Los momentos van y vienen. Pasan los días, se convierten en semanas, luego en meses, luego en años. Tú y la vida que llevas están en constante cambio. Nada es permanente.
Es beneficioso recordar esto a sí mismo cuando enfrente la adversidad y cuando las emociones negativas se vuelvan abrumadoras. En algún momento, casi todos experimentamos el duelo por la pérdida de un ser querido.
Muchos de nosotros estaremos en estados de tristeza, dolor y angustia por una ruptura o terminación de un trabajo. Y algunos de nosotros nos convertiremos en víctimas desafortunadas de crímenes o fechorías.
Considerar estas posibilidades no tiene que ser morboso o malhumorado. No se puede negar que cada uno de nosotros experimentará desafíos para nuestro bienestar sobre los cuales no tenemos control. Si somos capaces de enfrentar estas situaciones sabiendo que nada es permanente, es más probable que las manejemos y superemos adecuadamente.
La conciencia de la impermanencia y la apreciación de nuestro potencial humano nos dará un sentido de urgencia que debemos usar cada momento precioso.
Dalai Lama
Así como las ocurrencias negativas no son permanentes, tampoco lo son las positivas. Darse cuenta de esto es importante para construir una perspectiva equilibrada. Tomar conciencia de la impermanencia de todas las situaciones puede alimentar la pasión por disfrutar y saborear las partes maravillosas de la vida.
En lugar de ver estas situaciones como inevitables, uno puede empezar a verlas como los regalos preciosos que son.
Aceptar la impermanencia ayuda a cultivar el bienestar positivo
Si bien la psicología clínica se ha centrado en gran medida en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y enfermedades mentales, la psicología positiva se preocupa por cultivar el bienestar positivo, no solo por eliminar los estados mentales negativos.
Un estudio de 2006 examinó cómo las tradiciones budistas y las ideologías occidentales modernas podrían combinarse para lograr el equilibrio mental (Wallace & Shapiro, 2006). Este equilibrio mental deseado se basa en la idea de la impermanencia, un concepto budista fundamental.
Vivir con estados mentales equilibrados que se basan en la impermanencia contrarresta los ciclos negativos de rumiación que causan sufrimiento a muchas personas.
Es una de las razones por las que las ideas budistas se han abierto paso en la cultura occidental dominante: todas las personas buscan vivir con una mente tranquila y relajada.
Afronta más fácilmente los tiempos difíciles
La investigación en el campo de la psicología positiva sugiere que los factores externos no determinan la felicidad de uno. Ciertamente, los factores externos positivos componen y complementan la satisfacción general de uno, pero se requieren factores internos para lograr una vida auténticamente feliz.
La felicidad genuina proviene del interior y se puede cultivar a través de la meditación consciente y otras actividades, incluido el diario de gratitud, el diario de asombro y el enfoque en lo bueno.
En tiempos difíciles, las personas a menudo se sienten infelices porque han perdido algunas de las cosas externas a las que están apegados. En algunos casos, incluso la mera amenaza de perder un elemento externo es suficiente para despertar emociones negativas.
La impermanencia permite que las personas se enfrenten más fácilmente a los tiempos difíciles. Si alguien llega a la conclusión de que la vida no es permanente, y tampoco lo es nada en ella (como la pareja, los hijos, el trabajo, las capacidades físicas, el estado financiero y social), entonces es más probable que reaccione con gracia cuando algo percibido como valioso es quitado (LaBier, 2012).
No puedes forzar la felicidad
Según el budismo, el apego es la raíz del sufrimiento y suele ser la razón por la cual la impermanencia es difícil de comprender para muchas personas. Aceptar racionalmente que todos y todo es temporal es un concepto refrescante, y lo quieras creer o no, es verdad.
También es importante comprender que aferrarse a pensamientos, emociones y sucesos positivos en la vida no es lo que sugiere la psicología positiva. Si aceptas la noción de la impermanencia pero aún intentas forzar la felicidad y la alegría en tu vida, estás perdiendo el punto.
Cada uno de nosotros tenemos la capacidad de disfrutar nuestras vidas por completo siempre y cuando entendamos que las situaciones negativas son inevitables y que ninguna de nuestras experiencias dura para siempre. Todo en tu vida, incluyéndote a ti mismo, tiene fecha de caducidad.
Esta cita de Paul TP Wong (2007), psicólogo positivo especializado en tradiciones chinas, resume maravillosamente el concepto de impermanencia.
Es un extracto de un artículo que escribió describiendo las diferencias entre la psicología positiva en Estados Unidos y China:
El anhelo de felicidad necesariamente nos hace temer o rechazar cualquier cosa que cause infelicidad o dolor. El apego a la posesión y al logro conduce invariablemente a la decepción y la desilusión, porque todo es transitorio. Por lo tanto, la psicología positiva de buscar experiencias positivas y evitar las negativas es contraproducente, porque el mismo enfoque en la felicidad contiene la semilla de la infelicidad y el sufrimiento. La falta de aceptación de la experiencia de la vida en su totalidad es la raíz del sufrimiento.
¿Qué piensas acerca de aceptar la impermanencia? ¿Es un mecanismo de afrontamiento útil para usted? Cuéntanos en los comentarios a continuación.
Referencias
- LaBier, D. (2012, 17 de marzo). Vive con la impermanencia… Y descubre tu verdadero yo. Psicología Hoy. Obtenido de https://www.psychologytoday.com/blog/the-new-resilience/201203/live-impermanenceand-discover-your-true-self
- Wallace, BA y Shapiro, SL (2006, octubre). METROEquilibrio mental y bienestar: construyendo puentes entre el budismo y la psicología occidental. Psicólogo estadounidense, 61(7), 690-701. Obtenido de http://psycnet.apa.org/journals/amp/61/7/690/
- Wong, Paul TP (2007). Psicología Positiva China. Red Internacional sobre el Sentido Personal. Obtenido de http://www.meaning.ca/archives/archive/art_Chinese-PP_P_Wong.htm