La originalidad fue la clave.
Ilustración del autor
Las citas nunca han sido más accesibles y complicadas. Es desalentador acercarse a alguien en público. Es incómodo conocer a alguien en línea. Sin embargo, nada parece más aterrador que quedarse solo.
Durante la última década, los desarrolladores de aplicaciones aceptaron el desafío de los encuentros humanos. A la vanguardia de las aplicaciones de citas, Tinder cuenta ahora con más de 57 millones de usuarios en todo el mundo.
La interfaz es sencilla: en tu pantalla aparecen perfiles de personas de tu zona (incluidas fotos y descripciones); deslizas el dedo hacia la derecha si te gusta el perfil y hacia la izquierda si no te gusta.
Cuando una aplicación tiene un diseño tan simple y un propósito tan claro, ¿qué podría salir mal?
Distribución de género
Si eres un hombre heterosexual, ya estás en desventaja en Tinder. Según GlobalWebIndex, los hombres superan en número a las mujeres 6:4 en la plataforma.
Los hombres también tienden a deslizar el dedo hacia la derecha casi todo el tiempo, en comparación con las mujeres que lo hacen sólo en perfiles que realmente les atraen. Por lo tanto, las mujeres tienen que gestionar un excedente de coincidencias potenciales, mientras que la mayoría de los hombres tienen un déficit.
La situación tampoco es halagüeña para las mujeres. Como son más selectivas, la mayoría de las mujeres sólo coincidirán con los hombres más deseables. Estos pocos hombres terminarán con demasiados partidos para elegir. Ante un superávit, muchos tratarán a las mujeres con las que coinciden como opciones prescindibles.
Puntuación de deseabilidad
Mencioné que los «hombres deseables» obtienen la mayoría de las coincidencias del sexo opuesto. ¿Pero quién decide qué es “deseable”?
Durante años, Tinder solía tener una “puntuación Elo”: un número secreto que cuantificaba el atractivo de cada usuario. Cuantos más golpes correctos conseguía alguien, mayor puntuación obtenía. La idea era priorizar a las personas con puntuaciones similares para aumentar sus probabilidades de coincidencia.
Dado que los hombres se deslizaron hacia la derecha en casi todos los perfiles femeninos, la puntuación promedio femenina aumentó mucho más que la puntuación promedio masculina. Por lo tanto, la mayoría de los usuarios masculinos se volvieron invisibles para las usuarias.
La mayoría de las mujeres tenían que competir por la minoría de hombres con puntuaciones altas y la mayoría de los hombres tenían que competir…