Estigma del TDAH: romper el silencio

El estigma en torno al TDAH persiste, lo que puede generar sentimientos de vergüenza y evitar que alguien busque tratamiento.

Si usted o alguien que conoce vive con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), es posible que haya encontrado el estigma del TDAH.

Puede ser desalentador trabajar tan duro para controlar sus síntomas, solo para que sus esfuerzos se vean socavados por los conceptos erróneos de las personas.

Si usted es el padre de un niño que vive con TDAH, es posible que se haya sentido juzgado por los demás, como si la situación fuera de alguna manera su culpa.

La educación y la promoción son herramientas importantes para reducir el estigma del TDAH.

El estigma es un sesgo negativo, a menudo basado en un estereotipo o información incorrecta. Aunque la conciencia sobre el TDAH está aumentando, todavía existe el estigma sobre la condición.

Estigma 1: el TDAH no es una condición real

La idea de que el TDAH no es real es un estigma que persiste a pesar de la evidencia médica de lo contrario.

Un estudio de 2016 identificó diferencias estructurales en los cerebros de personas que viven con TDAH en áreas responsables de:

  • Toma de decisiones
  • control cognitivo
  • motivación
  • función motora

Un estudio de 2017 mostró que las diferencias cerebrales son suficientes para identificar los subtipos de TDAH en los niños.

A pesar de esto, es posible que haya escuchado comentarios como “nunca hubo tanto TDAH” o “simplemente lo inventaron para vender drogas”.

Estos comentarios pueden ser difíciles de escuchar cuando los síntomas lo afectan lo suficiente como para considerar buscar tratamiento.

Si no pueden ver evidencia física como un yeso o muletas, puede ser difícil para algunas personas creer que existen condiciones de salud mental como el TDAH.

Estigma 2: las personas con TDAH solo necesitan esforzarse más

El TDAH es una afección que implica diferencias en las sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores. No es el resultado de una falta de esfuerzo.

Las personas que no han experimentado los efectos del TDAH no saben cómo se siente estar abrumado por una tarea antes de comenzar. Incluso los padres bien intencionados pueden perder de vista esto cuando han visto a su hijo con TDAH concentrarse intensamente en una actividad preferida.

El problema no es la falta de enfoque y atención. Es la capacidad de controlarlo de una manera que se alinee con sus objetivos, como enviar una tarea o una propuesta de la empresa antes de la fecha de vencimiento.

“Esforzarse más” no compensa la estructura cerebral y las diferencias de neurotransmisores.

Estigma 3: los niños con TDAH necesitan una mejor crianza

Si es el padre de un niño con TDAH, es probable que haya aprendido a manejar los impactos diarios de los síntomas de su hijo.

Puede ser agotador, implacable y aislante, pero no es tu culpa.

No estás solo. El TDAH es una de las afecciones de salud mental más comunes que afectan a los niños, según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que 6,1 millones (9,4 %) de niños viven con TDAH.

Encontrar el apoyo adecuado y las estrategias de manejo pueden ayudar a hacer la vida más fácil para usted y su hijo.

Estigma 4: La medicación es una salida fácil

Los medicamentos compensan los desequilibrios de los neurotransmisores en el TDAH de la misma manera que las gafas pueden corregir la visión o los antihistamínicos pueden aliviar los síntomas de la alergia.

Quitar la medicación puede interferir con la capacidad de una persona para funcionar a su máximo potencial y crear desafíos educativos, laborales y sociales.

Determinar si el medicamento es adecuado para usted y su hijo dependerá de sus necesidades.

El estigma puede crear un sentimiento de vergüenza, lo que a veces impide que una persona con TDAH reciba tratamiento.

El TDAH no tratado puede conducir a resultados adversos, algunos de los cuales incluyen:

El estigma de los medicamentos puede hacer que una persona no esté dispuesta a probar el tratamiento, lo que retrasa el control de los síntomas.

El estigma del TDAH puede ser estresante para los padres y adultos que viven con TDAH. Puede causar desafíos en entornos sociales, laborales y académicos.

El estigma también puede debilitar su autoestima si internaliza estereotipos negativos sobre el TDAH.

En un estudio de 2018 de adultos que viven con TDAH, los participantes hablaron sobre los efectos de:

  • estigma internalizado
  • estigma público percibido
  • discriminación anticipada

Un estudio de 2013 encontró que el TDAH puede fomentar actitudes negativas, con las que se encuentran personas de todas las edades.

Por ejemplo, los niños que viven con TDAH experimentan separación social, lo que puede ocurrir tan pronto como 30 minutos después de conocer a otras personas, según un estudio de 2020.

La defensa y la información ayudan a reducir el estigma del TDAH.

Un estudio de 2016 que examina el estigma de las condiciones de salud mental entre los estudiantes universitarios sugiere que el contacto y la educación pueden afectar:

  • estigma personal
  • actitudes sobre el tratamiento
  • intenciones de buscar tratamiento formal
  • percepciones sobre el empoderamiento
  • discriminación

El contacto implica escuchar directamente a las personas con TDAH para aprender más sobre sus experiencias. La educación implica aprender más sobre el TDAH y sus efectos.

El estigma del TDAH a menudo proviene de la desinformación y la falta de conocimiento. Los estigmas pueden ser dañinos y causar vergüenza, lo que lleva a la falta de tratamiento.

Educar a las personas sobre el TDAH es una forma eficaz de reducir el estigma. Puede compartir sus historias personales sobre cómo es vivir con TDAH para que las personas comprendan mejor su experiencia.

También puede ser útil contarles a las personas más sobre los aspectos médicos subyacentes de la afección y los tipos de síntomas que resultan.