El mayor problema del mundo

es falta de amor

Foto de Kevin Gent en Unsplash

El mayor problema del mundo es la falta de amor.

No como en el “amor entre dos parejas” o incluso en el caso de “padres que aman a sus hijos”, aunque, con las tasas de divorcio tan altas como son y el número de niños criados por un solo padre, claramente, esas también son cosas en las que podríamos trabajar.

No, el desamor al que me refiero es el de “amor como actitud general hacia la vida y las personas que encuentras en ella”. Este tipo de amor no es caro. No conlleva mucho estrés, responsabilidades o sacrificios. Es el tipo de amor que te hace feliz de que haya salido el sol hoy. Del tipo que te permite entrar a la oficina con una sonrisa. Este tipo de amor saluda a los extraños, da gracias y tiende una mano cuando alguien cae. No pretende que todo sea perfecto, pero reconoce que vale la pena vivir cada momento.

La vida no es perfecta, pero vale la pena vivirla. Cada día, no importa cuán pequeño, grande, tonto, devastador, emocionante o malo sea, merece tu atención, tiempo y energía. Todo ello. Todo lo que tienes.

Todo en la vida lo puedes hacer por amor. Suena tonto, pero es verdad.

Han pasado seis meses desde que terminé la universidad. Obtener un título fue la decisión correcta en el momento adecuado, pero, al final, me estaba agobiando. Me tomó un tiempo adaptarme después de que me quitaron ese peso, pero ahora, cada día que pasa, hago más y más cosas por amor.

Cuando llamo a mi abuela, la llamo por amor. Sé que debería llamarla más a menudo, pero aquí es donde nos encontramos en nuestras vidas. Yo, con muchas ganas de trabajar y ser útil, ella, más reflexiva y descansada de haberlo hecho toda su vida. Puede que no nos conectemos con tanta frecuencia como se supone que debemos hacerlo, pero cada vez que lo hacemos, hago lo mejor que puedo para escuchar. Le pregunto sobre su pasado, su presente y cómo ve el mundo. Hablamos de citas, carreras y las pequeñas alegrías de la vida. Cada vez que cuelgo, me siento un poco más amada. Espero que ella también lo haga.

Cuando tengo una cita, lo hago por amor. No estoy allí para agradarle, no estoy desesperado por tener sexo y no necesito obtener ningún favor. Claro, espero un romance significativo tanto como cualquiera, pero hoy me amo lo suficiente como para querer saber quién es ella. ¿De dónde viene? ¿Cómo creció ella? ¿Por qué terminó…?