Cómo sanar los apegos no saludables: identificar signos y soltar

Los lazos emocionales que forma con otras personas son esenciales para su salud mental. Sanarse de las relaciones que te lastiman puede marcar la diferencia.

El apego se refiere a las conexiones y relaciones que mantienes con los demás. La calidad de estos lazos a menudo es el resultado de las primeras relaciones que tuvo con sus cuidadores principales.

Comprender si su estilo de apego no es saludable o no puede ayudarlo a comenzar su camino de curación hacia relaciones más fuertes y satisfactorias.

El psicoanalista John Bowlby desarrolló la teoría del apego en la década de 1950. La teoría explora la relación entre el vínculo que formó con sus primeros cuidadores y cómo afecta sus relaciones a lo largo de la vida.

En resumen, la teoría del apego dice que si tuviste una relación segura con tus padres cuando eras un bebé, tenderás a formar relaciones seguras con todos los demás.

Si, por el contrario, sus cuidadores no fueron confiables o no atendieron adecuadamente sus necesidades cuando era un bebé, es posible que tienda a establecer relaciones ansiosas o de evitación cuando sea adulto.

Las relaciones ansiosas y evitativas se consideran apegos poco saludables o inseguros. A menudo pueden conducir a relaciones que le causan gran ansiedad, angustia o dolor emocional.

Alternativamente, también puede formar archivos adjuntos a objetos. Estos objetos de apego pueden desempeñar un papel en lo seguro que te sientes. Por ejemplo, una manta de seguridad puede ayudar a que un niño pequeño se sienta cómodo y seguro en ausencia de un cuidador. Como adulto, podrías formar un apego a la comida por la misma razón.

Podría formar estos apegos a los objetos como una forma de evitar ciertas emociones o sentimientos. Cuando este es el caso, esto se considera un archivo adjunto de objeto no saludable.

Los signos generales de un apego no saludable incluyen:

Apegos ansiosos

Cuando ha desarrollado un estilo de apego ansioso, puede tender a mostrar estos signos en las relaciones:

Apegos evitativos

Cuando tienes un apego evitativo, tenderás a mostrar estos signos en las relaciones:

Si sientes que tiendes a formar vínculos poco saludables, considera estos consejos para ayudarte a trabajar en ti mismo:

1. Identificar tu estilo de apego

Para ser más específico en su proceso de sanación, trate primero de identificar su estilo de apego.

Esto te ayudará a ser más consciente de qué pensamientos, emociones y comportamientos no son saludables.

Trate de explorar instancias en las que haya vinculado su autoestima a personas, trabajos, objetos materiales u otra cosa.

Considere escribir ejemplos de relaciones poco saludables que ha tenido y cómo le han afectado.

2. Comenzando la terapia

Trabajar con un terapeuta puede brindarle estrategias prácticas para cambiar su estilo de apego y formar relaciones más seguras.

Un profesional de la salud mental también puede ayudarlo a comprender la raíz de su tendencia a formar vínculos poco saludables y cómo eso afectó su vida como adulto.

Se ha encontrado que la terapia centrada en las emociones (EFT, por sus siglas en inglés) es efectiva cuando se trabaja con estilos de apego poco saludables.

3. Centrarse en el autodescubrimiento y el crecimiento.

Tomarse el tiempo para explorar sus valores, necesidades y creencias puede ayudarlo a definirse fuera de su relación.

El desarrollo de la autoestima y la conciencia puede apoyar su proceso de curación.

Estos ejercicios pueden ayudarte a potenciar tu viaje de autodescubrimiento:

Si está en una relación significativa, ya sea una pareja romántica, una relación familiar o una amistad, y cree que vale la pena explorar cómo se relacionan entre sí, estos consejos pueden ser útiles:

1. Identificar el estilo de apego de cada persona

Considere comenzar de nuevo identificando cada uno de sus estilos de apego y cómo se vuelven evidentes en la forma en que se relacionan entre sí.

Trate de discutir las diferencias, si las hay, en cómo navegan los lazos significativos y qué esperan el uno del otro.

2. Buscando apoyo profesional

La terapia de pareja o familiar puede ser una gran herramienta a la hora de explorar la dinámica de una relación.

Un profesional de la salud mental puede ayudarlo a expresar cómo se siente, identificar los comportamientos que pueden estar lastimando a una o ambas personas y desarrollar habilidades para manejar estos desafíos.

3. Mejorar la comunicación

La comunicación abierta y honesta es clave en cualquier relación.

Al comprometerse a estar completamente presente y comunicarse abiertamente con la otra persona, puede abordar cualquier desafío mientras se siente seguro y apoyado. Eso también ayudará a evitar discusiones interminables que dañan el vínculo y pueden contribuir a sentimientos de inseguridad emocional.

Aprender a expresar emociones de manera constructiva también puede convertirse en un recurso útil para cuando las cosas se calientan.

4. Establecer límites

Trabajar juntos para establecer límites en la relación puede ayudar a cada persona a conservar su sentido de sí mismo mientras se siente seguro al atender sus propias necesidades.

El establecimiento de límites puede comenzar identificando los comportamientos que no tolerará y expresando cómo se siente acerca de ellos a la otra persona.

5. Dejar ir

A veces, cuando te exploras a ti mismo y a la relación, puedes encontrar que hay algunas razones por las que la relación se ha vuelto poco saludable.

Si no puede encontrar una manera de administrar o resolver estas dinámicas, o si una o ambas personas no están dispuestas a cambiar, el mejor paso a seguir podría ser terminar la conexión.

¿Cómo saber cuándo es el momento de dejar atrás un apego no saludable?

Considere estas situaciones cuando intente decidir si desea o no continuar trabajando en el vínculo o si puede estar listo para dejarlo ir:

  • Una o ambas personas no están dispuestas a hacer cambios positivos.
  • Estás en una relación con un socio controlador que no sabe o no está dispuesto a explorar soluciones.
  • Las necesidades de una o ambas personas quedan insatisfechas constantemente.
  • Los límites se cruzan o se ignoran persistentemente.
  • Experimenta comportamientos abusivos física o emocionalmente.
  • Estás ignorando o descuidando sistemáticamente tus propias necesidades y deseos.
  • Sus esfuerzos y estrategias de apoyo no están funcionando para sanar el apego.

La forma en que navegas por tus relaciones adultas a menudo está relacionada con los primeros lazos que formaste con tus cuidadores.

Si tus tutores siempre se preocuparon por tus necesidades cuando eras un bebé, es probable que hayas desarrollado un estilo de apego sano y seguro.

Si, por otro lado, no fueron consistentes con su atención o no respondieron a sus necesidades emocionales, es posible que haya desarrollado un apego ansioso o evitativo. Estos apegos se consideran poco saludables debido a la angustia que pueden causarte.

Pero es posible cambiar los estilos de apego y sanar o acabar con esos lazos que te lastiman. Puede comenzar con la autoconciencia y continuar con los límites, el autocuidado y el apoyo profesional.