Falacia Tu Quoque (25 ejemplos + descripción) –

¿Alguna vez te has sentido acorralado en una discusión y escuchaste a la otra persona señalarte con el dedo? No es justo, Crees. Bueno, probablemente te hayas encontrado con una falacia del tu quoque.

Una falacia tu quoque ocurre cuando alguien evita abordar un tema afirmando que su oponente es culpable de la misma falta de la que se le acusa.

Imagínese esto: está tratando de demostrar un punto y, justo cuando está a punto de exponer su caso, alguien cambia el argumento para atacar su credibilidad. Frustrante, ¿no? Quédese porque está a punto de aprender cómo funciona esta falacia, por qué es tan atractiva y cómo puede contrarrestarla de manera efectiva.

¿Qué es una falacia de Tu Quoque?

Entremos en el meollo de la cuestión de lo que es una falacia del tu quoque. Imagínese en un debate sobre alimentación saludable. Señalas que alguien debería comer más verduras. Ellos responden diciendo: «¡Bueno, te comiste una barra de chocolate la semana pasada!»

Su respuesta es una falacia del tu quoque. En lugar de hablar sobre el tema en cuestión, que es la importancia de comer verduras, se centran en sus propias acciones pasadas. Este es un tipo de falacia lógica. Falacias Son errores lógicos, generalmente en argumentos, que comete la gente y que conducen a un razonamiento inconsistente.

En términos más técnicos, una falacia tu quoque es una especie de falacia circunstancial. ad hominem argumento. Ad hominem significa «contra la persona» en latín. Entonces, en lugar de abordar el argumento o la cuestión, la atención se centra en la persona que hace el reclamo.

Puedes pensar en ello como un juego de patatas calientes. Nadie quiere cargar con la culpa, por lo que todo se discute de un lado a otro. A veces, esto puede utilizarse como un argumento ad hominem abusivo, pero normalmente es sólo una forma de que la gente desvíe la atención del problema, como una contraacusación.

Aquí está el factor decisivo: tu quoque complica las discusiones. Nubla tu pensamiento y distorsiona tu juicio. Puede convertir cualquier debate serio en un juego de culpas, donde el punto principal se pierde en pequeñas disputas.

Otros nombres para Tu Quoque

  • Falacia «tú también»
  • Apelación a la hipocresía
  • Dos errores hacen un bien

Falacias lógicas similares

  • Anuncio hominem: Atacar a la persona que presenta el argumento en lugar del argumento en sí.
  • Falacia del hombre de paja: Tergiversar el argumento de un oponente para facilitar el ataque.
  • Apelar a la autoridad: Utilizar la opinión de un «experto» como única base para un argumento.
  • Pendiente resbaladiza: Argumentar que una determinada acción desencadenará una cadena de acontecimientos incontrolable
  • Falsa dicotomía: Presentando sólo dos opciones cuando hay más disponibles

El término «tu quoque» tiene raíces latinas y se traduce como «tú también». Esta frase se usaba comúnmente en discusiones legales durante la época romana. Se ha adoptado en el estudio de la lógica y la argumentación como un tipo específico de falacia que desvía la atención del problema al individuo.

Al comprender qué es una falacia tu quoque y cómo funciona, te estarás armando de conocimientos valiosos. Con esto, puedes participar en conversaciones y debates más significativos, asegurándote de que la atención se mantenga en el tema en lugar de convertirse en un concurso de acusaciones.

29 ejemplos

1) Tabaquismo y salud

«Tu consejo sobre dejar de fumar no significa nada. ¡Solías ser fumador!»

Aquí, el argumento evita discutir los problemas de salud relacionados con el tabaquismo y, en cambio, se centra en el pasado del asesor como fumador. Incluso si fuera verdad, el pasado del asesor no hace que sus preocupaciones de salud sean menos válidas.

2) Reciclaje y Ambientalismo

«¿Por qué debería escucharte sobre el reciclaje? Conduces un coche que consume mucha gasolina».

El argumento elude el tema del reciclaje señalando las deficiencias medioambientales de la otra persona. No invalida la importancia del reciclaje.

3) Integridad Académica

«No puedes acusarme de plagio; hiciste trampa en un examen en la escuela secundaria».

Este ejemplo reenfoca el argumento desde el tema del plagio al comportamiento pasado, evitando efectivamente el problema actual.

4) Asistencia al gimnasio

«No necesito que me digas que vas al gimnasio; no has hecho ejercicio en semanas».

En lugar de considerar los beneficios de ir al gimnasio, el comunicado ataca la reciente falta de ejercicio del asesor.

5) Consumo de alcohol

«¿Por qué debería dejar de beber? Anoche estuviste en el bar».

Nuevamente, se ignora el tema del consumo de alcohol y sus efectos, y el foco se desplaza hacia el comportamiento del acusador.

6) exceso de velocidad

«No me hables de exceso de velocidad; excediste el límite de velocidad la semana pasada».

Este argumento ignora los peligros del exceso de velocidad y centra la atención en el propio historial de exceso de velocidad del acusador.

7) Presupuestar el dinero

«No puedes sermonearme sobre cómo ahorrar dinero; tienes deudas de tarjetas de crédito».

Se ignora la cuestión central del ahorro de dinero y la atención se centra en la situación financiera del acusador. No hay lugar para una explicación, sin mencionar que el reclamo es irrelevante.

8) Veganismo

«No puedo tomarme en serio tu veganismo cuando usas zapatos de cuero».

El argumento se desvía de los aspectos éticos o de salud del veganismo para señalar una hipocresía percibida.

9) Hábitos de estudio

«No me digas que estudie. Te quedaste despierto hasta tarde jugando videojuegos».

En lugar de abordar los beneficios de estudiar, la atención se centra en los propios hábitos de estudio del asesor, o la falta de ellos.

10) Conducción Segura

«Me dices que use el cinturón de seguridad, pero envías mensajes de texto mientras conduces».

El argumento descarta la importancia del uso del cinturón de seguridad al resaltar el hábito de enviar mensajes de texto del asesor. Puede que sea una crítica correcta, pero no tiene sentido.

11) Participación Política

«No me digas que vote; no votaste en las últimas elecciones locales».

La importancia de la votación se evita centrándose en el historial de votación anterior del asesor. Críticas como ésta son sólo retórica y también muestran una inconsistencia, por ejemplo si el tema era votar a nivel federal y no a nivel local.

12) Limpiar

«¿Me estás diciendo que limpie mi habitación cuando la tuya está hecha un desastre?»

Se ignora la necesidad de limpiar y se señala la habitación desordenada del asesor.

13) Bienestar Animal

«No se puede hablar de derechos de los animales cuando se come carne».

El argumento cambia el foco de la cuestión del bienestar animal a la dieta del asesor.

14) Reducir el Azúcar

«No prediques sobre reducir el azúcar; bebes refrescos».

Se ignoran los beneficios para la salud de reducir el consumo de azúcar y se centra la atención en el propio consumo del asesor.

15) Importancia del sueño

«Me dices que duerma más, pero te quedas despierto hasta tarde».

En lugar de abordar los beneficios del sueño para la salud, la atención se centra en los propios hábitos de sueño del asesor.

16) Desarrollo Profesional

«No me aconsejes que tome cursos adicionales si tú no lo has hecho».

Se ignora la cuestión central del desarrollo personal y se centra en la propia formación académica del asesor.

17) Reciclaje De Plástico

«No puedes hablarme de residuos plásticos; usas pajitas de plástico».

La atención se desplaza del problema medioambiental al uso de pajitas de plástico por parte del asesor, ignorando el problema más amplio.

18) Conservación del Agua

«¿Me estás diciendo que ahorre agua cuando te duches mucho?»

La importancia de la conservación del agua se elude señalando los propios hábitos del asesor.

19) Energía Renovable

«No me hables de energías renovables; todavía usas una estufa de gas».

El argumento se desvía de la discusión sobre energías renovables para centrarse en el propio uso de energía del asesor.

20) Tiempo De Calidad

«Me dices que pase más tiempo con la familia, pero siempre estás ocupado».

El acusador descarta la importancia del tiempo en familia y se centra en el propio horario del asesor.

21) Leer Libros

«No me digas que lea más, miras televisión todo el día».

El argumento pasa de los beneficios de la lectura a los hábitos del asesor frente a la televisión.

22) Agua Potable

«No puedes decirme que beba más agua cuando tomas café todo el día».

La atención se centra en los beneficios para la salud del agua potable y en los hábitos de consumo de café del asesor.

23) Participación Religiosa

«No me hables de ir a la iglesia; ni siquiera rezas».

El argumento descarta la importancia de la participación religiosa al centrarse en las propias prácticas del asesor.

24) Búsqueda de empleo

«No me aconsejes sobre la búsqueda de empleo; tú también has estado desempleado».

En lugar de discutir técnicas efectivas de búsqueda de empleo, la atención se centra en el propio historial laboral del asesor. Esta también es una argumentación inconsistente, ya que las afirmaciones pasadas de alguien pueden en realidad informar su consejo.

25) Disciplina Infantil

«No puedes hablarme sobre disciplinar a mi hijo; no eres padre».

La cuestión central de la disciplina infantil se evita centrándose en la situación de paternidad del asesor.

26) Usar Protector Solar

«No me digas que use protector solar; te quemaste con el sol el verano pasado».

Se desestima la importancia de la protección solar al señalar las quemaduras solares pasadas del asesor.

27) Cuidado Dental

«¿Me estás diciendo que use hilo dental cuando tuviste una caries el año pasado?»

Se ignora la importancia del cuidado dental y se centra en los problemas dentales pasados ​​del asesor.

28) Actividad Al Aire Libre

«No me hables de actividades al aire libre; estás adentro todo el tiempo».

El argumento descarta los beneficios de las actividades al aire libre al resaltar el estilo de vida interior del asesor.

29) Inteligencia Emocional

«No prediques la inteligencia emocional; ayer perdiste los estribos».

En lugar de discutir la importancia de la inteligencia emocional, la atención se centra en el comportamiento reciente del asesor.

Los mecanismos psicológicos detrás de esto

Quizás se pregunte por qué la falacia del tu quoque es tan común en los debates y discusiones. Tiene mucho que ver con los mecanismos de defensa psicológicos. Cuando alguien se siente acorralado o criticado, es natural querer desviar la atención de uno mismo. Especialmente si lo que están haciendo es moralmente incorrecto.

Acusar a la otra persona de faltas similares es una manera fácil de desviar la atención. En esencia, es una táctica de supervivencia del ego, una forma de protegerse de la culpa o el juicio.

Aquí hay otra capa: la falacia del tu quoque a menudo explota sesgos cognitivos, específicamente el sesgo de confirmación. La definición de sesgo de confirmación es que a las personas generalmente les gusta escuchar información que confirme lo que ya creen.

Si alguien puede desviar el argumento para hacerte parecer hipócrita, no sólo desviará la culpa sino que también fortalecerá su propio sistema de creencias. Es una doble victoria para ellos, pero da lugar a debates de mala calidad.

El impacto de la falacia de Tu Quoque

El uso de la falacia del tu quoque puede ser bastante perjudicial para cualquier forma de diálogo constructivo, especialmente si se tiene una buena razón para mencionarlo.

Por un lado, enturbia las aguas. En lugar de concentrarte en el argumento o el tema, te desvías y te dedicas a defender tu carácter o tus acciones. Esta táctica efectivamente descarrila la conversación y a menudo deja el punto original sin resolver.

Además, esta falacia puede tener un impacto duradero en las relaciones y las comunidades. Crea un entorno en el que nadie se responsabiliza de sus acciones, lo que genera una falta de confianza y cooperación.

Ya sea una amistad, una relación laboral o incluso un discurso político, el uso frecuente de tu quoque hace que las conversaciones significativas y el progreso sean difíciles de lograr.

Cómo identificarlo y contrarrestarlo

Primero, hablemos de detectar una falacia del tu quoque cuando surge. Esté atento a las respuestas que cambien el enfoque del problema al comportamiento o la historia personal. Si alguien contrarresta su punto diciendo: «Bueno, ¿y usted?» Es muy probable que te enfrentes a una discusión de tu quoque.

Ahora, contrarrestandolo. La mejor estrategia es llevar suavemente la conversación al tema original. Podrías decir: «Podemos discutir mis acciones más tarde, pero ahora, centrémonos…