El otro día vi a la mujer más bella. Y ella no era mi novia.

foto de John Kim

Muy rápido. Déjame aclarar algo. Escribir este artículo no significa que no encuentre hermosa a mi novia. Su belleza es rica y profunda, con mil capas en las que podría vivir. Y descubro otras nuevas cada día. Pero este artículo no trata de eso.

Este artículo trata sobre el diferencia entre encontrar a alguien atractivo y elegir amar a alguien.

Conozco a muchas personas que creen que si tu pareja encuentra atractiva a otra persona, eso significa que ya no se siente atraída por ti ni te ama.

Esa diferencia entre encontrar atractivo a alguien y elegir amar a alguien es el día y la noche. Manzanas y pomelos. Es el Gran Cañón enorme. Como la diferencia entre tener pensamientos suicidas y realmente tomar las medidas necesarias para acabar con su vida. Todos hemos tenido pensamientos suicidas. Pero ¿cuántos de nosotros lo hemos intentado realmente?

Muchos se vuelven celosos y posesivos si descubren que su pareja encuentra atractiva a otra persona. Odio decírtelo, pero tu pareja sí. O lo hace. Y la voluntad. Mientras pueda respirar y ver, ha sucedido. Rasca la visión. Si respira, ha encontrado a alguien atractivo que no eres tú.

Tu novio se ha fijado en otras mujeres. Puede que no lo haya anunciado pero lo ha hecho. Pero eso no significa que quiera construir algo con ella. No significa que quiera hacer la vida diaria con ella. Y no tiene nada que ver con cuánto te ama y se siente atraído por ti.

Hay miles de millones de personas en este planeta. ¿Crees que eres el único al que tu pareja encuentra atractivo? Puede que seas el único a quien tu pareja elige amar, pero ver la belleza en los demás se llama ser humano.

Necesitamos dejar de negar el hecho de que encontramos atractivas a otras personas. Es esta negación la que crea culpa y vergüenza. El juicio que nos hacemos a nosotros mismos o a nuestra pareja por notar una cualidad en otra persona, ya sea una mente o una cara bonita, es erróneo. Y perjudicial. Ese juicio surge de la inseguridad y las amplifica hasta convertirse en un virus que infecta la relación. Es esta negación la que nos hace ir a la deriva y no permanecer presentes con la persona que elegimos amar.