El experimento del pequeño Albert –

El experimento Little Albert es un estudio de fama mundial tanto en el mundo del conductismo como en el de la psicología general. Su fama no proviene sólo de hallazgos sorprendentes. La historia del experimento del Pequeño Albert es misteriosa, dramática, oscura y controvertida.

El experimento Little Albert fue un estudio realizado por John B. Watson y Rosalie Rayner en 1920, donde condicionaron a un bebé de 9 meses llamado «Albert» a temer a una rata blanca emparejándola con un ruido fuerte. Más tarde, Albert mostró respuestas de miedo ante la rata y otros estímulos similares.

El experimento del Pequeño Albert es uno de los experimentos psicológicos más conocidos y controvertidos del siglo XX. En 1920, el psicólogo estadounidense John B. Watson y su estudiante de posgrado, Rosalie Rayner, llevaron a cabo un estudio. Su objetivo era explorar el concepto de condicionamiento clásico. Esta teoría propone que los individuos pueden aprender a vincular un estímulo sin emociones con una reacción emocional mediante emparejamientos repetidos.

Para su experimento, Watson y Rayner seleccionaron a un bebé de 9 meses llamado «Albert» y lo expusieron a una serie de estímulos, entre ellos una rata blanca, un conejo, un perro y varias máscaras. Al principio, Albert no mostró miedo a ninguno de estos objetos. Sin embargo, cuando los investigadores le presentaron la rata y simultáneamente golpearon una barra de acero con un martillo detrás de su cabeza, Albert comenzó a llorar y a mostrar signos de miedo. Después de varias repeticiones de este procedimiento, Albert comenzó a mostrar una respuesta de miedo solo ante la rata, incluso cuando el ruido fuerte no estaba presente.

El experimento fue controvertido debido a su naturaleza poco ética. Albert no pudo dar su consentimiento informado y su respuesta de miedo fue inducida deliberadamente y no tratada. Además, el experimento careció de rigor científico en cuanto al diseño experimental, el tamaño de la muestra y las consideraciones éticas. A pesar de estas críticas, el Experimento Little Albert ha tenido un impacto significativo en el campo de la psicología, particularmente en las áreas del conductismo y el condicionamiento clásico. También ha planteado cuestiones importantes sobre la ética de la investigación con seres humanos y la necesidad de un consentimiento informado y directrices éticas en los estudios científicos.

Aprendamos quién estuvo detrás de este experimento…

¿Quién fue John B. Watson?

John B. Watson ocupa un lugar fundamental en los anales de la psicología, marcados por elogios y controversias. A menudo aclamado como el «padre del conductismo», sus contribuciones se extienden más allá del conocido estudio de Little Albert. En la Universidad Johns Hopkins, donde realizó gran parte de su trabajo innovador, pronunció la conferencia fundamental «La psicología como el conductista ve.»

Este discurso sentó las bases del conductismo, enfatizando el comportamiento observable y mensurable sobre los métodos introspectivos, un cambio de paradigma en la forma en que se abordaban los estudios psicológicos. La insistencia de Watson en estudiar sólo conductas observables posicionó a la psicología más estrechamente con las ciencias naturales, remodelando la disciplina. Aunque logró hitos importantes en Johns Hopkins, el mandato de Watson allí terminó en 1920 en circunstancias controvertidas, una historia en la que profundizaremos en breve.

Condicionamiento clásico

John B. Watson ciertamente fue influyente en el condicionamiento clásico, pero muchos atribuyen la génesis de este campo a otro psicólogo notable: Ivan Pavlov. El innovador trabajo de Pavlov con perros sentó las bases para comprender el condicionamiento clásico, consolidando su reputación en los anales de la investigación psicológica.

El condicionamiento clásico es el proceso por el cual un organismo aprende a asociar un estímulo con otro, lo que lleva a una respuesta específica. El experimento de Pavlov es un ejemplo por excelencia de esto. Inicialmente, Pavlov observó que los perros salivaban naturalmente en respuesta a la comida. Durante su experimento, introdujo un estímulo neutro, una campana, que no produjo ninguna respuesta específica por parte de los perros.

Sin embargo, Pavlov comenzó a tocar el timbre justo antes de presentarles la comida a los perros. Después de varias repeticiones, los perros comenzaron a asociar el sonido de la campana con la próxima comida. Sorprendentemente, incluso sin comida, solo tocar la campana hacía que los perros salivaran con anticipación. Esta respuesta involuntaria no fue un comportamiento para el cual los perros fueron entrenados intencionalmente; más bien, fue una reacción refleja resultante de la asociación que habían formado entre la campana y la comida.

La investigación de Pavlov no se centró sólo en perros y campanas; su importancia radica en las implicaciones más amplias para comprender cómo funciona el aprendizaje asociativo, influyendo en varios campos, desde la psicología hasta la educación e incluso el marketing.

¿Quién era el pequeño Albert?

John B. Watson tomó una idea de esta teoría. Y si…

  • …todo ¿Cuáles de nuestras conductas fueron el resultado del condicionamiento clásico?
  • …salivamos sólo después de conectar ciertos eventos con la obtención de comida?
  • …solo nos dio miedo tocar una estufa después ¿Por primera vez pusimos la mano sobre una estufa caliente y sentimos dolor?
  • …el miedo era algo que ¿aprendió?

Éstas son las preguntas que Watson intentó responder con el pequeño Albert.

El pequeño Albert era un bebé de nueve meses. Su madre era enfermera en la Universidad Johns Hopkins, donde se llevó a cabo el experimento. El nombre del bebé no era en realidad Albert… era sólo un seudónimo que Watson utilizó para el estudio. Debido a la corta edad del bebé, Watson pensó que sería una buena idea utilizarlo para probar su hipótesis sobre el desarrollo del miedo.

Así es como llevó a cabo su experimento, ahora conocido como el «Experimento del Pequeño Albert».

Watson expuso al pequeño Albert a varios estímulos diferentes. Los estímulos incluían una rata blanca, un mono, una máscara peluda, un perro y un pelaje de piel de foca. Cuando Watson observó por primera vez al pequeño Albert, no temía ningún estímulo, incluida la rata blanca.

Entonces, Watson comenzó el condicionamiento.

Le presentaría la rata blanca a Albert. Cada vez que el pequeño Albert tocaba a la rata, Watson golpeaba con un martillo una barra de acero detrás de la cabeza de Albert. Naturalmente, este estímulo asustaba a Albert y éste se echaba a llorar. Ésta fue la “campana” del experimento de Pavlov, pero ya se puede ver que este experimento es mucho más cruel.

Al igual que los perros de Pavlov, el pequeño Albert quedó condicionado. Cada vez que veía a la rata, lloraba y trataba de alejarse de ella. A lo largo del estudio, exhibió los mismos comportamientos cuando se expuso a estímulos «peludos». Este proceso se llama Generalización del estímulo.

¿Qué pasó con el pequeño Albert?

El estudio del Pequeño Albert se llevó a cabo en 1920. Poco después se publicaron los hallazgos en el Revista de Psicología Experimental, Johns Hopkins le dio a Watson un aumento del 50%. Sin embargo, el ascenso (y la posición de Watson en la Universidad) no duró mucho. A finales de 1920, Watson fue despedido.

¿Por qué? Al principio, la Universidad afirmó que se debía a una aventura amorosa. Watson llevó a cabo el experimento del Pequeño Albert con su estudiante de posgrado, Rosalie Rayner. Se enamoraron, a pesar del matrimonio de Watson con Mary Ickes. Ickes era miembro de una familia prominente de la zona; tras el descubrimiento de la aventura, las cartas de amor de Watson y Rayner se publicaron en un periódico. John Hopkins afirmó haber despedido a Watson por «indecencia».

Años después, surgieron rumores de que Watson no fue despedido. simplemente por su divorcio. Watson y Rayner supuestamente estaban realizando experimentos conductistas relacionados con el sexo. Esos rumores incluían afirmaciones de que Watson, una atractiva estrella de cine en ese entonces, incluso les había conectado dispositivos a él y a Rayner mientras mantenían relaciones sexuales. Estas afirmaciones parecen falsas, pero aparecieron en los libros de texto de psicología durante años.

¡Hay tantas cosas salvajes e inusuales en esta historia! Al escuchar esta historia, una de las preguntas más importantes que hace la gente es: «¿Qué pasó con el pequeño Albert?»

La verdadera historia del experimento del Pequeño Alberto

Bueno, este elemento de la historia no está exento de incertidumbre y rumores. En 2012, los investigadores afirmaron haber descubierto la verdadera historia del pequeño Albert. Al parecer, el verdadero nombre del niño era Douglas Merritte, que murió a la edad de siete años. Merritt tenía una condición grave de acumulación de líquido en el cerebro. Este elemento de la historia fue significativo: Watson afirmó que el pequeño Albert era un niño sano y normal. Si Merritte fuera el pequeño Albert, las mentiras de Watson sobre la salud del niño arruinarían su legado.

Y así fue hasta que comenzaron a surgir preguntas sobre Merritte. Investigaciones adicionales ponen a otro candidato en el ring: William Albert Barger. Barger nació el mismo día en el mismo hospital que Merritte. Su madre era nodriza en el mismo hospital donde trabajaba Watson. La historia de Barger es mucho más esperanzadora que la de Merritte: murió a los 87 años. Los investigadores se reunieron con su sobrina, quien afirmó que su tío era particularmente cariñoso con los perros, pero no mostró evidencia del miedo que se habría desarrollado a través del famoso estudio.

El misterio sigue vivo.

Críticas al experimento del Pequeño Alberto

Esta historia es fascinante, pero los psicólogos señalan que no es el estudio más ético.

Las afirmaciones sobre Douglas Merritte son sólo un ejemplo de cómo el estudio podría (y definitivamente lo hizo) cruzar las líneas de la ética. Si el pequeño Albert no era el niño sano que afirmaba Watson, bueno, no hay mucho que decir sobre los hallazgos. Además, el experimento sólo se realizó en uno niño. Nunca se llevaron a cabo investigaciones de seguimiento sobre el niño y su condicionamiento (pero esto se debe en parte a la escandalosa vida de Watson y Rayner).

El conductismo, la escuela de psicología fundada en parte por este estudio, no está tan “de moda” como lo estaba en la década de 1920. Pero nadie puede negar el poder y el legado del estudio del Pequeño Albert. Sin duda es uno de los estudios más importantes que conocer en psicología, tanto por su escándalo como por su lugar en el estudio de las conductas aprendidas.

Otros estudios controvertidos en psicología

El experimento del Pequeño Albert es uno de los experimentos más notorios de la historia de la psicología, pero no es el único. A lo largo de las últimas décadas, los psicólogos han utilizado muchos medios poco éticos o cuestionables para probar (o demostrar) sus hipótesis. Si no has oído hablar de los siguientes experimentos, ¡puedes leer sobre ellos en mi página!

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