El efecto halo: definición, ejemplos y teoría

El efecto halo: definición, ejemplos y teoría

Las decisiones que tomamos y nuestras conclusiones sobre el mundo no siempre son acertadas. Conozca el efecto halo y cómo puede influir en su vida.

Hablemos más sobre qué es el efecto halo y cómo puede manifestarse en nuestra vida diaria.

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¿Qué es el efecto halo? (Una definición)

El halo es un tipo de sesgo cognitivo en el que hacemos suposiciones sobre alguien o algo basándonos en una característica. En otras palabras, si creemos que alguien posee un rasgo favorable, tendemos a suponer que también posee otras cualidades positivas, incluso si tenemos evidencia limitada o nula para respaldar esas suposiciones (Forgas y Laham, 2016).

Por ejemplo, imagina que conoces a alguien que es físicamente atractivo. El efecto halo podría llevarte a creer que esa persona también es inteligente, amable y confiable, simplemente porque posee una apariencia física atractiva. Sin embargo, esta percepción puede no ser precisa ni justificada, ya que el atractivo físico no necesariamente se correlaciona con otras cualidades no relacionadas.

El efecto halo puede afectar diversos aspectos de la vida, como las decisiones de contratación, las evaluaciones de desempeño, el consumismo y las relaciones personales. Es importante ser consciente de este sesgo y hacer un esfuerzo para evaluar a las personas en función de múltiples factores en lugar de confiar únicamente en una sola característica positiva o negativa.

Lo opuesto del efecto halo

El efecto opuesto al efecto halo se denomina a veces “efecto diablo” o “efecto cuernos”. Se refiere a atribuir características negativas a alguien o algo basándose en una única cualidad o acción negativa (Forgas y Laham, 2016).

Desventajas del efecto halo

Al igual que otros sesgos cognitivos, el efecto halo es una especie de atajo mental que nos ayuda a tomar decisiones rápidamente. Si bien una evaluación rápida de una persona o un producto puede ser beneficiosa, existen muchas desventajas (Katopol, 2018). Estas son algunas de las principales desventajas asociadas con el efecto halo:

El efecto halo: sesgo e inexactitud

El efecto halo suele dar lugar a evaluaciones sesgadas e inexactas. Cuando permitimos que una característica positiva o una impresión inicial eclipsen otros atributos, puede impedir una evaluación justa y objetiva de las verdaderas fortalezas y debilidades de otra persona. Esto puede dar lugar a juicios inexactos y, potencialmente, a una mala toma de decisiones en áreas como la contratación, los ascensos o las evaluaciones de desempeño.

El efecto halo: procesamiento limitado de la información

El efecto halo simplifica la información compleja al basarse en una única característica positiva o impresión general. Esto puede dificultar una evaluación exhaustiva y completa de un individuo o entidad. Al centrarse en un conjunto reducido de atributos, pueden pasarse por alto matices y detalles importantes, lo que da lugar a evaluaciones incompletas o superficiales.

El efecto halo: desconsideración hacia las cualidades negativas

El efecto halo puede hacer que las personas pasen por alto o minimicen las cualidades o debilidades negativas de un individuo o entidad. Incluso si existen deficiencias o áreas en las que se necesita una mejora significativa, pueden quedar eclipsadas por el halo positivo, lo que genera una falta de retroalimentación constructiva y oportunidades perdidas de crecimiento y desarrollo.

El efecto halo: estereotipos y generalizaciones

El efecto halo puede contribuir a la creación de estereotipos y la generalización. Al suponer que una característica o rasgo positivo se aplica universalmente, las personas pueden emitir juicios generalizados sobre una persona o un grupo, ignorando las diferencias y la variabilidad individuales. Esto puede perpetuar los estereotipos y obstaculizar una comprensión matizada de los demás.

Teoría del efecto halo

La teoría del efecto halo, descrita inicialmente por Edward Thorndike (1920), puede entenderse en el marco de la psicología cognitiva. En concreto, el efecto halo suele atribuirse a un sesgo cognitivo conocido como «sesgo de generalización». Este sesgo se produce cuando nuestra impresión o evaluación inicial de una persona, objeto o acontecimiento influye en nuestros juicios y percepciones posteriores de esa entidad.

Según la teoría del efecto halo, cuando se nos presenta información sobre alguien o algo, nos formamos una impresión general en base a esa información. Esta impresión general actúa entonces como un «halo» que colorea nuestra percepción de rasgos o atributos específicos asociados con la entidad.

El efecto halo surge de nuestra tendencia natural a simplificar y dar sentido a la información compleja recurriendo a heurísticas o atajos cognitivos. En lugar de evaluar cada atributo o característica individual de forma independiente, solemos utilizar el efecto halo como un atajo mental para hacer suposiciones y juicios sobre la entidad en su conjunto. Este sesgo cognitivo nos ayuda a procesar la información de forma eficiente, pero también puede dar lugar a errores sistemáticos en nuestras evaluaciones.

El efecto halo puede verse influido por diversos factores, entre ellos el atractivo físico, la reputación, el estatus social, las primeras impresiones o cualidades excepcionales. Una vez que se establece el halo, afecta a la forma en que percibimos e interpretamos información posterior sobre la entidad, lo que a menudo conduce a juicios y atribuciones sesgadas.

Ejemplos del efecto halo

Existen muchos aspectos de nuestra vida en los que podemos encontrarnos con el efecto halo. A continuación, se ofrecen algunos ejemplos de casos en los que podría observarse:

  • Un gerente evalúa más favorablemente al empleado que es fanático de su mismo equipo deportivo que al empleado que no lo es.
  • Un consumidor prefiere una marca sobre otra porque su celebridad favorita la respalda.
  • Un jurado tiene una actitud positiva hacia la persona en juicio porque es atractiva.
  • El interno que se viste bien es considerado más competente que el interno que no lo hace.
  • Una persona es incapaz de creer que su comediante favorito se comportó de manera poco ética porque es divertido y, por lo tanto, es poco probable que sea una mala persona.

Efecto Halo y Atractivo

El efecto halo está estrechamente relacionado con el atractivo. De hecho, la apariencia física es uno de los desencadenantes más comunes del efecto halo. Es decir, cuando alguien encaja en nuestros estándares sociales de belleza, tendemos a suponer que también posee otras características positivas. A continuación, se indican algunas formas en las que el atractivo y el efecto halo están relacionados (Forgas y Laham, 2016):

Atribución de características positivas

Cuando alguien es físicamente atractivo, el efecto halo puede hacer que las personas asuman que también posee otras cualidades positivas. Por ejemplo, las personas atractivas suelen ser percibidas como más inteligentes, competentes, confiables, seguras y socialmente hábiles, incluso si no hay evidencia que respalde estas suposiciones. Esto se debe a que la impresión positiva inicial basada en el atractivo puede crear un sesgo cognitivo que influye en las percepciones de sus otros rasgos.

Influencia social

Las personas atractivas pueden experimentar una mayor probabilidad de ser queridas, admiradas o socialmente aceptadas debido al efecto halo. Otras pueden buscar su compañía, seguir su ejemplo o ser más receptivas a sus ideas simplemente por su atractivo físico. Esto puede afectar la dinámica social, las interacciones y la influencia que las personas atractivas ejercen sobre los demás.

Éxito percibido

El atractivo físico suele asociarse con el éxito y los resultados positivos. La gente puede creer que las personas atractivas tienen más probabilidades de tener éxito, de alcanzar logros profesionales o de ser económicamente estables. En consecuencia, esta percepción positiva puede potenciar el efecto halo, lo que lleva a los demás a atribuir características más positivas y un éxito potencial a las personas atractivas.

Oportunidades laborales y ascensos

Las investigaciones han demostrado que el atractivo físico puede afectar las decisiones de contratación, las oportunidades laborales y el avance profesional. El efecto halo puede hacer que los empleadores perciban a los candidatos atractivos como más competentes, capaces y calificados para un trabajo, incluso si el atractivo no está relacionado con el desempeño laboral. Las personas atractivas pueden recibir un trato preferencial en la contratación, los ascensos o las oportunidades de establecer contactos debido a los sesgos positivos asociados con su apariencia.

Efecto Halo y Marketing

El efecto halo tiene un impacto significativo en el marketing y en el comportamiento del consumidor. Puede influir en la forma en que los consumidores perciben y evalúan los productos, las marcas y los anuncios (Leuthesser et al., 1995). A continuación, se indican algunas formas en que se utiliza el efecto halo en el marketing:

El efecto halo y la percepción de la marca

Si una marca es conocida y muy valorada por un producto o servicio en particular, los consumidores pueden suponer que otras ofertas de la misma marca son de calidad similar. Por ejemplo, si una empresa es conocida por producir teléfonos inteligentes de alta calidad, los consumidores pueden suponer que sus otros productos, como computadoras portátiles o auriculares, también son de primera calidad.

El efecto Halo y el patrocinio de celebridades

Cuando una celebridad o una figura conocida promociona un producto o una marca, las cualidades positivas asociadas con esa persona pueden transferirse al producto o la marca en sí. Los consumidores pueden estar más inclinados a percibir el producto promocionado como deseable, confiable o de alta calidad simplemente por su opinión positiva sobre la celebridad (Schlecht, 2003).

El efecto Halo y el diseño y el packaging

El atractivo visual del empaque o el diseño de un producto puede crear una impresión inicial positiva e influir en la percepción que los consumidores tienen de la calidad y el valor del producto. Un empaque bien diseñado puede hacer que un producto parezca más atractivo y confiable, lo que lleva a los consumidores a asumir que el producto en sí es de alta calidad.

El efecto Halo y la publicidad y los mensajes

Una publicidad eficaz puede crear una conexión o asociación emocional positiva con un producto, una marca o un mensaje. Al presentar el producto de forma favorable o asociarlo con emociones positivas, los especialistas en marketing pueden aprovechar el efecto halo para influir en las actitudes y preferencias de los consumidores.

El efecto halo y la prueba social

El efecto halo también se puede observar en la influencia de la prueba social en el comportamiento del consumidor. Cuando los consumidores ven que otras personas respaldan o utilizan positivamente un producto, pueden asumir que es un buen producto y hacer lo mismo. Las reseñas, los testimonios o las recomendaciones positivas de otras personas pueden crear un efecto halo, mejorando el valor percibido y la conveniencia de un producto.