Cómo se conectan la obesidad y la salud mental

La obesidad está ligada a los trastornos de salud mental, pero la correlación es compleja. Esto es lo que necesita saber sobre el vínculo entre el peso corporal, la depresión y la ansiedad.

Puede ser difícil lidiar con la ansiedad y la depresión, pero su peso corporal no es el único determinante de las condiciones de salud mental que puede experimentar. Todos los cuerpos son diferentes.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 42 % de la población estadounidense tiene obesidad. La Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales informa que 1 de cada 5 adultos en los Estados Unidos experimenta una enfermedad mental cada año.

Si bien los expertos todavía están tratando de determinar exactamente cómo se conectan estos trastornos comunes, saben que existe un vínculo y que millones de estadounidenses se ven afectados. Comprender cómo se vinculan la salud mental y el peso corporal puede ayudarlo a defender mejor sus necesidades de salud.

Las investigaciones han demostrado que la obesidad está asociada con aproximadamente un 25 % más de riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo y de ansiedad. Pero se necesita más investigación porque este estudio no muestra si la obesidad causa estos trastornos o viceversa.

La obesidad se define como tener un índice de masa corporal (IMC), una medida de la grasa corporal basada en la altura y el peso, de 30 o más. Pero se sugiere no usar esta herramienta únicamente para determinar condiciones de salud u opciones de tratamiento.

Según un estudio de 2015, el IMC tiene limitaciones a la hora de determinar la masa grasa corporal.

Los expertos sugieren que preocuparse por el aumento de peso o albergar sentimientos negativos sobre la propia imagen puede causar ansiedad.

Un gran estudio de 2017 con estudiantes de secundaria sugirió que la insatisfacción con la imagen corporal coincide con síntomas de trastornos de ansiedad, como:

La ansiedad se asocia con una mayor actividad en una parte del cerebro conocida como eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal (HPA). Un estudio en animales de 2009 sugiere que el apetito de una persona puede aumentar cuando el eje HPA no funciona correctamente, lo que puede conducir a un aumento de peso.

Un estudio en animales de 2021 publicado en Psiquiatría Molecular también descubrió información sobre el vínculo entre la obesidad y la salud mental.

Los investigadores encontraron que un circuito neuronal en el cerebro que regula el estado de ánimo y el apetito puede ser un objetivo clave para ambas condiciones. Cuando les dieron a los ratones una combinación de dos medicamentos que actúan en este circuito, los animales experimentaron menos ansiedad y perdieron peso.

Algunos síntomas de ansiedad pueden incluir:

  • sentimientos de preocupación o pavor que interfieren con la vida cotidiana
  • sentirse inquieto, irritable, nervioso o ansioso
  • problemas para concentrarse
  • fatiga
  • dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido
  • dolores de cabeza inexplicables, dolores de estómago u otros tipos de dolor

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 43 % de los adultos con depresión entre 2005 y 2010 tenían obesidad. Los adultos diagnosticados con depresión tienen más probabilidades de ser obesos que aquellos sin el trastorno.

La investigación también ha sugerido una relación inversa entre la depresión y la obesidad. Según un gran estudio de 2014, la depresión tiene una mayor prevalencia en personas con obesidad o bajo peso.

Aunque no se conocen las razones exactas de esta asociación, es probable que intervengan factores genéticos, sociales y ambientales. Además, los medicamentos antidepresivos que se usan para tratar la depresión pueden provocar un aumento de peso en algunas personas.

La depresión puede fomentar la falta de energía, lo que posiblemente lleve a una menor actividad física y, en última instancia, al aumento de peso.

Los signos comunes de depresión pueden incluir:

  • tristeza severa o persistente
  • sentimientos de desesperanza, inutilidad, culpa, irritabilidad o negatividad
  • pérdida de interés en actividades que alguna vez fueron placenteras
  • fatiga
  • dificultad para concentrarse
  • problemas de memoria
  • problemas para dormir
  • cambios de peso
  • pensamientos de suicidio o muerte
  • dolores de cabeza inexplicables, dolores de estómago u otros tipos de dolor

Cuidar su cuerpo, tanto física como mentalmente, puede ayudar a mejorar su salud en general y ayudarlo a sentirse mejor.

Considere los siguientes consejos para nutrirse:

  • Mantente activo: El ejercicio regular puede ayudar con la depresión y mejorar su estado de ánimo. Ya sea que se mueva durante 15 minutos al día o una hora, intente participar en actividades que se sientan bien para su cuerpo.
  • Come muchos productos: Considere comer frutas y verduras que contengan vitaminas, minerales y fitonutrientes esenciales para mantenerse saludable.
  • Mantente hidratado: Beber más agua a lo largo del día puede mejorar su salud mental. Un estudio de 2014 indica que la ingesta diaria baja de agua se asocia con una disminución de la calma, la satisfacción y las emociones positivas.
  • Conectar con otros: Una fuerte red de apoyo social reduce los niveles de estrés en algunas personas.
  • Mantenga un diario de gratitud: Los ejercicios diarios de gratitud pueden ayudarte a controlar tu estado de ánimo.
  • Prueba la meditación: Las prácticas de meditación y relajación pueden ayudar a mejorar su bienestar físico y mental.
  • Sumérgete en algo de naturaleza: La naturaleza puede ayudar a disminuir los síntomas de la depresión y aumentar la energía.
  • Considere ayuda profesional: Hablar con un experto en salud mental puede ayudarlo a reconocer sus factores desencadenantes e implementar estrategias útiles.

Existe una conexión clara entre la obesidad y los trastornos de salud mental. Las personas con un IMC alto tienen más probabilidades de experimentar depresión y ansiedad. Por el contrario, las personas con problemas de salud mental corren el riesgo de padecer obesidad.

Los investigadores están buscando más respuestas para explicar esta correlación, pero es probable que sea el resultado de varios factores superpuestos.

Si tiene cualquiera de estas condiciones, los cambios en el estilo de vida y los tratamientos médicos pueden mejorar su estado de ánimo. Considere hablar con su médico acerca de las mejores técnicas para su situación.