Si bien el comportamiento y las acciones de alguien a veces pueden influir en su estado de ánimo, solo usted puede controlar sus emociones.
Todos hemos pasado por esos momentos en los que nos sentimos heridos por algo que alguien dijo o hizo. Cuando esto sucede, es fácil suponer que la otra persona es responsable de hacerte sentir de esa manera.
A pesar de la creencia popular, nadie puede hacer sientes cualquier cosa.
Si bien otras personas pueden afectar su estado de ánimo, no son responsables de sus sentimientos. Al cambiar su forma de pensar, puede aprender a controlar su estado de ánimo y sus emociones.
Cambiar tu mentalidad es un proceso que comienza con la conciencia. La forma en que piensas puede influir en cómo te sientes.
Tomarse un momento para identificar sus patrones de pensamiento puede ayudarlo a comprender por qué y cómo lo afectan.
A veces, tus pensamientos no siempre están directamente relacionados con el presente y podrían estar reafirmando creencias negativas que tienes sobre ti mismo.
Aprender a reformular estos pensamientos inútiles puede ayudarlo a ver las cosas de manera diferente, permitiéndole considerar el mejor resultado posible para una situación. Implica desafiar sus suposiciones y preguntarse si hay algo de verdad en ellas.
Un estudio de 2017 encontró que reformular tus pensamientos puede reducir las emociones negativas y aumentar las positivas.
Si bien usted es el principal responsable de manejar sus sentimientos, otros poder influir en sus emociones. Parte de esto dependerá de cómo te quieras sentir.
Un estudio de 2019 sugirió que sus motivaciones pueden desempeñar un papel importante en la medida en que permite que otros influyan en sus sentimientos. Entonces, si cree que una situación requiere cierta respuesta, puede afectar la fuerza de sus emociones.
Esto explica por qué algunas personas reaccionan de manera diferente ante la misma situación. Por ejemplo, mientras que algunos pueden ignorar un comentario desagradable para mantener la calma, otros pueden ofenderse y decir algo con enojo para demostrar su punto.
De la misma manera que puedes determinar si los demás pueden influir en tus emociones, también puedes elegir aceptar cómo te hacen sentir.
Como dijo Eleanor Roosevelt: “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”.
En otras palabras, usted es responsable de sus sentimientos. Si ya asumes que eres alguien que puede sentirse inferior por otra persona, es menos probable que pienses lo contrario.
Cómo te hace sentir una persona yace en última instancia en el centro de lo que piensas de ti mismo y de lo que eliges creer.
Así como otras personas pueden afectar sus emociones, sus palabras y acciones también pueden influir en las de ellos.
Su estado emocional puede crear un efecto dominó, que influye en cualquier persona de su entorno y en las personas con las que entra en contacto.
Esto sucede regularmente en los lugares de trabajo. Cuando un miembro del equipo tiene una actitud negativa, puede crear un ambiente de trabajo tóxico. Lo mismo ocurre con las emociones positivas.
Según un estudio de 2015, trabajar con personas positivas puede mejorar tu desempeño. Por lo tanto, si está de buen humor, es probable que aumente el sentido de motivación de su equipo.
Además, también puedes usar tus emociones como una herramienta para dar forma al resultado de una situación. Puede expresar ciertas emociones para indicarle a alguien que se preocupa por él o para ayudarlo a sentirse más a gusto.
Sus emociones a menudo pueden malinterpretarse en gran medida. Aprender la verdad detrás de los mitos más comunes puede ayudar a disminuir la confusión.
Mito 1: “No debería sentirme así”
Con demasiada frecuencia, podemos juzgarnos o criticarnos por tener sentimientos fuertes sobre algo que consideramos menor. Pero no hay una manera correcta o incorrecta de sentirse. La clave es aceptar cómo te sientes y entender cómo manejarlo mejor.
Mito 2: “Pero no puedo evitar lo que siento”
Tus pensamientos pueden tener un efecto profundo en tus emociones. Puede influir en cómo te sientes y te comportas. Cuando te das cuenta de tus pensamientos, puedes cambiar el resultado hacia uno positivo.
Mito 3: “Controlar mis emociones es negar cómo me siento realmente”
Las personas a menudo ven la regulación de las emociones como un intento de suprimir cómo te sientes inicialmente. Pero ese no es el caso.
A veces las emociones pueden volverse abrumadoras. Manejarlos de manera efectiva implica encontrar el equilibrio para no reaccionar de manera inútil.
No es raro sentirse herido por ciertas cosas que la gente dice o hace a veces, pero es manejable.
Lo que piensas influye directamente en cómo te sientes y respondes. Al cambiar tu mentalidad, puedes aprender a manejar tus emociones.
Es un proceso que puede requerir algo de práctica. Pero con un poco de tiempo y paciencia, podrás sobrellevarlo mejor.
Recuerda que eres el principal responsable de tus sentimientos y, por eso, nadie puede hacerte sentir nada.
Si controlar sus emociones se vuelve abrumador, considere comunicarse con un profesional de salud mental. Pueden proporcionarle herramientas útiles y guiarlo en los próximos pasos.
Si no está seguro de por dónde empezar, puede consultar el centro de Psych Central para encontrar apoyo de salud mental.