Hechos y ficción
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Cuando mi hijo menor tenía ocho años, me obligaron a trabajar a tiempo completo para poder pagar nuestras cuentas y sobrevivir. No quería que mis hijos tuvieran la misma experiencia que yo tuve cuando era niña. Me molestaba no poder estar en casa con mis hijos cuando aún eran pequeños. A mis hijos les sucedieron varias cosas que no habrían sucedido si yo hubiera estado en casa. Nunca quise trabajar mientras mis hijos eran pequeños porque yo había sido un niño con llave cuando era niño.
Cuando era niño y ambos padres trabajaban, regresaba de la escuela todos los días y me encontraba con una casa vacía. Aunque mi hermano y mi hermana llegaron más tarde, estuvimos solos hasta que mis padres llegaron a casa después de las siete de la tarde. Durante los veranos, estábamos solos en casa todo el día y no se nos permitía salir a jugar o visitar amigos porque nuestros padres se habían ido. Nunca hubo leche ni galletas calientes en la mesa. No pudimos participar en deportes u otras actividades después de la escuela. No teníamos transporte a la escuela ni a ningún lado durante la semana laboral. Tuvimos suerte de que no nos pasó nada malo, pero nos perdimos muchas cosas que la mayoría de los niños experimentan porque éramos niños solos en casa.
Los padres ausentes son un tropo en las novelas para niños y jóvenes. En la ficción, la ausencia de los padres de un personaje infantil suele liberar al niño o al joven adulto para seguir sus propios sueños y aventuras, volverse independiente, vincularse con amigos y aprender sobre la vida y sobre sí mismos. Aunque los efectos de los padres ausentes son en su mayoría positivos para los personajes jóvenes de ficción, generalmente son negativos para los niños de la vida real. Si bien los personajes de ficción encuentran aventura y madurez en estas novelas, los adultos de la vida real suelen sufrir consecuencias emocionales debido a la ausencia de sus padres en su infancia.
La ausencia de un padre puede ser una ventaja si ese padre tiene una personalidad tóxica o si podría dañar al niño, pero incluso en este caso, los niños cuyos padres están ausentes se ven afectados negativamente. Si uno de los padres está ausente, el otro padre puede ser cariñoso y amable y hacer todo lo posible para satisfacer las necesidades del niño, pero la ausencia del padre desaparecido seguirá afectando a la persona, no sólo cuando sea joven, sino también cuando sea adulto.