Los crepes son de esas recetas que hay que hacer al menos una vez en la vida. Además, Son de elaboración sencilla y muy económicos, combinan con un montón de cosas y sus ingredientes son tan básicos que seguro que los tienes en casa. Ah también los tienes en su versión ligera 100% libre de culpa.
Quizás hace mucho tiempo que no los haces, o puede que no los hayas hecho nunca, así que para ponértelo fácil de verdad te traemos la receta estrella para que descubras de una vez por todas cómo hacer crepes y que te salgan bien sí o sí. Y si sigues leyendo, al final del artículo. encontrarás muchas y deliciosas ideas para sacar partido. Tanto si eres de dulce como si te vas más lo salado, te aseguramos que ¡vas a disfrutar de lo lindo!
CÓMO HACER CREPES PASO A PASO
INGREDIENTES QUE NECESITAS PARA HACER CREPES
El primer paso para elaborar la masa de tus crepes es medir bien los ingredientes ya que la repostería debe ser lo más exacta posible.
- 300 ml de leche
- 300 g de harina
- 4 huevos
- 50 g de azúcar
- Un poco de aceite de oliva o mantequilla.
- Sal
CÓMO HACER CREPES PASO A PASO
- Bate los huevos en un tazón grande y agrega la harina tamizada, el azúcar y una pizca de sal.
- Agregue la leche en un hilo, y siga batiendo hasta conseguir una preparación líquida y homogénea.
- Deja reposar la masa en la nevera un mínimo de media hora (lo ideal son dos).
- Pon una sartén antiadherente a fuego medio y engrásala ligeramente con mantequilla o aceite de oliva con la ayuda de un pincel o un papel de cocina. Vierte más o menos medio cucharón (en función del tamaño de la sartén) en el centro para que la masa se extienda.
- Inclina la sartén para que se extienda la masa por todo el recipiente, espera un par de minutos hasta que empiece a burbujear y se despegue por los bordes, y dale la vuelta con la ayuda de una espátula para que se haga por el otro lado.
- Cuando ya lo tengas hecho, pásalo a un plato, y repite la operación con el resto de la masa sin olvidar que hay que engrasar la sartén cada vez.
- Puedes rellenarlos con ingredientes tanto dulces (chocolate, mermelada, crema, frutos rojos) como salados (jamón, queso, verduras).
- Sé creativa con la presentación. Puedes doblarlos en triángulos, enrollarlos o hacer atillos.
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