Las rabietas, o crisis nerviosas, son arrebatos repentinos de frustración e ira. El comportamiento agresivo y los arrebatos de ira son comunes entre los niños con TDAH, aunque estos comportamientos no forman parte formalmente de los criterios de diagnóstico.
Hay muchas razones por las que los niños con TDAH tienen crisis nerviosas. Tienen dificultad para manejar los impulsos, por lo que puede resultarles difícil retrasar sus necesidades o escuchar la palabra “más tarde”.
Todavía tienen que aprender a manejar estas emociones y expresarlas apropiadamente porque son niños.
Cuando un niño se derrumba, especialmente en público, algunos padres no saben cómo responder. Algunos padres reaccionan con un extremo u otro, desde aplacar a su hijo y ceder a sus deseos o enfadarse y gritarle o castigarle.
Si bien puede parecer imposible, puede navegar por el camino rocoso de las crisis del TDAH.
¿Cómo puede consolar a su hijo que está teniendo un arrebato de ira? Aquí hay nueve estrategias.
Encuentra el gatillo
Mire lo que podría estar desencadenando los comportamientos de su hijo.
Saber qué desencadena las crisis nerviosas de su hijo puede ayudarlo a calmar la situación rápidamente. ¿Tu hijo tiene hambre? ¿Están cansados? Una vez que identifique el problema subyacente, intente resolverlo.
Esta también es una buena herramienta para prevenir colapsos.
Explique las consecuencias por adelantado.
Antes de que comience una crisis, hable con su hijo sobre las consecuencias negativas de los malos comportamientos. Sea específico cuando le diga a su hijo qué esperar.
No diga declaraciones vagas como: “Si no juegas bien, perderás tus juguetes”.
En lugar de eso, di algo como: “Si tiras ese camión otra vez, me lo llevaré”.
Antes de seguir adelante con la consecuencia, advierta a su hijo. El uso de afirmaciones de «si-entonces», como la anterior, es una buena manera de advertir a su hijo que su comportamiento debe cambiar.
Use advertencias solo si va a cumplir con las consecuencias.
Es posible que esto no funcione para todos los niños, pero será útil tener un plan que su hijo comprenda.
Hable con su hijo y anímelo a responder
Hable con calma y en voz baja con su hijo, y reconozca sus sentimientos. Hágale saber al niño que comprende por lo que está pasando. Hacer esto ayudará a que su hijo se sienta escuchado.
Póngase al nivel de su hijo y haga contacto visual. Con voz tranquila, dígale a su hijo: «Sé que estás decepcionado porque no obtuviste el juguete que querías».
Luego, anime a su hijo a expresar sus sentimientos. Pídales que califiquen su enojo o decepción en una escala del 1 al 10, siendo 10 el más alto.
Esto le dará una idea de la gravedad del problema sin pedirles que vuelvan a pasar por la emoción.
Distrae a tu hijo
Para los niños más pequeños, la distracción puede funcionar. Interrumpir el comportamiento redirige la atención de su hijo a otra cosa.
Si su hijo se está portando mal en un restaurante, déle crayones o un pequeño juego para distraerlo.
Las distracciones son una buena herramienta para usar si planea cómo manejar situaciones que pueden causar un colapso.
Dales un tiempo de espera
A veces, sin importar lo que intente, nada parece funcionar para detener el colapso.
Un tiempo fuera puede ser una buena herramienta para usar. Las estrategias de tiempo fuera son útiles para reducir las conductas negativas en los niños con TDAH.
Explíquele al niño con calma que obtendrá un tiempo de espera si el comportamiento continúa. También dígales que el tiempo de espera terminará después de que su comportamiento se haya calmado.
Antes de usar un tiempo de espera, explíquele a su hijo qué comportamientos conducirán a los tiempos de espera, dónde ocurrirán los tiempos de espera y cómo se usarán los tiempos de espera.
Al crear un espacio de tiempo fuera, quite las cosas favoritas de su hijo. Asegúrese de que el área esté alejada de distracciones, como la televisión o los juegos.
Configure el espacio con anticipación para que esté listo cuando necesite usarlo.
Ignora el colapso
Si le presta atención a la crisis, incluso una atención negativa como gritar o gritar, puede estar reforzando el mal comportamiento del niño. No darle una audiencia a su hijo puede ayudar a reducir la duración de la crisis.
Recuerde que a los niños les encanta la atención y las crisis emocionales son una buena manera de llamar su atención.
Ignorar la crisis puede detener el comportamiento de su hijo y hacer que sea menos probable que vuelva a comportarse de esa manera.
dar recordatorios
Los niños con TDAH tienen dificultades con las transiciones. Si tienen que abandonar repentinamente el patio de recreo o dejar de jugar con su juguete para ir a cenar, esto podría provocar un colapso.
Aquí es cuando los recordatorios son clave. Recordarle a su hijo en intervalos de 30, 15, 10 y 5 minutos que es casi la hora de la cena puede ayudar a reducir las crisis nerviosas.
Además, utilice consecuencias negativas si no se cumplen. Use afirmaciones del tipo “si-entonces” como: “Si no baja el camión y viene a cenar, entonces no podrá jugar con él después de la cena”.
Los recordatorios pueden ayudar a prevenir un colapso.
Premie a su hijo por su comportamiento positivo
Los niños con TDAH responden bien al refuerzo positivo o las recompensas.
La terapia conductual, una de las intervenciones terapéuticas utilizadas para el TDAH, fomenta las consecuencias positivas para reforzar las conductas positivas.
Una revisión de 2014 encontró que el uso de recompensas en niños en edad escolar con TDAH fomenta el buen comportamiento y reduce el comportamiento negativo.
Las recompensas pueden incluir sociales (afecto y elogios) y materiales (juguetes, dulces u otras cosas materiales). Las recompensas materiales se pueden utilizar en combinación con las recompensas sociales.
Cuando utilice un sistema de recompensas, planifique qué comportamientos serán recompensados y comuníqueselo claramente a su hijo.
Crear un cuadro de comportamiento que explique el sistema de recompensas y colocarlo donde su hijo pueda verlo es una buena manera de hacerle saber qué esperar.
Pedir ayuda
Si las crisis nerviosas de su hijo ocurren con frecuencia, no espere hasta perder el juicio para buscar ayuda.
Puede haber más cosas que están causando los colapsos de su hijo. El TDAH a menudo ocurre con una serie de condiciones coexistentes. De hecho, alrededor del 60 por ciento de las personas con TDAH tienen al menos otra afección coexistente.
El médico de su hijo puede ayudar a determinar si existe una razón subyacente para las crisis nerviosas de su hijo. Debido a que el TDAH se asocia con deficiencias académicas y sociales, los expertos recomiendan buscar tratamiento con un profesional de la salud que se especialice en el tratamiento conductual del TDAH.