Foto de Milan Popovic en Unsplash
Llega un momento en el que a veces tienes que aceptar que alguien que realmente quieres simplemente no es el indicado para ti. Es triste y desgarrador, pero también una dura verdad que muchos de nosotros tenemos que afrontar. Este soy yo aceptando esa realidad.
Este soy yo aceptando que nunca serás mía. Alguna vez. Ahora no. No en el futuro. Tu camino no está pavimentado para ir por el mismo camino que el mío. Y aunque tengo tantas ganas de convencerme de que así es, creo que en algún lugar muy dentro de mí siempre lo supe.
Eso no nos convierte en malas personas. Eso no te convierte en el villano. Simplemente significa que no se esperaba que fueras el personaje principal de mi historia. Si bien lo que quiero es despertar a tu lado, envuelto en tus brazos y ver amanecer contigo, eso nunca va a suceder.
Casi me pregunto si hubiera sido mejor si nunca nos hubiéramos conocido. Tal vez el pequeño y ordenado mundo que había construido hubiera permanecido completamente intacto. En cambio, tu tormenta llegó y se estrelló contra mí tan rápido y con tanta fuerza que nunca seré el mismo después. Es posible que mi corazón haya estado en mi mano todo el tiempo mientras te acercaba, pero nunca serías tú quien lo mantuviera a salvo.
Me rompe el corazón saber que nunca serás la persona con la que paso los domingos de ocio. No serás tú a quien mire en nuestro porche cuando tengamos 70 años y piense ‘sí, ahora te amo más’. No serás esa persona porque no quieres serlo. No puedo hacer que me desees, aunque lo he intentado.
Este soy yo aceptando que este simplemente no es nuestro destino. Nuestras almas no están destinadas a entrelazarse. Nuestros corazones nunca latirán al unísono. Nunca seremos algo real, algo tan absolutamente palpable que la gente pueda sentirlo cuando pase junto a nosotros.
Y aunque acepto que nunca existirá un nosotros, eso no significa que no te ame. No significa que no te llevaré conmigo para siempre. Porque simplemente no funciona así. Puedes aceptar que alguien no es tuyo para siempre, pero aun así saber que te ha afectado tan profundamente que es difícil no llevarte pedazos de él contigo.
Habrá momentos en los que me preguntaré dónde estás. Voy a pensar en que tal vez debería llamar solo para ponerme al día sin otra intención que ver cómo estás. Pero no me acercaré. No lo haré porque nos hemos despedido y hemos hecho las paces. Si tuviera que acercarme, arruinaría todo el progreso que he logrado para seguir adelante sin ti.
Hay muchas cosas que espero para ti. Que conozcas a alguien que te quiera tanto como yo. Que sigas tus sueños y no te rindas cuando las cosas se pongan difíciles. Que encuentres tu fuerza interior y sepas que eres enteramente suficiente. Te deseo cielos azules y noches de verano que hagan que tu corazón se sienta pleno.
Entonces, este soy yo aceptando que nunca serás mía sin importar cuánto duela seguir adelante. Este soy yo diciendo adiós sin querer. Este soy yo sabiendo que tu futuro es brillante pero también lo es el mío. Y aunque no sean lo mismo, nunca te olvidaré.