Cuando esperar gratitud se convierte en un rasgo tóxico. |

Ver esta publicación en Instagram

Una de las palabras de moda del siglo XXI es «gratitud».

Si somos agradecidos en cada situación posible, atraemos más positividad y cosas buenas en la vida. Mantenemos diarios de gratitud, expresamos nuestra gratitud en los días de acción de gracias y hacemos muchas otras cosas simplemente porque estamos agradecidos con alguien, porque hizo algo bueno por nosotros en el pasado.

Pero, ¿qué hace y espera la gente cuando recibe gratitud? Esperar un comportamiento agradecido por un favor que hicimos es un rasgo humano general. Pero algunas personas lo esperan demasiado, casi haciendo miserable la vida de las personas que recibieron el favor.

A menudo vemos este tipo de comportamiento en personas en el lugar de trabajo, amigos e incluso familiares. Nos recuerdan constantemente lo agradecidos que debemos estar por el favor que nos hicieron. “He hecho todo por ti y mira lo ingrato que eres”, es una afirmación típica que escuchamos de padres, madres, hermanos, esposos, esposas, maestros y jefes.

Esas personas quieren que reconozcamos el favor que recibimos todos los días, obedeciendo cada una de sus órdenes. Casi quieren que actuemos como sirvientes, creando presión, sometiéndonos a la culpa, la frustración, el dilema moral, la confusión y la ira.

La mayoría de nosotros toleramos ese comportamiento tóxico en nombre de gramoratitud. Este tipo de presión conduce a una baja autoestima y ansiedad y, finalmente, a crisis y entumecimiento.

En el siglo XVIII surgió en Europa y América una nueva raza llamada “esclavitud agradecida”. Esto significa que los africanos que eran esclavos estaban agradecidos con sus amos que los trataban con amabilidad, lo que reforzó aún más la supremacía blanca sobre otras razas. Pero la esclavitud sigue siendo esclavitud. Esto interiorizó la actitud de que somos inferiores a nuestro amo en todos los sentidos, que tratarnos amablemente es un favor y debemos estar agradecidos por el resto de nuestras vidas. Pero esto desinforma a los humanos sobre sus derechos básicos.

Mantiene a ambas partes alejadas de la realidad de lo que es humanamente correcto y de lo que es incorrecto. Este tipo de gratitud siempre es peligrosa para la salud mental de quien la recibe. Vemos este uso del poder y el control no sólo a nivel nacional e internacional sino también en las familias.

Es por eso que nuestras tradiciones nos enseñan una lección importante para olvidar el bien que le hemos hecho a la gente, pero recordar el bien que otros nos han hecho a nosotros. El poder de la gratitud siempre radica en la bondad de quien la recibe pero nunca en la de quien la espera.

En resumen, nadie le debe nada a nadie. Hacer el bien a los demás cuando podemos es un rasgo humano básico y una responsabilidad, no un acto piadoso. Por lo tanto, si alguien nos hizo un favor, no es nuestro amo y nosotros no somos sus esclavos. Es un rasgo tóxico y debe identificarse antes de que nos destruya.

Mi marido siempre canta con picardía una canción hindi que dice: “Meherbani Nahi, Tumhara Pyaar manga hai” que se traduce como «No pedí tu gracia (simpatía), pero pedí amor».

nadie lo esta haciendo meherbani siendo un buen jefe, esposo, esposa, suegro o amigo.

~

autor: Lalitha Sindhuri

Imagen: lauraklinke_art/Instagram

Montaje: Elyane Youssef