Ello, el Yo y el Superyó (Descripción + Ejemplos) –

¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces no puedes resistirte a comer una galleta, incluso cuando sabes que no es saludable? ¿O por qué decides estudiar para un examen incluso cuando preferirías jugar videojuegos? Estas decisiones podrían tener algo que ver con tres partes de nuestra personalidad de las que habló un famoso psicólogo llamado Sigmund Freud. Llamó a estas partes el ello, el yo y el superyo.

Freud creó la teoría psicoanalítica de la personalidad, que es un modelo para describir por qué somos como somos, e incluye tres aspectos: el ello, el yo y el superego.

En este artículo, exploraremos y aclararemos la compleja relación entre el ello, el ego y el superego, y cómo estas partes trabajan juntas para influir en cómo nos comportamos y tomamos decisiones. Analizaremos qué hace cada una de estas partes, cómo interactúan entre sí y por qué nos resulta útil comprenderlas.

¿Qué son el ello, el yo y el superego?

Hay muchas teorías diferentes sobre las personalidades. Algunas de estas teorías se desarrollaron hace más de 100 años y todavía hoy son objeto de acalorados debates. Básicamente, nadie sabe exactamente por qué somos como somos, o cómo llamarlo, pero observar estas teorías puede ayudarnos a comprendernos mejor a nosotros mismos y nuestras motivaciones.

Uno de los primeros psicólogos que ideó una teoría de la personalidad fue Sigmund Freud.

Sigmund Freud fue una figura muy importante en el mundo de la psicología. Vivió entre 1856 y 1939 en Viena, Austria, y se le ocurrieron grandes ideas de las que la gente todavía habla hoy. Una de sus ideas más famosas trata sobre cómo nuestra personalidad se compone de estas tres partes diferentes:

  • El Identificación es la parte de nosotros que quiere las cosas ahora mismo, como esa galleta, y no le importan las reglas ni las consecuencias.
  • El Ego es como quien toma las decisiones. Intenta encontrar un equilibrio entre lo que quiere el ello y lo que realmente es una buena idea en la vida real.
  • El Superego es como nuestro libro de reglas interno. Nos dice lo que está bien y lo que está mal y puede hacernos sentir culpables cuando rompemos las reglas.

Todas estas partes viven (al menos en parte) en nuestra mente inconsciente, que es la parte de nuestra mente de la que normalmente no somos conscientes. Es lo que sucede automáticamente, incluyendo todo, desde almacenar recuerdos hasta hacernos alejarnos instintivamente cuando ponemos la mano sobre una estufa caliente.

Una mirada más profunda al ello

Imagina que estás en una tienda de dulces y ves una paleta enorme y colorida que acabas de comprar. tener tener. No te importa cuánto cueste o que tus padres hayan dicho que no más dulces hoy: ¡los quieres ahora! Ese deseo poderoso e inmediato proviene de una parte de tu personalidad que Sigmund Freud llamó la Identificación.

¿Qué es el DNI?

El ello es la parte instintiva más básica de nosotros. Es como el niño pequeño dentro de nuestras mentes. Quiere lo que quiere y lo quiere ahora. Al ello no le preocupan las reglas, la lógica o lo que es bueno para nosotros a largo plazo. Está impulsado por el principio del placerlo que significa que busca el placer (como disfrutar de esa paleta) y evita el dolor (como la sensación de hambre).

El papel del ello en la personalidad

El ello es donde viven nuestros deseos más crudos y primarios. Se trata de satisfacer necesidades e impulsos básicos, como el hambre, la sed y la comodidad. Cuando eras un bebé y llorabas en el momento en que tenías hambre o te sentías incómodo, esa era tu identificación en acción. No es egoísta ni malo; es una parte natural de quiénes somos.

Ejemplos de la identificación en acción

  • Tomar una galleta a escondidas antes de cenar, incluso cuando sabes que no debes hacerlo.
  • Gritar cuando estás enojado, en lugar de hablar con calma sobre lo que te molesta.
  • Elegir jugar videojuegos toda la noche, ignorando el hecho de que tienes escuela o trabajo al día siguiente.

Cómo se desarrolla el ello

El ello es la primera parte de nuestra personalidad en desarrollarse. Está ahí desde el día en que nacemos. Cuando somos bebés, lloramos cuando tenemos hambre o necesitamos que nos cambien el pañal. No pensamos en si es un buen momento para nuestros padres; solo queremos que nuestras necesidades sean satisfechas de inmediato. Ese es el Id haciendo su trabajo, ayudándonos a sobrevivir asegurándose de que nuestras necesidades básicas se comuniquen en voz alta y clara.

Una mirada más profunda al ego

Volvamos por un momento a esa tienda de dulces. Quieres la paleta y tu identificación grita: «¡Consíguela ahora!» Pero entonces, otra parte de ti empieza a pensar. Te recuerda que te queda poco dinero y que lo estabas ahorrando para comprarle un regalo para el cumpleaños de tu amigo. Esta parte tuya reflexiva y encargada de tomar decisiones es lo que Sigmund Freud llamó la Ego.

¿Qué es el Yo?

El Ego es como el árbitro en un juego entre lo que quieres hacer (tu Id) y lo que debes hacer (tu Super-Ego, del que aprenderemos a continuación). Opera sobre el principio de realidad. Esto significa que el Ego comprende las reglas del mundo real y trata de encontrar un equilibrio entre nuestros deseos y lo que es realmente posible y sensato.

El papel del ego en la personalidad

El Ego es la parte de nuestra personalidad que nos ayuda a tomar decisiones. Es como un amigo sabio que comprende que no siempre podemos tener lo que queremos justo cuando lo queremos. El Ego considera el mundo real: cosas como las reglas, los sentimientos de otras personas y la seguridad. Es la parte de nosotros que elabora un plan que considera tanto lo que queremos como lo que tiene sentido.

Ejemplos del ego en acción

  • Decidir comprar un regalo más pequeño y menos costoso en la tienda de dulces para poder comprarle un regalo de cumpleaños a tu amigo.
  • Respira hondo y cuenta hasta diez antes de responder cuando estés realmente enojado.
  • Poner una alarma y acostarte a una hora prudencial, aunque quieras seguir jugando videojuegos, porque mañana tienes un examen.

Cómo se desarrolla el ego

El Ego comienza a desarrollarse cuando somos niños pequeños, alrededor de los dos o tres años. Aquí es cuando empezamos a aprender que no siempre podemos conseguir lo que queremos cuando lo queremos. Empezamos a comprender las reglas y la realidad que nos rodea, como esperar nuestro turno o no tocar algo caliente. El Ego es como nuestra persona interior, que nos ayuda a navegar por el mundo de forma reflexiva.

Una mirada más profunda al superego

Ahora, imaginemos una escena diferente. Estás en casa de un amigo y ves un juguete nuevo y brillante que siempre has querido. Piensas en tomarlo sin que lo sepan, sólo por un ratito. Pero entonces, una voz dentro de tu cabeza te dice: «Eso no está bien. Tomar algo sin preguntar es robar». Esta brújula moral dentro de nosotros, que nos guía sobre lo que está bien y lo que está mal, es lo que Sigmund Freud llamó la Superego.

¿Qué es el Superyó?

El Superego es como el libro de reglas o el padre ideal dentro de nuestra mente. Es la parte de nuestra personalidad que sostiene nuestro sentido del bien y del mal. Se basa en los valores y la moral que hemos aprendido de nuestros padres, maestros y la sociedad. Es como un entrenador que intenta convertirnos en la mejor persona que podemos ser.

El papel del superego en la personalidad

El Superego quiere que seamos perfectos. Es la parte de nosotros que se siente orgullosa cuando hacemos algo bueno, como decir la verdad cuando podríamos haber mentido. Pero también es la parte que nos hace sentir culpables o avergonzados cuando rompemos las reglas o actuamos de una manera que sabemos que no es correcta.

Ejemplos del Superyó en acción

  • Elegir no hacer trampa en un examen, aunque eso signifique obtener una calificación más baja, porque sabes que hacer trampa está mal.
  • Disculparte con tu hermano después de haberle gritado, porque te sientes mal y sabes que no fue algo amable.
  • Decidir dedicar tu tiempo libre a ayudar a un vecino con su trabajo en el jardín, porque es algo amable y responsable.

Cómo se desarrolla el superego

El Superego comienza a formarse alrededor de los cinco o seis años, generalmente cuando comenzamos la escuela y aprendemos mucho sobre reglas y comportamiento social. Continúa creciendo a medida que envejecemos y aprendemos más sobre los valores de nuestra familia y sociedad. Piense en ello como un jardín que seguimos cuidando y dándole forma a medida que aprendemos más sobre lo que significa ser una buena persona.

La interacción del ello, el yo y el superego

Ahora que sabemos acerca del ello, el ego y el superego, pensemos en cómo trabajan juntos, casi como un equipo dentro de nuestras mentes. A veces están de acuerdo y funcionan sin problemas, pero otras veces pueden discutir y hacernos sentir en conflicto. ¡Es como tener un mini debate dentro de tu cabeza!

Cómo estos componentes interactúan y entran en conflicto

Imagina que estás sentado en clase y estás realmente aburrido. Es posible que tu ID esté susurrando: “Esto es aburrido. Garabateemos en el escritorio”. Su Superego podría responder: «No, eso va en contra de las reglas y es una falta de respeto a la propiedad de la escuela». En el medio, tu Ego podría ceder y decir: “¿Qué tal si prestamos atención ahora y garabateamos en nuestro propio papel después de clase?”

Este es un ejemplo de la interacción—o la forma en que el ello, el yo y el superego se comunican entre sí e influyen en nuestras decisiones.

El concepto de mecanismos de defensa

A veces las discusiones entre estas partes de nuestra personalidad crean estrés o ansiedad. Para ayudar a lidiar con esto, nuestro Ego usa algo llamado Mecanismos de defensa. Son como trucos mentales que nos ayudan a sentirnos mejor y a mantener el equilibrio. Por ejemplo, si hacemos algo que sabemos que está mal, podríamos intentar olvidar lo que sucedió o poner excusas de por qué en realidad no es culpa nuestra. Este es el Ego tratando de reducir la culpa que el Super-Ego nos hace sentir.

Ejemplos de interacción de la vida real

  • Decidir comer sólo la mitad de la barra de chocolate ahora y guardar la otra mitad para más tarde, después de un mini-debate entre tu Id (que quiere comérselo todo ahora) y tu Super-Ego (que te recuerda acerca de una alimentación saludable).
  • Elegir hacer los deberes antes de jugar a los videojuegos, una decisión guiada por el Ego, que equilibra el deseo del Ello de jugar inmediatamente y el sentido de responsabilidad del SuperYo.

Críticas a la teoría del ello, del yo y del superyó

Las ideas de Sigmund Freud sobre el ello, el yo y el superego son fascinantes y han tenido un gran impacto en la psicología. Sin embargo, también han provocado muchos debates y desacuerdos. Profundicemos un poco más en por qué algunas personas tienen opiniones diferentes sobre estos conceptos.

Falta de evidencia empírica

Una de las principales críticas es la falta de evidencia empírica apoyando las teorías de Freud. Esto significa que sus ideas se basaron principalmente en sus observaciones y pensamientos, más que en experimentos y datos que otros pudieran verificar y repetir. Hoy en día, los científicos utilizan métodos estrictos para probar teorías, pero las ideas de Freud son difíciles de probar con este tipo de pruebas. Los críticos argumentan que sin esta evidencia sólida, las teorías de Freud se parecen más a ideas interesantes que a hechos científicos.

Los prejuicios de género

Freud vivió en una época diferente, con ideas diferentes sobre hombres y mujeres. Los críticos dicen que sus teorías se centraban en gran medida en los hombres y hacían algunas suposiciones sobre las mujeres con las que hoy no estaríamos de acuerdo. Por ejemplo, Freud pensaba que los niños y las niñas pasaban por diferentes etapas psicológicas a medida que crecían, y describió a las mujeres de una manera que muchas personas ahora consideran obsoleta e injusta. Estos críticos sienten que es posible que las teorías de Freud no se apliquen a todos por igual debido a este sesgo.

Limitaciones culturales

Las teorías de Freud se basaron en sus experiencias y observaciones en la Europa de principios del siglo XX, lo que significa que estaban arraigadas en una cultura y una época específicas. Algunos críticos argumentan que estas teorías podrían no tener sentido para personas de otras culturas del mundo. Las personas en diferentes lugares pueden tener ideas muy diferentes sobre lo que está bien y lo que está mal o lo que una persona debería desear en la vida, por lo que los conceptos de Freud sobre el ello, el yo y el superego podrían no encajar…