5 señales de una personalidad rígida y cómo tratar con las personas que la tienen

Una persona con una personalidad rígida es, como lo describe la palabra, inflexible. Le resulta muy difícil comprender y, a veces, incluso reconocer las perspectivas, los sentimientos y las ideas de otras personas. Puede resultar extremadamente difícil razonar con personas rígidas y puede hacer que la vida sea muy dura.

A continuación te contamos algunas señales que te indican que estás ante una persona con personalidad rígida y cómo tratar con este tipo de personas.

  1. TOC (Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad)

La mayoría de las personas que creen que padecen TOC no lo creen. El TOC es un trastorno obsesivo que puede derivar en un trastorno obsesivo-compulsivo. Esto suele ser el resultado de una ansiedad grave y de un intento de controlar otros factores que los rodean.

Si se trata de una persona rígida, es posible que padezca algún tipo de TOC que puede hacer que la persona se obsesione con determinadas variables de su vida, como seguir las reglas al pie de la letra, tener una forma específica prescrita de hacer las cosas o centrarse en la perfección.

Sea cual sea su manifestación, el TOC o un trastorno similar surge de la necesidad de tener el control. Por lo tanto, estas personas Muestran personalidades muy rígidas y no pueden tolerar desviaciones de su rutina..

La mejor manera de tratar con personas que muestran este tipo de comportamientos depende de tu proximidad a ellas.

Si está cerca de la persona, puede resultar útil tratar de identificar qué ansiedad subyacente está causando el comportamiento. Sin duda, en el caso de una persona que padece un trastorno obsesivo-compulsivo grave, se recomienda acudir a un psicólogo para ayudarla a controlar y gestionar el trastorno.

Si se trata de algo menos grave, conviene intentar mantenerlos dentro de sus límites para evitar conflictos innecesarios. Cuando eso no sea posible, se les debe animar a que tomen descansos regulares para Evite abrumarse y volver a un comportamiento rígido y difícil..

  1. Jugando al juego de la culpa

Las personas con personalidades rígidas no pueden razonar más allá de su perspectiva. Casi siempre habrá alguien a quien culpar por cualquier cosa que salga mal. Tenga la seguridad de que nunca son ellos mismos.

Esto puede hacer que sea muy difícil llevarse bien con una persona si se niega a aceptar responsabilidades cuando debería y, en cambio, siempre está buscando un chivo expiatorio.

Para intentar cambiar una forma innata de pensar, una persona debe descargar la tensión que está Lo que hace que sean tan inflexiblesSi te encuentras con alguien que siempre está buscando a quién culpar, es poco probable que discutir directamente resuelva el conflicto.

Anímelos a tomarse un momento, tal vez a dar un paseo. Tener un tiempo para despejarse podría ayudarlos a dejar atrás la inexplicable certeza de que alguien debe rendir cuentas.

Siempre es un desafío razonar con una personalidad rígida, pero ser capaz de disminuir sus niveles de estrés puede hacer que la situación vuelva a ser manejable.

  1. Expectativas inalcanzables

Tener una personalidad rígida no solo es difícil para las personas que la rodean, sino también para la propia persona. Es posible que tenga criterios y expectativas establecidos sobre resultados que simplemente no son alcanzables. En este caso, es probable que se sienta irracionalmente molesta y desanimada si sus expectativas no se cumplen.

Lo mejor que se puede hacer cuando se trata de una personalidad rígida es: Intente gestionar las expectativas con calma y racionalidad.Es posible que les hayan dicho algo que perciben como la verdad absoluta, por lo que poder modificar su mentalidad para aceptar una alternativa requerirá un verdadero esfuerzo mental.

Trate de analizar cuáles son o habrían sido los posibles resultados, tanto buenos como malos. Ser capaz de ver que había posibilidades mucho más desastrosas que no sucedieron debería arrojar un poco de luz sobre la situación y evitar que se convirtiera en un problema mayor de lo que debería ser.

  1. Argumentando que lo negro es blanco

Para una persona con una personalidad rígida, una vez que ha decidido que algo es un hecho, tendrá dificultades para cambiar su forma de pensar, sin importar cuán contundente sea la información que indique lo contrario. Sabrá que se trata de una persona con una personalidad rígida si alguien se niega a aceptar la verdad Incluso cuando está expuesto ante ellos.

Este tipo de comportamiento rígido surge de una necesidad de cierre cognitivo. Intentan eliminar toda incertidumbre y, al hacerlo, se conforman con un resultado con el que no se puede discutir.

Intentar cambiar la forma de pensar de una personalidad rígida requiere un gran esfuerzo por ambas partes. Si tienes algo inamovible en tu psique, se necesita mucha fuerza de voluntad mental para poder cambiar esa forma de pensar.

Sea amable. Una personalidad rígida suele tener un umbral muy bajo para la incertidumbre que puede soportar. Intente empatizar con su forma de pensar y presente respuestas alternativas como una posibilidad en lugar de una certeza. Esto ayudará a que su proceso de pensamiento se adapte gradualmente, en lugar de un rechazo categórico.

  1. Confrontación innecesaria

Las personas que tienen una personalidad rígida no necesariamente saben que otras personas piensan de manera diferente. Pueden creer que tienen razón y sentirse obligadas a imponer sus puntos de vista a los demás.

Esta puede ser una experiencia frustrante para ambas personas, ya que una puede sentir con fuerza que necesita transmitir su mensaje, mientras que la otra puede estar en desacuerdo pero sentirse acosada por argumentos con los que no desea involucrarse.

Un truco para lidiar con este tipo de confrontación perturbadora es Reformula lo que la persona está diciendo pero con tus propias palabrasEsto puede ayudarlos a dar un paso atrás y escuchar cómo se les explica el argumento. Mantenga siempre la calma, ya que alzar la voz solo empeorará la situación.

Intenta preguntar si has entendido bien su punto de vista y repítelo con un estilo ligeramente diferente. Esto aporta un poco de perspectiva que puede haber faltado y puede ayudar a demostrar de forma amable lo tonto que debe haber sonado el argumento.

Referencias:

  1. Psicología hoy
  2. PubMed
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