Cómo dejar de rumiar
¿Continúas dándole vueltas a experiencias pasadas y a cómo podrían haber sido mejores? Aprende a dejar de darle vueltas a las cosas con estos consejos.
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¿Qué es la rumia?
Vídeo que define la rumia
¿Por qué es importante dejar de rumiar?
La rumia es una característica clave de la depresión, ya que nos impide seguir adelante con nuestras vidas. En cambio, nos centramos excesivamente en pensar en eventos pasados en un esfuerzo por solucionar problemas que ya no tienen solución. Aprender a «dejar ir» y detener los procesos de rumia desde el principio puede ayudarnos a centrarnos en el momento presente y aprovecharlo más, frenando así la depresión y la ansiedad.
Cómo detener los ciclos rumiativos
Cuando suceden cosas malas, a veces nos quedamos pensando en lo terrible que fue o en lo que podríamos haber hecho de manera diferente si hubiéramos tenido otra oportunidad. Le damos vueltas a nuestras experiencias pasadas sin darnos cuenta de que pensar repetidamente en nuestras dificultades no hace nada para resolverlas. Nos quedamos atrapados en un ciclo de pensamientos en lugar de tomar las medidas que nos ayudan a seguir adelante. Estas son algunas estrategias:
1. Rumia de cortocircuito
Tal vez te encuentres dándole vueltas a algo negativo, poniéndote tan nervioso que tu presión arterial se dispara. Cuando esto sucede, en lugar de intentar pensar en una manera de dejar de darle vueltas a algo (lo cual es básicamente imposible), deja todo y haz otra cosa. Podrías salir a correr durante cinco minutos, Toma algunas respiraciones profundaso muévete físicamente a otro lugar. Esto ayuda a que tu cerebro cambie de marcha y comience a pensar en otra cosa, dejando así de lado la rumia.
2. Pruebe la reevaluación cognitiva para dejar de rumiar
Una forma de pensar en la situación de una manera nueva es utilizar la reevaluación cognitiva. La reevaluación cognitiva es el acto de cambiar nuestros pensamientos para cambiar nuestras emociones. Podemos utilizar la reevaluación positiva para pensar en los aspectos positivos y positivos de la situación, o podemos utilizar la reevaluación negativa para restarle importancia a los aspectos negativos de la situación. Al replantear la situación, podemos recuperar parte del control sobre cómo piensa nuestra mente.
3. Estar más presente para reducir la rumia
Para estar más presente, empieza por trabajar en la conciencia. Presta atención a cómo se siente tu cuerpo, a lo que sucede a tu alrededor y utiliza tus cinco sentidos. Intenta fijarte en todos los pequeños detalles. ¿Qué sientes al inhalar y exhalar?
A continuación, comience a trabajar en la aceptación sin juzgar. Para ello, intente dejar ir sus pensamientos, tal vez imaginándolos flotando como hojas en un río o nubes en el cielo. Si entrena su mente para aceptar y dejar ir, no se quedará tan estancado en la rumia.
Vídeo: Pensamientos negativos y cómo eliminarlos de tu cabeza
4. Saque a su cerebro de la rumia
Cuando nuestro cerebro se descontrola, a veces el cerebro no es la mejor herramienta para detenerlo. En cambio, puede ser más fácil usar nuestro cuerpo para estimularlo a pensar en nuevos pensamientos. Podemos hacerlo activando El sistema nervioso parasimpático. Cuando activamos El sistema nervioso parasimpáticoPuede detener la respuesta al estrés y llevar la mente a un lugar de calma. Una de las mejores formas de hacerlo es sumergirse en agua fría: un lago, el océano, un río, una bañera o una ducha.
5. Cambie la rumia negativa por una rumia positiva
Vídeo: 5 estrategias más para dejar de rumiar
Actividades para ayudarte a dejar de rumiar
Como dejar de rumiar es una habilidad, es necesario practicar para mejorarla. Utilice algunas de las actividades que se indican a continuación, ya que pueden ayudarle a dejar de rumiar.
Para detener la rumia, debemos trabajar para detener los procesos nocivos que generan emociones negativas. En esta actividad, aprenderá habilidades emocionales para detener una variedad de procesos emocionales nocivos.
Las emociones negativas son inevitables. La reevaluación positiva implica replantear un acontecimiento negativo como algo más positivo, de modo que, con suerte, no le des demasiada importancia.