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Hace unas semanas, sintonicé un episodio del popular podcast, “Sexo con Emily,”en Spotify.
Comencé a escuchar este podcast por pura curiosidad sobre quién era esta terapeuta sexual, Emily. Su rostro apareció en mi cuenta de Instagram un par de veces y me gustó su contenido. Parecía refrescante y sexualmente positivo de una manera que se sentía solidaria, nutritiva y libre de vergüenza.
Quería comprender más mi sexualidad y, después de escuchar algunos episodios, se convirtió en algo habitual poner un episodio mientras me cambio para prepararme para salir o mientras preparo la cena. Escuchar un episodio se sintió como el tipo de conversación que tendrías con tus amigas cuando hablas de algo picante. Para mí, también lo siento como un momento en el que me permito escuchar algo que promueve mi bienestar femenino y mi placer. Es una de las formas en que estoy sanando mi energía femenina después de años de estar en una piel más «masculina» y defensiva. Permitir el placer es permitir la receptividad y una profundización del divino femenino interior, y estoy aquí para ello.
En uno de sus episodios recientes, entrevista a la Dra. Helen Fisher, una reconocida antropóloga biológica y autora de Anatomía del amor. Fue, con diferencia, uno de los episodios más informativos que he escuchado en el programa. La Dra. Fisher habló sobre su prueba de personalidad, que fue realizada por más de 14 millones de personas en 40 países. Básicamente, divide las personalidades en cuatro sistemas cerebrales básicos: sistemas de dopamina, serotonina, testosterona y estrógeno.
Ella también llama a estos cuatro tipos:
>> Explorador: aquellos que expresan principalmente los rasgos relacionados con el sistema de dopamina.
>> Constructor: aquellos que expresan principalmente los rasgos relacionados con el sistema serotoninérgico.
>> Director: aquellos que expresan principalmente los rasgos vinculados al sistema de testosterona.
>> Negociador: aquellos que expresan principalmente los rasgos relacionados con el sistema estrogénico.
Aunque somos en su mayoría una combinación de todo tipos, todavía tenemos nuestro modelo único o cualidades que nos parecen inherentemente naturales. Ella recomienda mirar sus dos sistemas principales, ya que estos serán con los que probablemente se exprese más. Tus tipos primario y secundario pueden ayudarte a comprender tu estilo de personalidad.
Hice la prueba y mi tipo principal era Constructory el tipo secundario fue Negociador. El resultado me pareció muy preciso. Hay algo estimulante en leer algo que confirma lo que sientes por dentro pero de una manera diferente y más creativa.
Cuando me senté y analicé que soy principalmente una persona impulsada por la serotonina, tenía mucho sentido. Los constructores suelen ser tranquilos, sociables y atentos a los detalles. El negociador estaba en segundo lugar, están impulsados por los estrógenos y generalmente pueden tolerar la ambigüedad, tienen una gran flexibilidad mental y son como psicólogos naturales, lo que también se parece mucho a mí.
Comprender esto mejor me permitió aceptar esas cualidades como parte de quién soy en lugar de sentir que tenía que ser de todos los tipos a la vez. Mis años de perfeccionismo siempre me hicieron querer demostrar que puedo serlo todo si trabajo lo suficiente. Pero curarme de los efectos dañinos del perfeccionismo ahora me hace apreciar ser selectivo. Puedo simplemente ser quien soy, en lugar de intentar demostrar que soy bueno siendo súper empático, lógico, idealista, altruista; no todos mis sistemas cerebrales tienen que impulsarme en igual medida. Puedo inclinarme por una cosa más que por la otra.
Creo que es realmente sorprendente que podamos entender nuestra predisposición natural hacia algo en nuestra vida, ya sea a través de pruebas de personalidad como ésta, o a través de cartas natales astrológicas, o la ciencia de la numerología, o pruebas de salud cronobiológicas, o todos los demás métodos disponibles para nosotros. . Nada de esto está escrito en piedra, determinando quiénes somos de manera rígida, pero definitivamente podemos comenzar a comprender un poco más nuestras inclinaciones naturales.
A veces me propongo volver a hacer una prueba un par de años después para ver si he cambiado. Recuerdo que cuando hice la prueba MBTI por primera vez, era introvertido. Después de mudarme a Sydney, vivir y trabajar aquí durante algunos años, volví a hacer la prueba y fui extrovertido. Todo muy cierto, porque había notado un cambio fundamental en cómo me expreso en ese tiempo. Me había vuelto más extrovertida y más necesitada de comunidad en comparación con lo cómoda que me sentía en casa.
Nelson Mandela lo dijo mejor:
“No hay nada como regresar a un lugar que permanece sin cambios para encontrar las formas en que uno mismo ha cambiado”.
Puedes encontrar la prueba, aquí.
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