Citas sobre los aztecas
¡Si nada más, los aztecas tienden a encender la imaginación de las personas! Recopilaremos a continuación lo que creemos que son comentarios que invitan a la reflexión sobre los aztecas como civilización: si tiene sus propios favoritos que está dispuesto a compartir, envíenoslos y es posible que los agreguemos a esta página. (Escrito/compilado por Ian Mursell/Mexicolore)
‘En busca de las primeras civilizaciones’
‘¿Por qué la violencia y lo sagrado están tan entrelazados? ¿Por qué la muerte es vista como necesaria para renovar la vida? … Para nosotros el universo azteca puede parecer irracional, aterrador, asesino en su brutalidad; y, sin embargo, es un espejo de nuestra humanidad que ignoramos a nuestra costa. Porque en nombre de otros ideales y otros dioses, la cultura occidental no ha sido menos adicta a matar, incluso en nuestro propio siglo. miguel madera (‘En busca de las primeras civilizaciones’)
‘Las lanzas rotas’
«Hoy por fin estamos comenzando a comprender las complejidades de esta asombrosa cultura, que era igual a cualquier otra en Europa en refinamiento moral, sensibilidad artística, complejidad social y organización política». J.Jorge Klor de Alva (Prólogo a ‘Las lanzas rotas’)
‘El choque de culturas’
‘Los españoles dieron bestias de carga para aliviar a los nativos del trabajo pesado… carne para comer de la que antes carecían. Los españoles les mostraron el uso del hierro y de las lámparas de aceite para mejorar su forma de vida… Les enseñaron latín y otras materias que valen mucho más que toda la plata que les quitaron… ser conquistados y, más aún, hacerse cristianos’ Francisco López de Gómara, capellán y secretario de Hernán Cortés (citado en ‘El Choque de Culturas’ por Brian Catchpole)
‘Cómo el arte hizo el mundo’
‘[The Aztecs were] quizás el régimen de terror más exitoso que el mundo jamás haya visto’; ‘[they carried out] asesinato en masa… escenificado como una proeza exultante de carnicería humana»; ‘[they] registró la matanza… [in] una orgía de imágenes de muerte’ Dr. Nigel Spivey (‘Cómo el arte hizo el mundo’ (BBC TV y libro)
«Una dispersión de jades»
‘Estos pocos fragmentos [of published Aztec poetry] son monumentos, tan duraderos como la piedra, a la humanidad de los aztecas, y tal vez más indicativos de la naturaleza de su civilización que los altares de sacrificio donde sus corazones humanos aún latiendo fueron ofrecidos al Sol. thelma sullivan (‘Una dispersión de jades’)
‘Los aztecas de México’
‘En este mundo, desgarrado por el odio y la guerra, a la deriva sin un ancla o una brújula con la que trazar nuestro rumbo, bien podemos considerar su [the Aztecs’] ejemplo. Los indios trabajaban juntos por su bien común, y ningún sacrificio era demasiado grande para su bienestar colectivo… Un azteca se habría horrorizado ante el desnudo aislamiento de la vida de un individuo en nuestro mundo occidental. Jorge C. Vaillant (‘Los aztecas de México’)
‘Hijos de la tierra temblorosa’
“En esencia, los mexicas siguieron siendo poco más que una banda de piratas, saliendo de su gran ciudad para saquear y saquear y para someter vastas áreas al pago de tributos, sin alterar la constitución social esencial de sus víctimas”. eric lobo (‘Hijos de la Tierra Temblorosa’)
‘Agua Ardiente’
‘…estamos aquí ante un estado totalitario cuya filosofía incluía un absoluto desprecio por el individuo…cualquier libertad de pensamiento o de acción era inconcebible en el mundo azteca…la dependencia y la inestabilidad eran absolutas, reinaba el miedo. La muerte acechaba incesantemente por todas partes, y constituía el cemento del edificio en el que el individuo azteca estaba prisionero… Claramente, la espiritualidad de algunos aspectos de la vida azteca debe haber surgido de una antigua tradición pre-azteca, luego traicionada…’ Laurette Séjourné (‘Agua Ardiente’)
‘Vida cotidiana de los aztecas’
‘Tales como eran, con su grandeza y sus debilidades, su ideal de orden y su crueldad, su obsesión por el misterio de la sangre y la muerte, su sensibilidad por la belleza de las flores, los pájaros y las gemas, su fuerza de sentimiento religioso -fuerte hasta el suicidio -su excelente organización práctica del Estado, su apego a su tierra ya su maíz, que aún no impedía que sus ojos se volvieran continuamente hacia las estrellas-, con todo esto, estos antiguos mexicanos eran hombres civilizados. Su cultura, tan repentinamente destruida, es una de las que la humanidad puede estar orgullosa de haber creado. En el corazón y la mente de quienes creen que nuestra herencia común está compuesta por todos los valores que nuestra especie ha concebido en todos los tiempos y en todos los lugares, debe ocupar su lugar entre nuestros tesoros preciosos, preciosos porque son muy raros. A largos intervalos, en la inmensidad de la vida del mundo y en medio de su vasta indiferencia, los hombres reunidos en comunidad dan vida a algo que es más grande que ellos mismos: una civilización. Estos son los creadores de culturas; y los indios de Anáhuac [the Aztecs]al pie de sus volcanes, a orillas de su lago, pueden contarse entre ellos’ jacques soustelle (‘Vida Cotidiana de los Aztecas’)
‘Pensamiento y Cultura Azteca’
“Nada me causó tanta admiración y me parece más digno de elogio y recuerdo que el cuidado y la disciplina con que los mexicanos criaban a sus hijos. En efecto, sería bastante difícil encontrar una nación que en sus tiempos de paganismo prestara más atención a este elemento de suma importancia para el estado”’. Padre José de Acosta citado por Franciso Xavier Clavijero (Historia Antigua de México, 4 vols.) en ‘Pensamiento y Cultura Azteca’ de Miguel León-Portilla
‘Mosaicos Turquesa de Mexico’
“Vi también las cosas que se traían al rey de la nueva tierra de oro: un sol enteramente de oro, de una braza entera de ancho, y una luna enteramente de plata, de igual tamaño, así mismo dos cuartos de raros atavíos, de todos forma de sus armas, armaduras, arcos y flechas, armas maravillosas, vestimentas extrañas, colgaduras de cama y todo tipo de cosas maravillosas para muchos usos, todo mucho más hermoso de contemplar que cualquier maravilla. Todas estas cosas son tan preciosas que están valoradas en cien mil florines. Y en todos los días de mi vida nada he visto que haya alegrado tanto mi corazón como estas cosas. Porque vi entre ellos objetos extraños y exquisitamente trabajados y me maravilló el ingenio sutil de los hombres en tierras lejanas. Las cosas que vi allí no tengo palabras para expresarlas. Albrecht Dürer, artista de fama mundial, Bruselas 1521 (citado en ‘Mosaicos Turquesa de México’ por Elizabeth Carmichael)
‘Ecos transpacíficos…’
“Para decirlo en pocas palabras, las altas culturas de América Central y del Sur de la antigüedad eran completamente dignas de comparación con lo que el Viejo Mundo había logrado en la época de los Han, los Gupta y la era helenística. El hecho es que las altas culturas amerindias fueron una modalidad humana propia, y aquellos españoles que primero se encontraron entre ellas habrían tenido la sensación, si alguna vez habían oído hablar de tal literatura, de pisar un mundo de imaginativa ciencia ficción. Pero fue real, y los logros de los amerindios merecen toda nuestra simpatía y elogio.’ Joseph Needham y Gwei-Djen Lu ‘Ecos y resonancias transpacíficos: escuchando una vez más’
‘Danzas de Anáhuac’
‘Claramente, es difícil para nosotros llegar a una verdadera comprensión de lo que significaba el sacrificio humano para los aztecas del siglo XVI; pero se puede observar que cada cultura posee su propia idea de lo que es y lo que no es cruel. En el apogeo de su carrera, los romanos derramaron más sangre en sus circos y para su diversión que los aztecas ante sus ídolos. Los españoles tan sinceramente conmovidos por la crueldad de los sacerdotes nativos, sin embargo masacrados, quemados, mutilados y torturados con perfecta conciencia. Nosotros, que nos estremecemos ante los relatos de los ritos sangrientos del México antiguo, hemos visto con nuestros propios ojos y en nuestros días naciones civilizadas proceder sistemáticamente al exterminio de millones de seres humanos y al perfeccionamiento de armas capaces de aniquilar en un segundo a un ciento [times] más víctimas de las que jamás sacrificaron los aztecas. jacques soustelle citado por Gertrude Kurath y Samuel Martí (‘Danzas de Anáhuac’)
‘Espejo del mundo’
‘Las esculturas de cerámica al servicio de este culto masivo de la ciudad [of human sacrifice] deleitado en circunvoluciones de sangre como una cuestión de espectáculo grosero’ – julian campana (‘Espejo del mundo: una nueva historia del arte’)
‘Siete mitos de la conquista española’
Los españoles tienen toda la razón al gobernar a estos bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes; son en prudencia, ingenio, virtud y humanidad tan inferiores a los españoles como los niños a los adultos y las mujeres a los hombres, habiendo tanta diferencia entre ellos como entre los salvajes y crueles y muy misericordiosos, los prodigiosamente intemperantes y los continente y templado, y me atrevo a decir de los monos a los hombres ‘- Juan Gines de Sepúlveda (1547), citado por Matthew Restall (‘Siete mitos de la conquista española’)
‘Mañanas en México’
Los dioses y diosas aztecas son, hasta donde sabemos algo sobre ellos, un grupo desagradable y desagradable. En sus mitos no hay gracia ni encanto, no hay poesía. Sólo este rencor perpetuo, rencor, rencor, un dios rencor a otro, los dioses rencor a los hombres su existencia, y los hombres rencor a los animales. La diosa del amor es diosa de la suciedad y la prostitución, una comedora de suciedad, un horror, sin una pizca de ternura…’ DH Lawrence (‘Mañanas en México’)
‘La verdadera historia del chocolate’
‘Probablemente ninguna otra nación, pasada o presente, ha recibido tan mala prensa como los aztecas (o los mexicas, como solían llamarse a sí mismos). En la mente del público en general, los aztecas son vistos casi universalmente como un pueblo cruel y sádico, a la par de los alemanes nazis por sus atrocidades sádicas y sanguinarias…’ Sophie D. Coe y Michael D. Coe (‘La verdadera historia del chocolate’)
‘Los aztecas’ de Lucien Biart
El doble acueducto de Chapultepec siguió un recorrido que, como las calzadas construidas sobre el lago, es prueba irrefutable de la industria del [Aztec] mexicanos. Pero la inteligencia y conocimiento de sus arquitectos brilla más en la ciudad de México, porque se vieron obligados a hacer la tierra en que habían de edificar, uniendo muchas islas. Además de esta tarea, debieron construir diques y murallas en diferentes partes del valle, para proteger la ciudad de las inundaciones que amenazaban con destruirla cada año.’ lucien biart (‘Los aztecas: su historia, usos y costumbres’)
‘Postdata’ de Octavio Paz
‘Un pueblo de soldados y sacerdotes, observadores de estrellas y sacrificadores. Y de los poetas: ese mundo de colores brillantes y pasiones sombrías se intercalaba con breves y prodigiosos destellos de poesía. Y en todas las manifestaciones de esa nación extraordinaria y terrible, desde los mitos astronómicos hasta las metáforas de los poetas, y desde los ritos cotidianos hasta las meditaciones de los sacerdotes, la obsesión, el olor, el hedor de la sangre. Como esas ruedas de tortura que aparecen en las novelas de Sade, el año azteca era un ciclo de 18 meses bañados en sangre; 18 ceremonias, 18 formas (diferentes) de morir: de tiro con flechas a ahogamiento, de estrangulamiento a desollado. Danza y penitencia…’
Octavio Paz (‘Laberinto de la Soledad – Postdata’)
‘Los indios de las Américas’
‘La vida de los aztecas fue una agricultura eficiente y polifacética; de artesanía sin igual en el hemisferio occidental o el mundo; de mucha democracia en las relaciones humanas. Su base social era el clan exógamo, y dentro del clan el liderazgo se lograba y mantenía por méritos individuales probados. Clanes unidos en tribus, con igual representación en el consejo tribal; y el consejo eligió a los funcionarios tribales en…