Desarrollar un sentido de uno mismo puede ser una herramienta poderosa para vivir intencionalmente. Puedes intentar la autoexploración por tu cuenta o en terapia.
¿Quién eres? ¿Qué te impulsa? Qué es lo que tú ¿valor?
Si no está seguro de sus respuestas, no hay necesidad de preocuparse. Las respuestas a preguntas como estas toman tiempo para descubrirse y, a menudo, requieren una reflexión profunda.
La autoexploración es la práctica de “echar un vistazo a tus propios pensamientos, sentimientos, comportamientos y motivaciones y preguntar por qué. Está buscando las raíces de quiénes somos: respuestas a todas las preguntas que tenemos sobre [ourselves]”, explica Ryan Howes, doctoradopsicóloga, escritora y profesora en Pasadena, California.
Puede ser difícil encontrar tiempo para la introspección y la autorreflexión en nuestras apretadas agendas, pero profundizar nuestra autocomprensión puede traer paz y sentido a nuestras vidas.
Puede comenzar su viaje de autoexploración en terapia o por su cuenta.
En esencia, la autoexploración se trata de comprender mejor quién eres y qué te hace tú.
“[Self-exploration] ayuda a las personas a comprender y aceptar quiénes son y por qué hacen lo que hacen, lo que mejora la autoestima, la comunicación y las relaciones”, explica Howes.
Además, la autoexploración puede aumentar nuestra autoconciencia, que es la capacidad de autoevaluarnos y reconocer cómo ocupamos el espacio. La autoconciencia puede permitirnos profundizar nuestra comprensión de nuestros desencadenantes emocionales, sensibilidades y mejores prácticas de cuidado personal. Esto puede conducir a una regulación emocional más fuerte y una mayor empatía.
Una vez que comprenda por qué se siente como se siente, también podrá comunicar mejor sus necesidades y sentimientos a los demás, lo que puede fortalecer las relaciones y ayudarlo a preservar mejores límites.
“¿Qué notaste sobre ti esta semana?” es lo que Howes suele preguntar al comienzo de cada sesión. Cada pensamiento, interacción o experiencia puede ser una oportunidad para el autoexamen. También señaló que una cantidad increíble de información “se revela todo el tiempo”.
La terapia a menudo implica examinar sus emociones y comprender de dónde provienen esas emociones. Según Howes, los terapeutas pueden explorar con sus clientes:
- lo que están sintiendo
- como se siente
- porque lo sienten
- cuando lo han sentido antes
La autoexploración ocupa un lugar destacado en la terapia cognitiva conductual (TCC), una forma de tratamiento psicológico comúnmente practicada. La TCC se centra en la idea de que muchos de nuestros problemas surgen de patrones de pensamiento defectuosos y que podemos aprender a cambiar esos patrones.
La TCC tiene como objetivo cambiar esos patrones aprendiendo a reconocerlos, entendiendo mejor de dónde vienen y evaluándolos. Muchos ejercicios de TCC son esencialmente ejercicios de autoexploración.
La autoexploración también es común en la terapia psicodinámica, donde exploras cómo tu pasado ha influido en tu presente. Mientras que la TCC se enfoca más en tus experiencias presentes, la terapia psicodinámica enfatiza el pasado y de dónde vienes.
Ambas opciones de terapia pueden ser efectivas para conocerse a sí mismo y desarrollar una mayor conciencia de sí mismo.
Howes dice que las personas generalmente enfrentan tres desafíos principales para la autoexploración:
- distracción
- agotamiento
- trauma pasado
Es fácil dejarse envolver por el trabajo, la escuela o la vida de los demás, lo que puede conducir a que nos descuidemos a nosotros mismos. “Nuestro entorno externo está tan ocupado, tan lleno de estimulación, que es un verdadero desafío apartarnos el tiempo suficiente para echar un buen vistazo al interior”, explica Howes.
Howes alienta a las personas a «desconectarse, detenerse y simplemente ser» de vez en cuando. Incluso podría hacer que la autoexploración sea parte de su rutina de cuidado personal. Tómese diez minutos para sentarse con sus pensamientos, «no hacer nada, no quedarse dormido, no mirar televisión, no silbar una melodía».
La autoexploración puede ser agotadora, «es difícil volver atrás y recordar recuerdos dolorosos, confrontar las realidades de nuestras limitaciones o correr el riesgo de tomar una decisión difícil», dice Howes. Sin embargo, la práctica puede ayudar.
“La autoexploración es como hacer ejercicio; se vuelve más fácil cuando eres consistente”, dice Howes. Sugiere que los lectores se revisen a sí mismos una vez al día y se pregunten: «¿Qué estoy notando sobre mí mismo hoy?»
Finalmente, para algunos, el trauma pasado puede detener el autodescubrimiento: “a veces, la psique cierra la puerta a los recuerdos traumáticos y, por mucho que presionemos, no podemos entrar”, explica Howes. La curación de un trauma pasado puede ser difícil, pero puede trabajar con un profesional de salud mental que se especialice en trauma.
No tienes que sentarte a pensar en silencio para practicar la autoexploración. Hay muchas formas de ampliar tu autoconocimiento que son activas. Estas actividades incluyen:
- escribe tus memorias
- redactar una carta para una capsula del tiempo
- escribe tu propio obituario
- crear un árbol genealógico
- reflexiona sobre tus mejores y peores días
- empezar un diario de sueños
- iniciar un diario personal
- solicitar la ayuda de otros, como un amigo, mentor, consejero espiritual o terapeuta
¿Cómo llegas a conocerte a ti mismo? Puede ser difícil saber por dónde empezar. Una manera fácil de comenzar es tratar de preguntarse «¿por qué?» más a menudo. Puede comenzar con elecciones y decisiones cotidianas, como «¿por qué brindar?» o “¿por qué una ducha en lugar de un baño?” Amplíe gradualmente el alcance de sus preguntas.
Si eso no le atrae, puede considerar algunas de las siguientes preguntas:
- ¿Qué es lo que más te gusta de ti?
- ¿Qué es algo que siempre ha sido importante para ti y por qué?
- ¿Qué te hace sentir amado?
- ¿Que te hace llorar?
- ¿Qué es lo que más te gusta hacer?
- ¿A qué sueños de la infancia te aferras todavía y qué has dejado ir?
- ¿Cómo quieres que te vean los demás?
- ¿Qué tipos de cuidado personal funcionan mejor para ti?
- ¿Dónde está tu espacio seguro?
La autoexploración es la práctica de examinar sus propios pensamientos, sentimientos, valores, creencias, identidad, antecedentes, puntos de vista y emociones, con el propósito de comprenderse mejor a sí mismo.
Puede participar en la autoexploración para la superación personal, como parte de la terapia, por curiosidad o por sí mismo. La autoexploración puede ayudar a mejorar la autoconciencia, la autoestima, la comunicación, la empatía, la autorregulación emocional y más.
Gran parte de la terapia implica cierto grado de autoexploración. También puede participar en la autoexploración por su cuenta o con alguien de su red de apoyo. La autoexploración puede presentar desafíos, que incluyen distracciones, agotamiento y revivir traumas pasados.
Una manera fácil de comenzar a practicar la autoexploración es hacerte más preguntas.