Como parte de su deseo de controlar y manipular, a los narcisistas les gusta verte emocionalmente desarticulado y nervioso. Cuando estás abiertamente agitado, tenso o discutiendo, piensan: «Definitivamente puedo usar esto a mi favor».
Hay dos mentalidades distintas que podrían estar en juego en esos momentos. Uno puede ser descrito como emoción sobre mentey el otro podría llamarse mente sobre emoción. Como puedes imaginar, este último te permite mantenerte estable mientras que el primero te mantiene en un estado desregulado.
Para tener una idea de la necesidad de examinar qué mentalidad utiliza, consideremos algunos escenarios comunes y la desregulación que los acompaña:
- El narcisista te dice repetidamente lo inapropiado que eres, dejándote con la frustración crónica de saber que nunca complacerás a esa persona.
- Esa persona tiene sentimientos continuos de desprecio y desdén hacia ti, e incluso cuando no los expresa abiertamente, sabes que están ahí, justo debajo de la superficie.
- Cuando está en grupos, el narcisista puede expresar opiniones duras, creando fricciones con cualquiera que no esté de acuerdo. Te sientes exasperado.
- Has tenido muchas conversaciones con el narcisista sobre la necesidad de aceptar a los demás tal como son, sólo para que te digan que eres ingenuo o que no sabes de lo que estás hablando.
- El narcisista puede discutir y lo hará sobre trivialidades, y tú simplemente sacudes la cabeza debido a lo absurdo de todo.
- O podría ser que quieras que el narcisista participe en un diálogo constructivo pero lo único que obtienes es desinterés y falta de cooperación.
En este tipo de escenarios, sus emociones pueden desencadenarse y es posible que alimente pensamientos como:
- No puedo creer que seas tan testarudo. ¿Qué te pasa de todos modos?
- Eres absolutamente imposible. ¿Cuándo vas a aprender que no siempre se trata de ti?
- Realmente no me gustas. De hecho, sólo desearía que te fueras.
- ¡Es inútil tratar de hablar contigo porque eres tan negativo!
- ¿Por qué tienes que ser tan idiota?
Es en momentos como este cuando el emoción sobre mente domina la respuesta. No te equivocas al albergar tus emociones. Después de todo, los narcisistas son personas difíciles que son crónicamente desdeñosas y a nadie le gusta que lo traten como una molestia.
Pero pensemos detenidamente en lo que sucede cuando tus emociones gobiernan, dejándote en una zanja no deseada de desesperación. ¿El narcisista parece tener curiosidad por saber por qué sientes lo que sientes? ¿Sus súplicas alguna vez resultan en ajustes constructivos? ¿Esa persona agradece cuando le ofreces una perspectiva diferente?
Por supuesto, una vez que tus emociones toman el control, te conviertes en masilla en las manos del narcisista, lo que lleva a esa persona a pensar: «¡Sigue el juego!».
Es en momentos potencialmente volátiles como estos cuando necesitarás aplicar el mente sobre emoción respuesta. No es necesario que ignores tus emociones ni que te sientas culpable por sentir lo que sea que sientes. Pero simplemente hay ocasiones en las que el sentido común necesita vetar la emoción del momento.
Para mantenerse fuera de las garras del narcisista, puede ser beneficioso recordar la verdad y luego construir sus comportamientos y actitudes sobre esa verdad. Por ejemplo, es cierto que:
- El narcisista se preocupa por una persona y no eres tú.
- Sus comportamientos contrarios han estado vigentes durante décadas. Como era de esperar, continuarán.
- La probabilidad de que convenzas al narcisista de que sea más complaciente es cercana a cero.
- Cuando le haces preguntas al narcisista u ofreces sugerencias de cambio, existe una probabilidad extremadamente alta de que te encuentres con reacciones defensivas.
- Escuchar no es el punto fuerte de un narcisista.
- Discusión o falta de cooperación es El punto fuerte del narcisista.
- Una vez que el narcisista te desencadene emocionalmente, serás etiquetado como el problema… cada vez.
Puede parecer antinatural apagar tus reacciones emocionales para permitir que la razón tome el control, especialmente cuando estás en medio de la tensión y el estrés. Pero esa es una disciplina necesaria si quieres permanecer tranquilo. Indica su voluntad de admitir que está lidiando con una situación disfuncional. Pero también implica cuán comprometido estás con tu propia salud mental en lugar de reformar a alguien que no es una influencia saludable.
Entonces, cuando decida mantenerse emocionalmente estable, primero recuerde las situaciones más comunes que requieren su concentración. Luego aplica el mente sobre emoción táctica. Niégate a sorprenderte por el comportamiento grosero del narcisista. Elija una asertividad tranquila en lugar de una ira agresiva. Deja de lado el odio, el desprecio o la venganza. En lugar de ello, déjese guiar por los hechos y sea fiel a su sentido común.
Cuando tu mente está a cargo de tus emociones, puedes determinar que es inútil unirte al narcisista en cualquier intercambio competitivo destinado a ganar ventaja. En cambio, aceptará la lamentable verdad de que se está relacionando con una persona profundamente insegura e inestable, y lo último que necesita es dejar que esa persona marque el ritmo de su bienestar personal.
~Les Carter, Ph.D.
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