos de apego?
Los estilos de apego son una parte importante de nuestra vida diaria. Podemos ver reflejos de nuestros estilos de apego en la forma en que nos relacionamos con nuestras parejas románticas, a quiénes elegimos como amigos y cómo nos expresamos. Comprender nuestro estilo de apego puede ayudarnos a comprendernos mejor a nosotros mismos y a nuestras conductas. Este conocimiento también puede mostrarnos qué viejas heridas aún debemos sanar.
Teoría de los estilos de apego
La forma en que nuestro cuidador nos trata cuando somos bebés y niños nos enseña qué esperar de los demás. Por ejemplo, cuando tenemos un cuidador que está emocionalmente disponible y satisface constantemente nuestra necesidad de conexión y seguridad, aprendemos que las personas son generalmente seguras y confiables. El grado en que se satisfacen nuestras necesidades en nuestra juventud también influye en nuestro autoconcepto como adultos. Por ejemplo, un cuidador que siempre nos ama nos enseña que somos dignos de amor. Estas creencias y expectativas son la base de nuestro estilo de apego más adelante en la vida.
La teoría del apego de John Bowlby
La hipótesis es básicamente que los niños que se sienten más reconfortados por el regreso de su madre son más capaces de pensar en ella como una base segura porque su madre les ha proporcionado constantemente una sensación de seguridad. Sin embargo, los bebés que se sienten menos reconfortados por sus madres probablemente hayan experimentado inconsistencias en cuanto a si ella les proporcionará o no una sensación de seguridad.
Para obtener más información sobre este experimento, mira este video:
Vídeo: Apego ambivalente seguro, inseguro y evitativo en madres y bebés
- Una madre y su bebé juegan en una habitación desconocida durante unos minutos.
- Un extraño entra en la habitación y se sienta junto a la madre durante unos minutos y luego comienza a jugar con el bebé.
- La madre sale de la habitación y el extraño intenta consolar al bebé si está angustiado.
- Después de unos minutos, el extraño también abandona la habitación.
- Luego, el extraño vuelve a entrar en la habitación y trata de consolar al bebé si está angustiado.
- Finalmente, la madre vuelve a entrar en la habitación y el extraño sale.
Se mide la respuesta de los bebés a cada una de estas situaciones y se utiliza para determinar su estilo de apego. Utilizando este diseño experimental, Ainsworth identificó tres estilos de apego: Seguro, ambivalente y evitativo.
Los bebés que se sentían angustiados cuando su madre salía de la habitación, que no podían ser consolados por el extraño y que se calmaban con el regreso de su madre, se consideraban que tenían un apego seguro.
Se consideró que los bebés que se sentían angustiados cuando su madre salía de la habitación, que no podían ser consolados por el extraño y que no se tranquilizaban con el regreso de su madre tenían un estilo de apego ambivalente.
Por último, se consideró que los bebés que no se sentían angustiados cuando su madre salía de la habitación, jugaban felizmente con el extraño y no se veían afectados por el regreso de su madre tenían un estilo de apego evitativo.
Si quieres ver cómo se desarrolla este experimento, mira este vídeo:
Vídeo: La extraña situación y el apego
Hoy en día, el experimento de la Situación Extraña se sigue utilizando habitualmente para estudiar los estilos de apego. Desde el origen del experimento de la Situación Extraña, la teoría del apego ha evolucionado y ahora se considera que incluye cuatro estilos: seguro, ansioso, evitativo y desorganizado. Existen diferentes escuelas de pensamiento que definen estas categorías de diferentes maneras, pero en este artículo nos centraremos en estas cuatro.
Cómo la crianza contribuye a los estilos de apego
Se cree que los estilos de apego se transmiten de generación en generación (Fearon y Roisman, 2017). Es decir, la forma en que nuestros padres se relacionan con nosotros probablemente esté influenciada por la forma en que sus padres se relacionaron con ellos y sus padres anteriores, y así sucesivamente.
Estilos de apego: seguros
Una persona con un apego seguro podría estar de acuerdo con afirmaciones como:
- Me resulta fácil ser cariñoso.
- Me siento cómodo dependiendo de los demás.
- Creo que la mayoría de las personas son esencialmente honestas y confiables.
- Para mí es importante honrar los acuerdos con mi pareja.
- Soy bueno guardando secretos y respetando límites.
- Me siento cómodo siendo cariñoso con mi pareja.
Estilos de apego: ansioso
Las personas con un estilo de apego ansioso podrían estar de acuerdo con afirmaciones como:
- Pienso mucho en mis relaciones.
- Soy muy sensible a los estados de ánimo de mi pareja.
- Me preocupa no estar a la altura de otras personas.
- Me resulta difícil establecer límites realistas.
- Siempre dudo de mí mismo.
- Cuando doy más de lo que recibo, a menudo me resiento y guardo rencor.
Estilos de apego: evitativo
Las personas con un estilo de apego evitativo podrían estar de acuerdo con afirmaciones como:
- Me resulta difícil brindar apoyo emocional.
- Valoro mi independencia más que mis relaciones.
- Me resulta difícil depender de los demás.
- A veces minimizo la importancia de mis relaciones cercanas.
- Tengo tendencia a preferir las relaciones con los animales antes que con las personas.
- Tengo dificultades para acercarme y pedir ayuda.
Estilos de apego: desorganizado
Se cree que un estilo de apego desorganizado se desarrolla cuando un bebé experimenta a su cuidador principal como una fuente de miedo. Esto crea un conflicto porque la fuente de seguridad del bebé también es la fuente de su miedo (Granqvist et al., 2017). En la adultez, un estilo de apego desorganizado puede manifestarse como sentimientos y comportamientos erráticos y conflictivos, dificultad con la regulación emocional y ansiedad.
Alguien con un estilo de apego desorganizado podría estar de acuerdo con afirmaciones como:
- Me cuesta sentirme seguro con mi pareja.
- A menudo me desconecto, me disocio y me confundo.
- Me cuesta recordar mis relaciones anteriores.
- A menudo siento que los problemas no tienen solución.
- Tengo tendencia a esperar que suceda lo peor.
- Quiero cercanía pero también tengo miedo de…