Entretejiendo la trilogía tibetana de metales preciosos, el anillo torcido trimetálico se trata de armonizar el cuerpo físico con su propósito superior. Sirve como un recordatorio de que todo está conectado y que todos los elementos están siempre en una danza entre sí para traer equilibrio a nuestro ser.
El cobre es conocido por ser un increíble conductor de energía. Aumenta la energía y elimina el letargo, todo mientras mantiene al usuario conectado a tierra y adornado con el resplandor de las altas vibraciones. En el cuerpo físico, el cobre es conocido por mantener abiertos los caminos de la curación y aliviar dolores y molestias gracias a su asombrosa capacidad para ayudar a su cuerpo a atraer exactamente lo que necesita.
El latón aporta fuerza interior y exterior a la fiesta. Conocido por su alto contenido de cobre y un tentador toque de zinc, este metal bronceado se trata de mantenerlo empapado de claridad y mantener sus funciones mentales más nítidas que una tachuela. Es un metal que sabe cómo ayudarlo a resolver problemas, le brinda ese brillo dorado para desterrar instantáneamente los malos sentimientos y es una excelente herramienta para aquellos que buscan aumentar su eficiencia en la vida.
El aluminio también es un tónico plateado para el sistema. Conocido por ayudar a calmar el sistema nervioso, este metal te invita a decir tu verdad y a permanecer en tu poder. El encuentro de estos tres entrelazados en este Anillo Tibetano trae un destello de sanación elemental a tu mano, recordándote que la energía pura de la naturaleza puede ayudarnos a vivir una vida de riqueza espiritual y fuerza física.