¿Alguna vez has notado tus sentimientos?
¿Con qué frecuencia te has puesto en los zapatos de los demás y has experimentado sus emociones?
¿Qué tan bien entiendes lo que sientes y por qué te sientes así?
La inteligencia emocional es la capacidad de nuestra mente para percibir, manejar y expresar emociones de manera efectiva en la vida real. Jack Mayer y Peter Salovey (1990) definieron la Inteligencia Emocional (o IE) como la capacidad de regular los sentimientos y utilizarlos para guiar nuestras acciones.
Al igual que el coeficiente intelectual, la inteligencia emocional varía de una persona a otra. Mientras que algunas personas tienen dones de nacimiento en la forma en que entienden y tratan a las personas, otras pueden necesitar ayuda para desarrollar sus habilidades emocionales.
Tener fluidez en el lenguaje de las emociones nos ayuda a mantener nuestras relaciones tanto a nivel personal como profesional. La inteligencia emocional puede empoderar la mente y hacernos felices y contentos.
El término «Inteligencia emocional» se publicó por primera vez en un artículo de Michael Beldoch en 1964, pero se hizo popular después del libro de Daniel Goleman de 1995 «Inteligencia emocional: por qué puede importar más que el coeficiente intelectual.”
Una persona bien equilibrada, empática y amistosa es más consciente emocionalmente que una persona poco empática y desmotivada. Los estudios de Daniel Goleman ilustraron que una persona emocionalmente inteligente tiene:
- La capacidad de reconocer las propias emociones.
- La capacidad de relacionarse con las emociones de los demás.
- La capacidad de escuchar activamente a los demás.
- La capacidad de participar activamente en la comunicación interpersonal y comprender las señales no verbales del comportamiento.
- La capacidad de controlar los propios pensamientos y sentimientos.
- La capacidad de manejar eficazmente las emociones y expresarlas de una manera socialmente aceptable.
- La capacidad de recibir críticas de manera positiva y beneficiarse de ellas.
- El poder de perdonar, olvidar y seguir adelante racionalmente
¿Cuántas de las cualidades anteriores puedes relacionar contigo mismo?
En este artículo, intentaremos descubrir las implicaciones prácticas de la inteligencia emocional y discutiremos cómo usarla para una vida plena y saludable.
Antes de seguir leyendo, pensamos que te gustaría descargar nuestros 3 ejercicios de inteligencia emocional de forma gratuita. Estos ejercicios basados en la ciencia no solo mejorarán su capacidad para comprender y trabajar con sus emociones, sino que también le brindarán las herramientas para fomentar la inteligencia emocional de sus clientes, estudiantes o empleados.
¿Se puede aprender la IE?
“Nuestras emociones tienen una mente propia, una que puede tener opiniones bastante independientes de nuestra mente racional”.
Daniel Goleman (1995, pág. 20)
La investigación sugiere que las personas con un EQ promedio o por debajo del promedio pueden hacerlo tan bien como los demás si lo aprenden. Lo único que se necesita es la motivación para aprender y la intención de aplicarlo en la vida real.
La Inteligencia Emocional se puede adquirir y mejorar en cualquier momento de la vida (Goleman, 2014). El aprendizaje de habilidades de inteligencia emocional necesita un entorno ingenioso en el que podamos imaginar las áreas o los aspectos de la IE en los que debemos centrarnos y buscar el asesoramiento de expertos sobre cómo hacerlo.
4 etapas del aprendizaje de la inteligencia emocional
1. Perspicacia
Cualquier aprendizaje comienza cuando somos conscientes de que hay algo en nosotros que necesita ser cambiado o mejorado, y estamos listos para hacer que esos cambios sucedan. La inteligencia emocional tiene cinco componentes:
Conciencia de sí mismo – el conocimiento de lo que sentimos y por qué nos sentimos así
Autorregulación – la capacidad de expresar nuestros sentimientos de la manera correcta
Motivación – el impulso interno para cambiar la forma en que nos sentimos y expresamos
Empatía – la capacidad de relacionarse con las emociones de los demás y ver el mundo desde su perspectiva
Habilidades sociales – el poder de comunicarse de manera efectiva y construir conexiones sólidas en el hogar o en el lugar de trabajo.
El aprendizaje de la IE comienza con obtener una idea de en qué aspecto de la IE debemos trabajar. Algunos de nosotros podemos tener sólidas habilidades sociales pero carecer de autorregulación, mientras que otros pueden tener mucha motivación pero poca autorregulación. El proceso de aprendizaje comienza con el conocimiento de qué aspecto de la IE se debe desarrollar primero.
2. Evaluación
El siguiente paso es intentar medir dónde nos encontramos en cada uno de los aspectos de la IE. Las pruebas de IE están ampliamente disponibles en línea, o si está buscando capacitación en un entorno profesional, se le proporcionarán materiales para evaluar su inteligencia emocional.
Aquí hay algunas evaluaciones y pruebas de inteligencia emocional que podemos tomar para evaluar nuestra IE. Los puntajes en cada uno de ellos son indicativos de si necesitamos o no aprender habilidades emocionales, y dónde nos encontramos prácticamente como seres humanos emocionalmente conscientes.
Más información sobre evaluaciones y recursos de IE en las próximas secciones.
3. Entrenamiento
La evaluación nos abre a un abanico de opciones entre las que elegir. Dependiendo de qué parte de la inteligencia emocional necesitemos trabajar, podemos decidir qué tipo de entrenamiento nos conviene más. Por ejemplo, una puntuación baja en aspectos motivacionales y de comunicación social se puede mejorar con capacitación organizacional.
Muchos sectores profesionales ofrecen cursos y talleres de IE para empleados interesados en desarrollar sus habilidades interpersonales.
La formación en IE mejora:
- Las habilidades de comunicación y el poder de comprender las señales no verbales de interacción (por ejemplo, el lenguaje corporal, la expresión facial, el tono de las palabras, etc.)
- Desempeño del grupo, especialmente en el lugar de trabajo y mantenimiento de un alto espíritu de equipo.
- Habilidades organizativas y gestión de horarios de manera más eficiente
- Motivación laboral y el poder de aceptar comentarios y críticas de manera positiva.
- Habilidades de liderazgo
4. Aplicación
La etapa final y más crítica del aprendizaje de la inteligencia emocional es incorporar la charla con tiza en la vida real. Los ejercicios y las actividades de autoayuda que estructuran los cursos de EI son productivos solo cuando podemos implementarlos en situaciones de la vida real.
Las habilidades y técnicas que estos módulos de aprendizaje nos imparten se pueden utilizar en:
- Interactuar con personas a nivel personal y profesional.
- Entender y etiquetar nuestras propias emociones
- Expresar lo que sentimos de una manera que no moleste a los demás.
- Comprender los sentimientos de los demás y escucharlos sin juzgar
¿Se puede enseñar y desarrollar la inteligencia emocional?
Enseñar inteligencia emocional a las personas no solo desarrolla sus habilidades emocionales, sino que también sustenta la educación durante varios años (Nelis, Quoidbach, Mikolajczak y Hansenne, 2009).
Delphine Nelis, psicóloga cognitiva, estableció su hecho en un experimento con 40 estudiantes universitarios. Dividió la muestra de población en dos grupos y brindó una capacitación de IE de cuatro semanas a solo uno de los grupos.
Los hallazgos de su estudio indicaron que el grupo que recibió la práctica no solo mostró una marcada mejora en sus habilidades emocionales, sino que también continuaron manifestando lo mismo incluso después de seis meses del experimento.
Aunque este fue un estudio piloto a pequeña escala para comprender la influencia del entrenamiento en inteligencia emocional, los resultados fueron bastante significativos y sugirieron los posibles efectos a largo plazo de la educación en la IE.
Aunque Delphine Nelis inició este estudio piloto, ahora usted también puede convertirse en un Experto en Inteligencia Emocional y enseñar a otros inscribiéndose en nuestra aclamada Clase Magistral de Inteligencia Emocional©. Esta es la mejor manera de ayudar a otros a comprender y usar sus emociones de manera enriquecedora.
¿Cómo desarrollamos la inteligencia emocional?
“Si estás desconectado de tus propias emociones, serás pobre para leerlas en otras personas”.
daniel goleman
La Inteligencia Emocional incluye habilidades como la automotivación, la regulación emocional, la autogestión, la empatía y el control de los impulsos (Goleman, 1995). Ha sido un área apasionante para los profesionales de la salud mental durante más de 25 años.
La razón por la cual IQ es independiente de EQ es que EQ continúa mejorando y mejorando a lo largo de la vida, por lo que nunca es demasiado tarde para comenzar a aprender sobre Inteligencia Emocional.
EQ y coeficiente intelectual
Cociente emocional Cociente de inteligencia Características Empatía, buenas relaciones interpersonales, habilidades de supervivencia, capacidad de controlar los impulsos, reflexivo, sensible Mente lógica y analítica, capacidad de razonamiento, pensamiento abstracto, capacidad de resolución de problemas Profesiones adecuadas EQ alto son adecuados para equipos y responsabilidades gerenciales, individuales negocios, trabajo social, trabajar con organizaciones sin fines de lucro para causas humanitarias, asesoramiento, trabajos de recursos humanos Las personas con un alto coeficiente intelectual son excelentes en trabajos de matemáticas, desarrollo de software y web, lingüística, trabajos de programación Evaluaciones 1. Prueba Mayer-Salovey-Caruso
2. Prueba del modelo de Daniel Goleman
3. Inventario de Cociente Emocional 1. Escala de Inteligencia de Stanford-Binet
2. Escala de inteligencia de Wechsler para adultos y niños
5 formas de desarrollar la inteligencia emocional
Desarrollar la inteligencia emocional implica desarrollar un conjunto de cualidades innatas que nos ayuden a mejorar nuestro bienestar mental en el día a día. Aquí hay cinco formas simples que podemos seguir además de la capacitación profesional en IE para desarrollar nuestra conciencia afectiva de manera óptima.
1. Identificar las emociones negativas
Una gran parte de la inteligencia emocional radica en la gestión emocional. Lo bien que manipulamos nuestros sentimientos y los usamos eficientemente nos hace más resistentes e inmunes al estrés. Cuando podemos etiquetar las emociones que nos deprimen, es menos probable que nos abrumen las adversidades externas y agotemos nuestra energía mental.
¿Te preguntas por dónde empezar? Aquí hay algunos trucos fáciles que facilitarán la tarea:
- Cuando alguien lo moleste o use palabras duras, no reaccione de inmediato. Retírese de la situación acalorada y tómese un tiempo para ordenar sus pensamientos y ‘elegir’ sus respuestas sabiamente.
- No salte a conclusiones. Compruébalo en el momento en que los pensamientos negativos comiencen a nublarse.
- En un momento de angustia, especialmente de conflictos interpersonales, tómese un momento para analizar el asunto desde la perspectiva de la otra persona. Trate de ponerse en su lugar y comprender qué hizo que la persona se comportara de esa manera. Observe cómo cambia su actitud en el momento en que comienza a sentir empatía.
2. Autoevaluación
Antes de observar y comprender a los demás, obsérvate a ti mismo. Para desarrollar la IE, debemos aprender a evaluarnos a nosotros mismos de manera objetiva y mirar nuestras acciones a vista de pájaro. Desafía tus pensamientos haciéndote regularmente preguntas como:
- ¿Estoy pensando de la manera correcta?
- ¿Debería haber usado esas palabras hoy?
- ¿Cómo hubiera reaccionado yo si estuviera en su lugar?
- ¿Hay otra forma de investigar el asunto?
- ¿Estoy en el camino correcto?
- ¿Mi familia está feliz conmigo?
Los encuentros frecuentes con uno mismo mejoran la percepción, crean humildad, lo que contribuye a la construcción de la IE
3. Autoexpresión
La autoexpresión y la inteligencia emocional van de la mano. Sin uno, no podemos construir el otro.
Las personas que pueden identificar y expresar sus pensamientos de manera efectiva y de una manera más aceptable socialmente suelen tener una gran inteligencia emocional y autoeficacia (Mayer & Geher, 1996).
La autoexpresión significa centrarse en una comunicación mejor y más fuerte con los demás, transmitir nuestros pensamientos de forma natural y comprensible, y buscar una solución con la comunicación. Si podemos elegir la forma correcta de decirles a los demás cómo nos sentimos y por qué nos sentimos así, ya estamos más centrados en las soluciones y autorregulados.
4. Manejo del estrés
Estudios recientes han indicado que las personas con claridad emocional y conciencia manejan mejor el estrés que otras. Especialmente en el lugar de trabajo, el estrés y el agotamiento provocan una marcada degradación de nuestras capacidades emocionales generales e influyen en la forma en que respondemos a ellas.
Las personas que logran un tremendo éxito en su…