Un plan de apoyo al comportamiento positivo hace mucho más que simplemente abordar comportamientos negativos o difíciles; es un plan formulado a través de un esfuerzo colaborativo de cuidadores, maestros, terapeutas y médicos en la vida de un niño. A menudo se utiliza para niños con dificultades de aprendizaje, discapacidades del desarrollo y autismo. Pero antes de analizar exactamente cómo implementar dicho plan, tal vez necesitemos comprender estos llamados comportamientos difíciles.
¿Comportamiento difícil o necesidad (insatisfecha)?
Al recordar el inicio de la pandemia, mucha gente recuerda el período inicial como la fase de almacenamiento de papel higiénico. Es porque este comportamiento fue tan desconcertante que ocupa tanta prominencia en nuestra memoria. Pero si creemos lo que nos dicen los expertos, que cada comportamiento tiene un propósito o expresa una necesidad insatisfecha, entonces la compra de pánico no fue un acto caótico aleatorio.
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Entonces, ¿para qué sirvió el acaparamiento de papel higiénico, o deberíamos preguntarnos qué necesidad insatisfecha expresaba ese acto? Obviamente, el propósito no era el placer de poseer un suministro de papel higiénico para toda la vida, sino más bien una expresión de la necesidad de cierto control cuando el mundo empezaba a tambalearse.
Resulta que probablemente lo fue. Un estudio (Garbe et al., 2020) sugiere que quienes se sintieron más amenazados por el COVID-19 almacenaron más papel higiénico. ¿Cómo es que la compra de innumerables rollos de papel higiénico hizo que la inminente pandemia fuera menos aterradora? Los científicos no están del todo seguros, pero saber que había una razón detrás de este comportamiento hace que parezca un poco menos extraño: si las autoridades hubieran hecho más para abordar la ansiedad probablemente podrían haber detenido o reducido el almacenamiento.
Todo esto para decir que todos nos entregamos a comportamientos problemáticos que pueden parecer inexplicables. Pero el comportamiento tiene un propósito, y si el propósito se vuelve evidente, el comportamiento no parece tan malo. De hecho, una vez que se comprende la motivación subyacente, se podría sugerir un comportamiento “positivo” alternativo para alcanzar el mismo objetivo. Quizás deberíamos habernos aconsejado que nos quedáramos en casa fabricando mascarillas, un comportamiento positivo para reemplazar el almacenamiento y el acaparamiento, que tiene el mismo propósito psicológico de hacer algo para controlar la creciente ansiedad.
Intervención conductual
Entonces, ¿cuál sería la manera ideal de abordar el comportamiento problemático? Cuando se trata de nuestros hijos, lo único que queremos es que los comportamientos difíciles desaparezcan lo más rápido y sin esfuerzo posible. Cueste lo que cueste… las recompensas o incluso el castigo son armas frecuentes en el arsenal de los padres contra las conductas desafiantes.
Pero si la conducta problemática tiene una función, o si la conducta es una forma de expresar una necesidad insatisfecha, recompensar o castigar la conducta puede no ser la respuesta. El análisis de conducta aplicado (ABA) nos enseña que la conducta ocurre cuando los individuos obtienen algo de ella; ABA se dirige específicamente a las cuatro funciones del comportamiento que son:
- Escapar: El niño se comporta de una manera que puede evitar que haga algo que no le gusta, o el comportamiento le ayuda a evitarlo por completo.
- Atención: Con frecuencia, el comportamiento problemático de un niño es simplemente una forma de llamar la atención de los padres o maestros.
- Acceso a tangibles: El niño puede mostrar un comportamiento problemático para acceder a algo que le gusta o disfruta; por ejemplo, una rabieta puede resultar en pasar más tiempo frente al iPad.
- Refuerzo automático: En este caso, la conducta en realidad proporciona el refuerzo; La estimulación (comportamiento de autoestimulación) es un ejemplo en el que el comportamiento en sí le hace sentir bien al niño.
Comprender la función detrás del comportamiento difícil de un niño autista a menudo lleva a los padres a realizar investigaciones conductuales que sugieren formular un plan integral para abordar el comportamiento de manera adecuada con principios e intervenciones basados en evidencia.
Un plan integral para mejores resultados
Para un niño en el espectro, los comportamientos difíciles pueden interferir con la educación y el compromiso social. Mejorar la calidad de vida del niño puede significar que sea necesario modificar el comportamiento. Un plan de apoyo al comportamiento positivo se considera uno de los mejores enfoques para ayudar a los niños (en el espectro) a abordar desafíos de comportamiento complejos. Este enfoque suele tener éxito porque:
- Incluye una variedad de estrategias de intervención, pero utiliza la menor cantidad de intervención necesaria.
- Construye y fomenta comportamientos positivos.
- Es práctico y adaptable a los diversos entornos en los que es posible que sea necesario modificar el comportamiento.
- Proporciona orientación para adaptar el entorno.
- Contiene objetivos medibles
Un plan de apoyo al comportamiento positivo
Un artículo (Hieneman, 2015) describe el apoyo al comportamiento positivo como un proceso que integra principios basados en evidencia de ABA y varias otras disciplinas para abordar comportamientos difíciles. El artículo continúa enumerando las siguientes características del apoyo al comportamiento positivo:
- Mejora de la calidad de vida.
- Trabajar y colaborar con los cuidadores.
- Medir el progreso de manera significativa
- Intervenciones integrales dirigidas a funciones
Es natural suponer que un plan escrito de apoyo al comportamiento positivo simplemente describe cómo ayudar a un niño a cambiar un comportamiento desafiante. El alcance, alcance y propósito de un plan de apoyo al comportamiento positivo deberían ser mucho más completos. El plan debe describir los pasos proactivos necesarios para cambiar el entorno del niño y debe contener estrategias para apoyar la enseñanza de habilidades nuevas y útiles al niño. El plan escrito debe hacer que todos sean responsables, esto significa que los padres, maestros, terapeutas y otros cuidadores deben garantizar el cumplimiento y la aceptación del plan.
Detalles del documento o plan.
Un plan de apoyo conductual debe individualizarse y adaptarse a las circunstancias específicas del niño para lograr objetivos sociales y de aprendizaje o modificar comportamientos difíciles. Este documento no es una solución rápida para un comportamiento indeseable específico; más bien, el plan debería ayudar a los niños a prosperar en diferentes entornos, como la escuela, el hogar y su comunidad. La prosperidad debe basarse en las preferencias específicas del niño y quienes ejecutan el plan deben comprender el entorno único del niño.
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Hay varias formas de formular un documento, los factores contextuales dictarán quién colabora para desarrollar el plan. Los involucrados deben considerar el comportamiento desafiante de manera integral; para este propósito, a menudo se sugiere el enfoque ABC.
A, B, C están detrás del plan
Muchos expertos simplifican los planes de apoyo conductual a un enfoque ABC donde:
- A: es para antecedente, o lo que sucede justo antes de que ocurra la conducta
- B: es para el comportamiento, o la actividad observable que se puede medir
- C: es por las consecuencias, o lo que sucede inmediatamente después del comportamiento
Un maestro de educación especial puede observar el comportamiento difícil de un estudiante en clase y usar el modelo ABC para analizar la función o motivación detrás del comportamiento. Por ejemplo, el comportamiento de un estudiante autista puede ser perjudicial en una clase en particular. Al recopilar datos sobre este comportamiento, un profesor puede notar que suele ocurrir durante las lecciones de matemáticas. Más específicamente, el comportamiento suele ocurrir inmediatamente después de que se presenta y explica un nuevo trabajo. Cuando el comportamiento se vuelve demasiado perturbador, se le puede pedir al niño que abandone el salón de clases.
En este ejemplo, las nuevas matemáticas pueden causar ansiedad (la explicación del nuevo trabajo, que el niño autista puede encontrar desafiante o provocar ansiedad, es el antecedente) que conduce al comportamiento disruptivo. La consecuencia de tener que salir del aula es la consecuencia. La motivación del niño, o el motivo del comportamiento, es escapar de la situación desafiante. Cuando el niño sale de clase (en lugar de tener que lidiar con las nuevas matemáticas), el comportamiento cumple su función permitiéndole escapar de la situación.
Un proceso de resolución de problemas
Según el artículo citado anteriormente (Hieneman, 2015) El plan de apoyo al comportamiento positivo es un proceso de “resolución de problemas” basado en los principios de ABA. A menudo incluye lo siguiente:
- Establecer objetivos y detectar conductas problemáticas
- Recopilación de datos e información para ayudar a reconocer patrones que contribuyen al comportamiento desafiante.
- Elegir estrategias apropiadas basadas en dichos patrones y formular un plan integral basado en funciones.
- El plan debe ejecutarse en diversas circunstancias.
- Los padres, maestros y otros cuidadores en la vida del niño deben implementar planes de apoyo al comportamiento en diversos entornos apropiados.
Hieneman (2015) enfatiza que los resultados en las diferentes etapas de un plan de apoyo conductual varían según el individuo.
Autismo y un plan de apoyo al comportamiento positivo
Al formular un plan para un niño en el espectro, estos principios parecen especialmente relevantes. El objetivo general del plan de mejorar la calidad de vida, en lugar de centrarse exclusivamente en cambiar un comportamiento específico, está en línea con lo que recomiendan los expertos para los problemas de comportamiento en niños autistas.
También es de gran importancia centrarse en la colaboración con todos los cuidadores involucrados en la vida del niño para que un plan tenga éxito en diversos entornos de la vida del niño. Las intervenciones conductuales deben basarse en un análisis funcional de la conducta que analice por qué un niño en el espectro se comporta de una manera específica (problemática), incluidos los diferentes entornos donde ocurre la conducta y los cuidadores involucrados cuando ocurre dicha conducta.
El análisis funcional de la conducta debería permitir recopilar datos sobre la conducta (incluidas las circunstancias que rodean la conducta; el enfoque ABC puede ser útil para este propósito) que debería informar el proceso de formulación de una hipótesis. Una hipótesis es una afirmación que no sólo establece la conducta sino también lo que precedió a dicha conducta y la función o propósito de dicha conducta.
Cuando se dispone de información clara sobre el comportamiento, se pueden detallar en el documento o plan las estrategias e intervenciones para abordar el comportamiento. Las estrategias relacionadas con lo que precede al comportamiento pueden incluir formas de cambiar situaciones problemáticas o reorganizar el entorno.
En el ejemplo anterior, el nuevo aprendizaje de matemáticas se podría presentar al niño antes de la clase con ayuda adicional de un tutor si es necesario. Cuando finalmente se presente en clase, no será nuevo ni tan desafiante, lo que puede eliminar la motivación para escapar.
El plan de apoyo al comportamiento positivo podría entonces centrarse en el reemplazo del comportamiento para reemplazar el comportamiento preocupante; en el ejemplo, el niño podría pedir ayuda para comprender nuevos trabajos de curso, o se le podría enseñar a autorregularse. El comportamiento disruptivo podría sustituirse por comportamiento destinado a facilitar el aprendizaje; por ejemplo, se podría enseñar al niño formas adecuadas de buscar ayuda y métodos de estudio centrados en la comprensión.
Una colaboración integral
Afortunadamente, la idea de que el autismo es algo que necesita solución está siendo reemplazada por la aceptación de un cerebro conectado de manera diferente. Sin embargo, la aceptación no significa que no se pueda modificar el comportamiento que interfiere con la calidad de vida del niño. Un plan de apoyo al comportamiento positivo no es un atajo para corregir un comportamiento difícil. Más bien, es un plan integral que requiere la colaboración de los cuidadores para mejorar la calidad de vida del niño.
Los comportamientos que causan desafíos en la vida diaria se ven en contexto; y se implementan estrategias, intervenciones y conductas de reemplazo teniendo en cuenta todas las circunstancias. El plan anima a todos los integrantes de la vida del niño autista a trabajar juntos para mejorar su estilo de vida y su felicidad.
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