A diferencia del típico coleccionista de algas, Durant no era una mujer británica sino un hombre estadounidense, un inventor y científico. Nacido en 1805, parecía asumir, como muchos hombres educados de su época, que ningún aspecto del mundo mecánico, físico o natural estaba más allá de su ken. Su biografía es una letanía de reclamos a la fama.[^16] Con un ascenso de globo de aire caliente de Battery Park, Nueva York, en 1830, se hizo un nombre como el primer aeronáutico estadounidense, permaneciendo en alto durante dos horas en un globo que él mismo cosió. Su segundo ascenso, en 1833, asistió el presidente Andrew Jackson y miles de otros, durante el cual Durant dejó caer folletos con su propia poesía extática. Estos poemas, sobre las virtudes del globo, parecen haber sido la primera instancia del mundo de propaganda aérea. Fue el primer fabricante estadounidense de gastas de gusano de seda, un filamento utilizado para la línea de pesca, y su seda cruda y capullos recibieron altos premios. Dirigió su atención al mesmerismo, una creencia faddish en la hipnosis clarividente que barría a la nación. Después de infiltrarse en los círculos mesmeristas al fingir que la práctica es creíble, escribió una de las primeras reglas antimesmerismo que se publicaron en Estados Unidos, en la que desacreditó la supuesta ciencia con gran gusto.[^17] Después de ese libro, Durant se interesó en la hidráulica. Mantuvo un año de correspondencia técnica con Ellis S. Chesbrough, ingeniero jefe de Boston's Waterworks, y que pronto será ingeniero del sistema de alcantarillado de Chicago. Sus cartas fueron publicadas como hidráulicas: sobre las leyes físicas que gobiernan el agua corriente (1849).