Este es el Deseo. Esto es el Despertar Sexual. |

El deseo de despertar es profundo.

El deseo de rendirse es profundo.

El deseo por lo salvaje es profundo.

Hay una sexualidad muy profunda dentro de nosotros, hombres y mujeres.

Una sexualidad que es un portal para experimentar lo Divino. Una sexualidad que tiene un carácter salvaje: el patio de recreo de la bestia. Una sexualidad que abarca y expresa tantos aspectos de quiénes somos. Una sexualidad que en su expresión es un camino hacia la libertad. Una sexualidad que conecta, que abre el corazón y el Corazón dentro del corazón.

Una sexualidad que es una de las claves para alcanzar estados superiores de conciencia.

Y muchos de nosotros simplemente arañamos la superficie.

El deseo de despertar.

El deseo de despertar nuestra energía sexual, a nuestra energía sexual.

El deseo de despertar más allá del juicio estrecho, limitado e inhibido de una sociedad que teme a la sexualidad, que teme al placer, que teme al cuerpo y su sabiduría, que teme a la Conciencia Divina en cada célula del cuerpo.

El deseo de despertar más allá de una sociedad que controla la sexualidad, los cuerpos, el placer.

El deseo de despertar de la oscuridad de lo “sucio”, “vergonzoso”, “oculto”, “eufemista” a la apertura, a la autenticidad.

El deseo de despertar de una sociedad que teme, tal vez por encima de todo, de muchas maneras, a Yoni y a todo lo que ella es: Diosa, Amor, Creación, Verdad.

El deseo de rendirse.

El deseo de rendirnos a nuestra verdadera naturaleza.

El deseo de entregarse a ser hombre. Nos hemos asustado de nuestra fuerza, de nuestro poder. Nos hemos vuelto enojados, agresivos, confusos e inseguros.

El deseo de entregarse a ser mujer, de estar segura de ser la diosa salvaje, ardiendo con el fuego del deseo, de la pasión.

El deseo de saber, de entregarnos a nuestra oscuridad y a nuestra luz, de conocer lo informe, lo atemporal, lo eterno y conocer este cuerpo, este tiempo, esta vida, este momento.

Todo Divino.

El deseo de lo salvaje.

Muchos de nosotros, hombres y mujeres, anhelamos vivir con la libertad de la naturaleza.

Y sabemos que la sexualidad es un lugar para su expresión.

Muchas mujeres lo han visto y lo han ocultado. Muchas mujeres sólo lo sacarán a la luz cuando hay seguridad, cuando hay aceptación, cuando saben que un hombre puede tener espacio para ello, bailar con ello, adorarlo.

Muchos hombres temen su carácter salvaje y no tienen idea de ello.

Muchos hombres temen la naturaleza salvaje de las mujeres porque no conocen su propia naturaleza salvaje.

Muchos hombres avergüenzan a las mujeres salvajes, al igual que muchas mujeres.

Muchos de nosotros rehuimos el salvajismo Divino y la libertad que trae.

Muchos de nosotros tememos lo sagrado de la sexualidad y el camino de revelación que abre.

El deseo…

sin límites.

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