Hay mucha conmoción en torno a encontrar una pareja perfecta o encontrar a alguien que te comprenda. Está en todas partes, en películas, en las redes sociales. Encontrar el amor eterno, el amor que alimenta el alma de la persona involucrada. Amor que es dichoso, pero no ignorante el uno para el otro. Amor que celebra la felicidad y rompe el dolor. Amor que sea divertido y espontáneo. Bueno, no tiene nada de malo, porque el amor en su verdadera naturaleza es todo eso y más. Amar es compartir y creer. Pero existe una falacia en la forma en que se muestra en las películas y los medios. llamémoslo “El Amor Perfecto”.
“El Amor Perfecto” se encuentra en otra persona. Está en algún lugar ahí fuera, esperando a que lo encuentres.
Y entonces comienza la búsqueda para encontrar la pareja perfecta. Obsesionarse con encontrar a alguien que te comprenda puede ser inútil. Este es el por qué.
El primer problema es que es egocéntrico. Está centrado a tu alrededor. No involucra las necesidades de la otra persona. Buscas una persona que te comprenda, pero ¿qué pasa con esa persona? Si buscas que te comprendan, entonces te das prioridad a ti mismo frente a la otra persona.
Cada ser humano es único. Puedes tener puntos de vista similares, pero en algún momento chocarán. No puedes escapar de las discusiones. No puedes seguir poniendo a la otra persona por delante de ti ni seguir poniéndote a ti mismo en primer lugar.
Cada persona tiene su propia vida. No importa cuánto os améis o cuánto hagáis cosas juntos, cada persona trabajará en su vida. Encontrar a alguien que viva en tu lugar es un intento inútil. Porque aunque pudieran caminar juntos, sus ojos y sus sentidos no pueden ser los mismos. No puedes tener las mismas experiencias en las mismas situaciones. Pueden entenderse pero no pueden vivir la vida del otro.
Así que hazte responsable de tu vida y deja de obsesionarte con encontrar a la persona indicada. Necesitas encontrar muchos. Muchas personas que pueden compartir experiencias similares contigo. Más que eso, necesitas encontrarte a ti mismo. Encuentra lo que significa para ti para poder rodearte de personas que sienten lo mismo. La comprensión no está afuera, no es otra persona u otra cosa, la comprensión está dentro. Tu comprensión de ti mismo, de tus necesidades y del amor que necesitas.
Una metáfora muy adecuada para esto puede ser una palmada. Considere chocar los cinco cuando dos personas aplauden. Chocar esos cinco es un sentimiento de logro y de compartir. Compartir la felicidad, compartir el trabajo duro y los sentimientos dentro del logro. Esto es bastante similar al amor entre personas, donde se comparten emociones, trabajo duro y sacrificio para estar juntos. Pero esa no es la única forma de aplaudir. Más bien, ni siquiera es la forma más sencilla. La forma más sencilla es utilizar tus propias manos. Del mismo modo, la forma más sencilla de experimentar el amor es empezar por uno mismo. Así como aplaudir es apreciar algo, amarse a uno mismo es apreciar y aceptar quién eres. Y cuando aprendes a valorarte a ti mismo, eso a su vez te ayuda a apreciar las cosas y a otras personas lo suficiente como para levantar la mano y aplaudir.
Así que empieza por ti mismo. Nadie puede entenderte mejor que tú mismo. Ese alguien perfecto eres TÚ.