Los INFJ son conocidos por su empatía, intuición y conocimientos profundos, y tienen una inclinación natural a traer armonía y comprensión al mundo que los rodea.
Sin embargo, al igual que cualquier otro tipo de personalidad, los INFJ pueden experimentar períodos de insalubridad que pueden afectar negativamente su bienestar y sus relaciones. Entonces, ¿cuáles son los signos de un INFJ enfermo?
En este artículo, exploraremos 11 señales de advertencia de un INFJ no saludable y lo que sucede cuando su lado oscuro toma el control. Entonces, arrojemos algo de luz sobre las sombras y obtengamos una comprensión más profunda de los desafíos que podría enfrentar un INFJ enfermo.
Pero antes de entrar en los rasgos de un INFJ no saludable, hablemos primero de qué es un INFJ no saludable.
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¿Qué es un INFJ no saludable?
Un INFJ no saludable es esencialmente un INFJ que no se encuentra en un buen lugar mental, emocional o incluso físicamente.
Verá, los INFJ suelen ser conocidos por su naturaleza compasiva, su profunda comprensión y su deseo de hacer del mundo un lugar mejor. Pero cuando no son saludables, esas maravillosas cualidades pueden caer en picada.
Un INFJ no saludable podría aislarse, retirarse de las interacciones sociales y sentirse abrumado. Es posible que te castigues con la autocrítica, esforzándote por alcanzar la perfección pero sintiendo que nunca estás a la altura.
Emocionalmente, puedes sobrecargarte y agotarte, absorbiendo las emociones de los demás como una esponja emocional. Terminas descuidando tus propias necesidades, poniendo siempre a los demás en primer lugar.
Y oye, ¡no nos olvidemos de pensar demasiado! Puedes quedar atrapado en un tornado de pensamientos, analizando cada pequeño detalle hasta que tu cabeza dé vueltas.
Sientes que has perdido el equilibrio, luchas con los límites, tu idealismo sale mal y te sientes perdido.
Ahora que sabemos qué es un INFJ no saludable, descubramos los rasgos de un INFJ no saludable y cómo se comporta un INFJ no saludable.
11 señales de advertencia de un INFJ no saludable
1. Terminas poniendo excusas por el mal comportamiento de otras personas.
Cuando el lado oscuro de un INFJ se hace cargo, su naturaleza compasiva a veces puede llevarlos por un camino desafiante. Los INFJ no saludables tienen una tendencia a poner excusas por el comportamiento tóxico de los demás, invitando sin querer al caos a sus vidas.
Racionalizas las acciones hirientes de alguien atribuyéndolas a su difícil educación, pensando que no sabe nada mejor. Esto surge de su deseo innato de ayudar y apoyar a los demás, atrayendo a menudo a personas tóxicas mientras intenta “rescatarlas” o ayudarlas.
Es un arma de doble filo, ya que tu luz brilla intensamente, pero también atrae a aquellos que agotan tu energía.
2. Te importa demasiado lo que los demás piensen de ti.
Este es uno de los principales signos de un INFJ enfermo.
A menudo te encuentras atrapado en una red de paranoia, dudando constantemente de lo que los demás realmente piensan de ti. Los comentarios inocuos o el lenguaje corporal sutil pueden malinterpretarse como señales de odio o desdén sutil, incluso cuando no hayas hecho nada que justifique esa negatividad. Es frustrante, ¿no?
En este estado, puedes empezar a ver emociones intensas donde no las hay, leer demasiado en una mirada o una pausa en la conversación y sospechar que todo está dirigido a ti.
Es como si hubieras desarrollado el hábito de esperar lo peor: creer que siempre te verán como un paria o un fenómeno. Esta mentalidad filtra cada nueva información, perpetuando el ciclo de paranoia.
3. Estás obsesionado con el perfeccionismo y eres extremadamente autocrítico.
Como INFJ, eres conocido por tus altos estándares, lo que puede ser excelente para alcanzar la grandeza. Pero, cuando un INFJ deja de ser saludable, aumentan la autocrítica a once. En serio, eres tu juez más severo.
Estableces estándares imposibles y siempre persigues esa perfección esquiva. ¿Y adivina qué? Te sientes constantemente decepcionado porque, seamos realistas, ¡nadie es perfecto! Toda esta farsa genera estrés, amigo mío, y una sensación interminable de no estar a la altura. Es como si estuvieras atrapado en un bucle perpetuo de dudas e insuficiencia.
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4. Te involucras en un pensamiento excesivo crónico.
¿Cómo se comporta un INFJ enfermo? Sigue leyendo entonces.
Tienes este increíble don llamado intuición, que es como un superpoder. Pero cuando se acelera, puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Amigos míos, los INFJ no saludables son los campeones del pensamiento excesivo, y si alguna vez han estado en esta zona oscura, saben de lo que estoy hablando.
Imagínese esto: su mente se vuelve como una rueda de hámster, que gira y gira, analizando cada pequeño detalle y el resultado potencial de una situación. Es como si tuvieras una película mental reproduciéndose una y otra vez, y es agotador.
Este pensamiento excesivo crónico conduce a una mayor ansiedad, una gran cantidad de indecisión y a sentirse atrapado en su propia mente. Es como si estuvieras atrapado en un laberinto cubierto de maleza sin salida.
5. Tienes demasiado miedo de ser vulnerable y dejar entrar a otras personas.
Tienes una inclinación natural a tomarte tu tiempo para abrirte a los demás, y eso es totalmente genial. Pero aquí está el truco: cuando sale el lado oscuro de un INFJ, levantan muros de hierro, manteniendo su verdadero yo oculto incluso de los más cercanos a ellos. Es como si estuvieran encerrados en su propia fortaleza emocional.
¿Porque preguntas? Miedo al juicio. Te aterroriza que te escudriñen y te malinterpreten. Entonces, te retiras a tu capullo, sellando tus pensamientos y sentimientos del mundo.
Pero aquí está la triste verdad: este aislamiento puede conducir a un profundo sentimiento de soledad y desesperación. Usted, como INFJ, como cualquier otro tipo de personalidad, prospera con conexiones significativas. Necesitas relaciones sólidas para florecer verdaderamente.
6. Odias absolutamente los conflictos y simplemente no puedes afrontarlos.
Este es nuevamente uno de los mayores signos de un INFJ enfermo.
Ahora bien, seamos realistas, ¿quién no prefiere la armonía en las relaciones? Es una obviedad. Pero cuando su miedo al conflicto se vuelve insalubre, las cosas se complican.
Cuando te enfrentas a un conflicto, es más probable que presiones el botón de escapar. Si no puede solucionar rápidamente el problema y restaurar la paz, puede cerrar o abandonar físicamente la escena. El conflicto es como un tornado que te deja inquieto y perdido.
Sin embargo, aquí está la cuestión. Los INFJ no saludables no anhelan discusiones ni disfrutan involucrarse en conflictos. Lo único que quieres es escapar de él, alejarte lo más posible de él. Lo único que deseas es la tranquilidad que tanto aprecias.
7. Te cuesta establecer límites personales.
¿Cómo se comporta un INFJ enfermo? ¡Exactamente así!
Como INFJ, eres un cuidador nato, con un corazón que rebosa cariño. Pero cuando no estás sano, establecer y mantener límites se convierte en una verdadera lucha.
Imagínese esto: queda atrapado en un torbellino de responsabilidades. Te cuesta decir “no” y terminas cargando con más de lo que puedes soportar. Esto te lleva a sentirte abrumado, agotado y ¿adivinen qué? El resentimiento comienza a burbujear.
Es como si estuvieras atrapado en un ciclo de autodescuido, anteponiendo constantemente las necesidades de los demás a las tuyas. Pero aquí está la cuestión: los límites son cruciales. Aprender a decir “no” cuando es necesario y priorizar el autocuidado es vital para tu bienestar. Entonces necesitas practicar eso.
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8. A veces te cierras la puerta con demasiada facilidad y te resulta difícil dejar de lado el resentimiento y el rencor.
Ah, el infame portazo de INFJ y el rencor. Profundicemos en este aspecto intrigante, ¿vale? Ahora, el portazo puede ser en realidad un mecanismo saludable para un INFJ, que lo protege de relaciones tóxicas. Es como un poderoso escudo de autoconservación.
Pero aquí está el truco: el lado oscuro de un INFJ sale a la luz y cierras esa puerta sin siquiera intentar abordar el problema subyacente. Es como si te saltaras todos los pasos y fueras directamente al «adiós».
En lugar de ser un último recurso, el portazo se convierte en el método de referencia para cualquier problema en la relación. Es como si hubiera perdido la clave para abrir la comunicación y la resolución de problemas. Y no olvidemos los rencores que guardas con fuerza. Os convertís en guardianes del resentimiento y os aferráis a heridas del pasado.
9. Te involucras en críticas excesivas a los demás.
Uno de los principales rasgos de un INFJ no saludable es este.
Eres conocido por tu increíble comprensión y empatía. Pero cuando no estás sano, puedes caer en la trampa de la crítica excesiva.
Como INFJ poco saludable, comienzas a ser quisquilloso y a juzgar demasiado a quienes te rodean. Te concentras en los defectos de los demás como una forma de desviar la atención de tus propias luchas internas. Es como una cortina de humo, ¿sabes?
En lugar de mostrar tu compasión y comprensión habituales, te conviertes en un crítico severo. Pero aquí está la cuestión: esta crítica excesiva sólo perpetúa tu propia infelicidad y te aleja de conexiones significativas.
10. Te vuelves emocionalmente volátil y tienes intensos cambios de humor.
¿Qué es un INFJ no saludable?
En un momento, eres el epítome de la empatía y la comprensión, irradiando calidez y compasión. Pero en un abrir y cerrar de ojos, puedes transformarte en un ser irritable y emocionalmente reactivo.
Estos intensos cambios de humor pueden hacer que todos, incluido usted mismo, se sientan desconcertados y nerviosos. Es como montar en una montaña rusa emocional sin señales de advertencia ni cinturones de seguridad.
Los cambios repentinos en las emociones pueden desorientar y crear confusión y tensión en las relaciones. Es importante recordar que estos cambios de humor son una señal de agitación interna y que necesita apoyo y comprensión.
11. Te aíslas y te retraes.
¿Cómo se comporta un INFJ enfermo? ¡Exactamente así! Además, este es uno de los signos más comunes de un INFJ no saludable.
Los INFJ suelen florecer en el ámbito de las conexiones significativas. Pero cuando te retiras de tus círculos sociales y evitas las interacciones, es posible que algo ande mal.
Cuando sale el lado oscuro de un INFJ, comienzas a alejarte y, en cambio, buscas la soledad. Es como si hubieras construido un muro invisible a tu alrededor. Este retraimiento podría ser una señal de alerta, indicando que estás abrumado o lidiando con una agitación emocional interna.
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¿Cómo puede un INFJ enfermo volver a estar sano?
- Autorreflexión: Tómese el tiempo para comprender e identificar sus propias emociones, necesidades y límites.
- Busque apoyo: Comuníquese con amigos, familiares o profesionales de confianza que puedan brindarle orientación y escuchar.
- Practica el autocuidado: Priorice su bienestar físico, emocional y mental participando en actividades que lo rejuvenezcan y nutran.
- Establecer límites: Aprenda a comunicar asertivamente sus límites y a decir “no” cuando sea necesario para evitar sentirse abrumado.
- Abraza la autocompasión: Trátate con amabilidad y comprensión, aceptando que nadie es perfecto.
- Equilibre el tiempo a solas y la interacción social: Encuentre el equilibrio adecuado entre la soledad y la conexión con los demás para evitar el aislamiento.
- Desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables: Explore salidas saludables como llevar un diario, la expresión creativa o prácticas de atención plena para controlar el estrés y las emociones.
- Cultivar la autoconciencia: Presta atención a tus pensamientos, emociones y comportamientos, fomentando una comprensión más profunda de ti mismo.
- Participar en el crecimiento personal: Realiza actividades o pasatiempos que promuevan el desarrollo personal y te permitan explorar tu…