Aprendizaje observacional –

Probablemente comprenda cómo el condicionamiento clásico y operante utiliza teorías conductistas básicas, pero ¿qué pasa con una teoría del aprendizaje que queda fuera del conductismo? Continúe leyendo para aprender más sobre el aprendizaje observacional.

A principios del siglo XX, el conductismo era la principal escuela de pensamiento que explicaba cómo nos comportamos. Conductistas como Ivan Pavlov y John B. Watson utilizaron experimentos para demostrar que las personas pueden cambiar sus conductas (o desarrollar nuevas conductas) mediante el condicionamiento. Al comprender que nuestras acciones tienen consecuencias, adoptamos algunas conductas y nos desviamos de otras.

A mediados del siglo XX, los psicólogos se dieron cuenta de que esta explicación no contaba toda la historia. Las personas no tienen que experimentar un comportamiento para realizarlo más adelante directamente. Podrían simplemente observar la conducta para poder realizarla más adelante.

¿Qué es el aprendizaje por observación?

El aprendizaje por observación es una forma de aprendizaje social que se produce mediante la observación de los comportamientos de otras personas, cosas y objetos en el mundo.

Como muchas ideas asociadas con el aprendizaje por observación, esta idea parece obvia ahora. En la década de 1960, apenas se estaban abriendo camino en la psicología académica. Analizaré el aprendizaje observacional, cómo funciona y los experimentos que han sacado a la luz esta teoría.

Empecemos. Podemos agradecer a Albert Bandura por sus primeros trabajos sobre el aprendizaje observacional y la teoría general del aprendizaje social.

Alberto Bandura

Albert Bandura es uno de los psicólogos más importantes de la historia moderna. Su trabajo no refutó el trabajo de los conductistas, pero añadió más piezas al rompecabezas.

Estas piezas del rompecabezas formaron un puente que conectaba las ideas condicionantes tradicionales con los procesos cognitivos. Claro, las personas pueden aprender un comportamiento después de experimentar las consecuencias que se derivan de ese comportamiento. Pero incluso si las personas no realizan una conducta por sí mismas, pueden captarla a través de observación.

El experimento del muñeco Bobo

El experimento del muñeco Bobo, dirigido por Albert Bandura en 1961, sirve como piedra angular para comprender el aprendizaje observacional.

Metodología

El estudio de Bandura involucró a niños expuestos a dos modelos adultos: uno que se comportaba agresivamente con un muñeco Bobo y el otro que participaba en actividades no agresivas. El muñeco Bobo es un juguete inflable distintivo que se asemeja a un payaso, diseñado para rebotar y volver a ponerse derecho cuando se cae.

En la primera fase del experimento, los niños observaron individualmente a un adulto en una habitación. Algunos presenciaron cómo el adulto actuaba violentamente hacia el muñeco Bobo: golpeando, pateando e incluso usando un martillo. En cambio, otros vieron al adulto jugando tranquilamente con otros juguetes, ignorando al muñeco Bobo.

En la fase siguiente, los niños fueron colocados en una habitación diferente con juguetes atractivos. Sin embargo, los juguetes les fueron quitados a los niños poco después de comenzar a jugar, una táctica diseñada para inducir frustración. Finalmente, los niños fueron colocados en una habitación con un muñeco Bobo y otros juguetes.

Resultados

Los resultados fueron bastante reveladores. Los niños que habían observado el modelo adulto agresivo tenían significativamente más probabilidades de mostrar un comportamiento agresivo hacia el muñeco Bobo, imitando las acciones que habían visto. Replicaron las acciones agresivas específicas e improvisaron con armas, aunque el modelo adulto no lo había hecho. Por el contrario, los niños expuestos al adulto no agresivo mostraron un comportamiento menos agresivo hacia el muñeco.

Trascendencia

El experimento del muñeco Bobo de Bandura demostró cómo los individuos pueden aprender simplemente observando, sin un aprendizaje experiencial directo. Los hallazgos desafiaron la creencia predominante de que el aprendizaje se produjo únicamente a través de la experiencia directa y el refuerzo. Destacó que la observación por sí sola podría conducir a nuevos comportamientos. Esto fue innovador en psicología, al sugerir que los comportamientos se podían aprender socialmente mediante la observación de modelos, incluso sin consecuencias o refuerzos directos.

Ejemplos culturales

Hoy en día, la idea del aprendizaje observacional parece obvia. Todos imitamos a los demás y modelamos nuestro comportamiento según las personas en nuestras vidas. Participaste en el aprendizaje por observación si alguna vez te vestiste como tu hermano mayor o usaste las mismas expresiones faciales que tus padres.

El aprendizaje por observación es unidireccional y las culturas se forman en ubicaciones geográficas o grupos de edad. ¿Alguna vez has aprendido jerga o movimientos de baile de tus amigos? ¿Alguna vez usaste un tutorial para aprender a maquillarte o caminar con tacones? ¡Hay ejemplos de aprendizaje observacional a nuestro alrededor!

Cómo funciona el aprendizaje por observación

El experimento Bobo Doll nos permite vislumbrar cómo los niños imitan a los adultos. La imitación es una pieza crucial del rompecabezas de la teoría del aprendizaje social. Pero, como teorizó más tarde Bandura, no imitamos simplemente sin pensamiento cognitivo. Nosotros pensar sobre nuestras acciones. Evaluamos las posibles consecuencias y si debemos o no realizar una conducta.

Una vez más, esto suena obvio, pero los conductistas no tuvieron en cuenta los procesos cognitivos en aquel entonces. Creían que el condicionamiento que recibimos tenía todo el poder sobre nuestros comportamientos. La teoría de Bandura dice que esto es sólo una parte del aprendizaje y la realización de conductas.

Bandura cree que una vez que ocurre el aprendizaje por observación, los humanos pasan por procesos mediacionales que nos ayudan a decidir si queremos o no realizar una acción. Los pasos de ese proceso son los siguientes:

Atención

Estamos en presencia de muchísimos comportamientos todos los días. Observar y aprender todo lo que hace cada persona o animal sería imposible. Para aprender un comportamiento, primero debemos prestarle atención. La atención es simplemente centrar nuestro pensamiento consciente en una tarea.

Memoria/Retención

No todo lo que vemos acaba en el almacenamiento de nuestra memoria. Pero la retención y la memoria son cruciales para el aprendizaje por observación: no podemos imitar algo que no sabemos hacer. Es posible que hayas prestado mucha atención a un programa de televisión en el que alguien prepara un tiramisú. Pero si no retienes cada paso del proceso, no podrás realizarlo.

Esta etapa es más fácil de superar si la persona observa el comportamiento varias veces. Cuanto más a menudo alguien vea un vídeo sobre cómo hacer tiramisú, es más probable que la información se almacene en su memoria.

Motor/Reproducción

Restringimos aún más el proceso cuando llegamos a la etapa motora (o de reproducción). El hecho de que observes a alguien realizar una conducta no significa que puedas imitarla.

Motivación

Aquí es donde los procesos cognitivos realmente tienen un impacto. Sólo porque alguien poder realizar una acción no significa que lo harán. Las personas incluso tienen la capacidad de «apagar» acciones involuntarias que tal vez no estén realizando conscientemente.

Los conductistas creían que ciertos estímulos darían lugar a una respuesta automática después del condicionamiento. Psicólogos como Bandura agregaron otro “aro” para que las personas pudieran saltar antes de realizar los comportamientos.

Volvamos al ejemplo del tiramisú. Sólo porque una persona sabe Cómo hacer un tiramisú no significa que ciertos estímulos hagan que entren automáticamente a la cocina. Pueden utilizar procesos cognitivos para planificar cuándo les gustaría preparar un tiramisú. Quizás se pregunten si quieren hacer el mismo tiramisú de siempre o probar un postre nuevo. El presupuesto, el tiempo y otras responsabilidades pueden entrar en juego antes de que decidan hacer un tiramisú.

Michael Tomasello

Las contribuciones de Michael Tomasello al aprendizaje observacional y a las teorías cognitivas mejoran significativamente nuestra comprensión de lo que diferencia a los humanos de otros animales.

Desde la década de 1980, Tomasello, un reconocido psicólogo comparativo, ha profundizado en los matices del aprendizaje observacional. Sus experimentos a menudo han involucrado a primates jóvenes, particularmente chimpancés y niños, observándolos mientras presenciaban a los adultos resolver tareas rudimentarias.

Un aspecto fascinante de su estudio fue presenciar cómo estos sujetos abordaban la resolución de problemas después de la observación. Mientras que los primates jóvenes se basaban predominantemente en un enfoque de prueba y error, intentando manipular herramientas basadas en su propia comprensión, los niños humanos mostraban un comportamiento distinto. Imitaron directamente las acciones que observaron, esencialmente replicando el uso de herramientas demostrado por los adultos. Este comportamiento parece subrayar la propensión humana al aprendizaje basado en la imitación, lo que sugiere un «¿por qué reinventar la rueda?». actitud.

Más allá del aprendizaje observacional, los estudios de Tomasello arrojan luz sobre las motivaciones y la dinámica de grupo. Una observación intrigante fue que, mientras que los chimpancés realizaban principalmente tareas alineadas con el beneficio personal, los niños pequeños humanos estaban predispuestos a los beneficios colectivos. Este comportamiento en los niños pequeños sugiere una tendencia humana innata hacia el altruismo y actuar por el bien del grupo, incluso desde una edad temprana.

Estos hallazgos resuenan profundamente con las teorías más amplias de Tomasello sobre la naturaleza cooperativa de la cognición humana. Postula que las capacidades cognitivas únicas de los humanos se derivan principalmente de nuestra historia evolutiva de colaboración, que es distinta de la de otros primates.

En esencia, si bien la investigación de Tomasello surgió del estudio del aprendizaje observacional, floreció hacia una exploración más profunda de la naturaleza cooperativa e imitativa de la cognición humana, que nos diferencia de nuestros parientes primates más cercanos.

Aprendizaje observacional en otros animales

Existen diferencias entre la forma en que los chimpancés y los humanos aprenden a través de la observación. Sin embargo, el aprendizaje observacional sí existe en los primates. y no primates. Estos estudios explican cómo los humanos observan, aprenden, imitan y se comportan.

Tomemos como ejemplo a los gatitos. En 1969, Phyllis Chesler realizó un estudio con gatitos. Los gatitos se dividieron en tres grupos. Un grupo observó a su madre realizar una tarea. El otro grupo observó a un gato diferente realizar una tarea. El grupo de control no observó a ningún gato realizar la tarea.

Después de la observación, los gatitos que observaban a un gato tenían más probabilidades de realizar esa tarea. Gatitos que observaron su madre eran los más propensos a realizar la tarea.

Esto, nuevamente, podría parecer de sentido común. Es más probable que imitemos a nuestros padres que a un extraño que encontramos en la calle. Investigaciones posteriores han demostrado que es más probable que imitemos a las personas que consideramos “exitosas” que a aquellas que no creemos que lo sean. Los resultados de este estudio ofrecen algunas explicaciones, pero también plantean más preguntas sobre qué comportamiento elegimos imitar. y por qué.

Sólo una pieza del rompecabezas

El aprendizaje por observación ha remodelado profundamente nuestra comprensión de la psicología humana, desafiando los principios conductistas y entrelazándose con muchos otros marcos psicológicos. Esta forma de aprendizaje está estrechamente ligada a los procesos cognitivos, lo que destaca el papel fundamental de la atención y la memoria a la hora de determinar cómo asimilamos nuevos comportamientos y conocimientos.

Además, sus principios se cruzan con la psicología social y las teorías del desarrollo de la personalidad. A través del aprendizaje observacional, entendemos cómo las normas sociales, las influencias de los pares y las interacciones con figuras clave dan forma colectivamente a nuestros comportamientos, actitudes e identidades.