¿Te has dado cuenta de que siempre que te apetece picar algo después de cenar nunca –o casi nunca– quieres algo «saludable»? Para la «recena» siempre nos apetecen dulces, alimentos calóricos y sin ningún aporte nutricional… Para que esto deje de suceder y tu dieta no se resienta, hemos seleccionado los 10 trucos infalibles que te ayudarán a evitar el picoteo incontrolable después de cenar.
Una cena equilibrada
De nada sirve tomar verdura cocida y pollo a la plancha si dos horas más tarde te estás muriendo de hambre y arrasas con el armario de las «guarrerías». Es mejor que hagas una cena completa –en la galería te contamos qué debe llevar la cena ideal– y quedarte saciada hasta la mañana siguiente que cenar poco porque quieres controlar tu peso y luego comer galletas con chocolate.
No te des premios
«Me lo merezco porque hoy he ido al gimnasio». «Él trabajó mucho, yo ganó una chocolatina». «Estoy muy estresada, voy a tomarme un bote de palomitas». Súper error. De vez en cuando está bien darte algún capricho, pero el problema reside en si lo haces cada día con cualquier excusa. Evita las tentaciones y date premios una vez a la semana.
Hay alimentos que, en lugar de quitarte el hambre, ¡hacen que tengas más apetito!
Alimentos traidores
Además, debes tener en cuenta que existen muchos alimentos que no te quitan el apetito sino que hacen que tengas aún más hambre y ansiedad por comer. Por ejemplo, el azúcar estimula la producción de endorfinas –las moléculas «del placer»–, lo que genera bienestar inmediato pero que dura bien poco, ya que le sigue un bajón que genera sensación de hambre y hace que quieras comer más.
Síndrome del comedor nocturno
Si tu problema no es que te mueres por picar después de cenar sino que te despiertas una media noche con un hambre tremenda y «limpias» los armarios, quizás tengas el síndrome del comedor nocturno. Identifique los síntomas y pongale remedio.