Aztecas y el poder del lamento
¿Eran los lamentos aztecas, tan famosos expresados durante y después de la conquista española de México, meros gritos de angustia? Tenemos el privilegio de ofrecer aquí este artículo fresco y estimulante escrito especialmente para nosotros por el Reverendísimo Gordon Mursell, obispo anglicano (retirado) de Stafford, Inglaterra, como una introducción a la más universal de las formas humanas de expresión…
Fachada del Palacio de Montejo, Mérida, México (Click en la imagen para ampliar)
Uno de los temas que ocupa un lugar destacado en parte de la poesía azteca que se escribió después de la conquista española es el del lamento. He aquí un ejemplo, de los Cantares Mexicanos de 1523:-
Somos aplastados contra el suelo;
estamos en ruinas.
No hay nada más que dolor y sufrimiento.
en México y Tlatelolco,
donde una vez vimos belleza y valor.
¿Te has cansado de tus siervos?
¿Estás enojado con tus siervos,
Oh Dador de Vida?
[English translation in Miguel Léon-Portilla (ed.), The Broken Spears: the Aztec Account of the Conquest of Mexico (Boston: Beacon Press, 1992 ed., p149).]
‘cargador’ boliviano (Haga clic en la imagen para ampliar)
Este tipo de escritura se encuentra en muchas culturas diferentes. El “lamento” a menudo se considera como el acto de duelo por la pérdida de alguien o algo, y especialmente como nuestra respuesta emocional a esa pérdida. Pero va mucho más allá que eso. En ese poema azteca, el escritor expresa no solo la sensación de pérdida, sino también las preguntas a las que da lugar la sensación de pérdida. ¿Por qué está pasando esto? ¿Qué hemos hecho para merecerlo? ¿Dónde está Dios, o los dioses, que deberían ser los encargados de evitar que suceda?
(Click en la imagen para agrandar)
El lamento es una característica destacada de la tradición judeo-cristiana, y especialmente de la Biblia hebrea (también conocida como el Antiguo Testamento). El Libro de los Salmos, las Lamentaciones y el Libro de Job están llenos de lamentos. Jesús está registrado en los Evangelios muriendo con el primer versículo del Salmo 22 en sus labios: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Pero el lamento no se limita a una religión en particular, o de hecho a las tradiciones religiosas. Puede encontrar expresión en la poesía o la oración, pero también puede encontrar expresión en la danza, el arte, la música o el teatro.
En la música clásica occidental, hay un famoso lamento de Dido en la ópera Dido y Eneas de Purcell (basada en la Eneida de Virgilio), en el que Dido, la reina de Cartago, vuelca su dolor y rabia a los dioses cuando Eneas la abandona para buscar su fortuna en Italia. El lamento también es común en el jazz y en los black spirituals, en la forma de un atrevido desafío a lo que está sucediendo: en Harlem se dice que “la melodía correcta silbada en el umbral de una puerta o levantada de los círculos y surcos de un disco puede cambiar el clima. De congelación a caliente o fría”. En la danza, la tarantela es una especie de danza folclórica salvaje que se origina (como su nombre lo indica) en la región de Taranto, en el sur de Italia: una vez se creía que, si te mordía la criatura más famosa de la región, la araña tarántula. (también llamado así por la ciudad), el único remedio era bailar una tarantela: ¡el poder de la música expulsaría el veneno! Y Frank Sinatra no estaba lejos del espíritu de lamento cuando cantó la famosa gran canción de Irving Berlin:
Concentración masiva de protesta, México 2006 (Click en la imagen para ampliar)
Puede haber problemas por delante
Pero mientras haya luz de luna y música y amor y romance
Afrontemos la música y el baile…
Lo que le da al lamento su carácter distintivo es la forma en que permite a las personas cuestionar las aparentes certezas de lo que ha sucedido. El lamento deja espacio para que las personas expresen su profundo sentimiento de que las cosas no deberían ser así. Normalmente se expresa junto con fuertes sentimientos de ira, pena o perplejidad. Pero absolutamente fundamental es la forma en que da permiso a las personas que son víctimas de una terrible tragedia para cuestionar lo que ha sucedido.
El lamento importa por muchas razones. En primer lugar, refleja una obstinada negativa por parte de las víctimas de la injusticia o la tragedia a aceptar mansamente lo que les ha sucedido. Es un acto de desafío al statu quo. Subvierte una aceptación apática del mal o del sufrimiento. Pone en duda lo que parece ser una tragedia inevitable. En segundo lugar, fortalece la resolución interior de la persona que sufre. Nutre los recursos psicológicos y espirituales, lo que permite a las personas resistir y negarse a conformarse. Y en tercer lugar, comienza a abrirse nuevas posibilidades y un futuro diferente. Para las víctimas del mal atroz, la práctica del lamento asegura que los poderosos y los corruptos no tengan la última palabra. En cambio, quienes sufren injustamente ya sueñan con un mundo diferente y mejor. Y el lamento puede ayudar a asegurar que esos sueños algún día se hagan realidad…
FUENTES DE IMAGEN: –
• Fachada del palacio y cargador: Ian Mursell/Mexicolore
• Manos: portada del LP Pongo en tus manos abiertas… (Víctor Jara) – foto de Mario Guillard
• Manifestación de protesta: Janet Jarman, New York Times (30/7/06)
Este artículo fue subido al sitio web de Mexicolore el 14 de febrero de 2008
Esto es lo que otros han dicho:
2 A las 23:34 del jueves 8 de abril de 2021, Rose escribió:
Gracias por su ayuda mientras me preparo para dar una clase de lamentaciones para mujeres.
Mexicolore responde: Nos alegra que el artículo haya sido de utilidad. Gracias por escribir.
1 A las 16:09 del lunes 27 de junio de 2016, Diana escribió:
Encantadores comentarios sobre los poderes curativos y reforzadores de Lament.