Cuando «Dar» es una forma de Manipulación.

Ver esta publicación en Instagram

Entendámoslo bien: no hay nada malo en dar a los demás, pero la razón por la que todo sale mal para el dador radica en la intención detrás de dar.

A la mayoría de nosotros se nos ha enseñado desde la primera infancia a ser amables, corteses y a compartir con los demás. La intención detrás de esto es buena. Pero en algún momento del camino, nos damos cuenta de que normalmente somos recompensados ​​porque alguien nos da las gracias o incluso nos da algo a cambio cuando damos.

Con el paso de los años, esto se programa en nuestras mentes. Recibir después de dar se convierte en la norma, y ​​la intención detrás de nuestro dar se convierte en recibir.

Quizás estés pensando: “Espera un momento. No doy para recibir; Doy y no espero nada”, pero aquí es donde necesitas buscar en tu interior y pensar en tu intención cuando estás “dando a alguien” o cuando has “dado” en el pasado.

Quizás hayas dado tu tiempo, dinero o cosas físicas. Por ejemplo, podrías mantener una puerta abierta para que alguien entre y este cruce la puerta. ¿Esperas que te digan “gracias”? Si no das para recibir, no esperarás nada, ni siquiera gracias. Así es; No te pondrías furioso si ese bastardo egoísta no te dijera gracias.

Todos hemos pensado durante demasiado tiempo que es razonable dar para recibir en lugar de dar sin expectativas; Esto es innegable si tan sólo nos detuviéramos a preguntarnos cuántas veces hemos dado por conseguir en nuestra vida.

Piense en las ocasiones en las que se ha sentido descontento, utilizado o aprovechado por su pareja, amigo o colega después de hacer algo por ellos “por la bondad de su corazón”. ¿Por qué estabas molesto? ¿No mostraron suficiente gratitud? ¿Ese amigo no te ofreció una cerveza a cambio de ayudarlos a mudarse?

Ahora, pregúntate si a cambio esperabas esa gratitud, esa cerveza o incluso que alguien te respaldara más tarde.

Al verlo de esta manera, pregúntate (y responde honestamente) cuántas veces has dado para conseguir algo en tu vida.

Te lo diré: si has sentido ira, resentimiento, rabia, disgusto, conmoción u otras emociones negativas después de la falta de un intercambio amable al “dar”, siempre estabas dando para recibir. Tenías la intención de conseguir algo a cambio, ya sea inmediatamente o en un momento posterior. Por lo general, ese algo es amor, validación, respeto o aprecio a cambio de su tiempo, dinero o obsequios físicos.

Ahora que lo sabes, la próxima vez que des, podrás ser consciente de tu intención. Y si sigues dando, hazlo sin expectativas y mira qué pasa.

No podemos controlar a otra persona; Sin embargo, podemos manipularlos tratando de que se comporten de la manera que queremos, y esto incluye la amabilidad de respetarnos por nuestra generosidad.

Por eso no podemos dar para recibir; tenemos que ofrecer de corazón, genuinamente, sin expectativas, o no debemos dar nada.

~