Etapa Sensoriomotora –

Todos podemos estar de acuerdo en que los bebés no saben hacer muchas cosas. Pero crecen rápido. Si alguna vez ha cuidado a un bebé o a un niño de 1 año, verá lo rápido que se desarrollan y aprenden a gatear, caminar y asimilar el mundo que los rodea.

¿Qué es la etapa sensoriomotora?

Desde el nacimiento hasta los 2 años, los bebés se encuentran en la etapa sensoriomotora del desarrollo cognitivo. Esta etapa es la primera de cuatro etapas de la Teoría del Desarrollo Cognitivo de Jean Piaget. La etapa sensoriomotora tiene seis subetapas dentro de esta etapa.

¿Listo? Comencemos hablando de la permanencia del objeto.

Objeto permanente

Antes de analizar las seis subetapas de la etapa sensoriomotora, analicemos la permanencia del objeto. Si solo le quitas una cosa a este vídeo, debería ser el concepto de permanencia del objeto y la idea de que este se desarrolla durante esta etapa inicial del desarrollo cognitivo.

La permanencia del objeto es la idea de que los objetos existen, incluso cuando están fuera de la vista o del oído. Cuando los bebés lloran por sus padres, no se dan cuenta de que están en una habitación más allá. Una vez que los padres se pierden de vista, el bebé cree que se han ido para siempre. Durante el transcurso de la etapa sensoriomotora, comienzan a darse cuenta de que sus padres todavía existen, incluso si están fuera de la vista del bebé.

¡Es por eso que a los bebés les resulta tan divertido esconderse! Literalmente pueden pensar que has desaparecido cuando te cubres la cara con una manta o te escondes debajo de una mesa.

Las seis subetapas de la etapa sensoriomotora

  • Actos reflejos
  • Reacciones circulares primarias
  • Reacciones circulares secundarias
  • Coordinación de reacciones circulares secundarias.
  • Reacciones circulares terciarias
  • combinaciones mentales

Etapa 1: Actos reflejos

La permanencia del objeto es una de las partes más avanzadas del desarrollo cognitivo en esta etapa. Ahora, analicemos los conceptos básicos y comencemos con la primera subetapa durante la etapa sensoriomotora.

La primera subetapa se llama actos reflejos, que dura hasta que el bebé tiene alrededor de un mes. Pensamos en los reflejos como cosas que hacemos automáticamente. En la Teoría del Desarrollo Cognitivo, los reflejos se incluyen en esquemas o conceptos que nos ayudan a interactuar con el mundo.

Los primeros reflejos con los que nacen los bebés ayudan al bebé a amamantar. Estos esquemas son esenciales para la supervivencia del niño. Durante esta etapa, el niño aprende a desarrollar estos reflejos y a sobrevivir más fácilmente respirando, alimentándose y tragando.

Etapa 2: reacciones circulares primarias

Entre las edades de un mes y cuatro meses, el niño ingresa a una segunda subetapa de la etapa sensoriomotora. La mayor diferencia entre la primera y la segunda subetapa es que los movimientos se vuelven voluntarios. El niño comienza a conectar reflejos con sensaciones placenteras. Comienzan a repetir ese movimiento para sentir ese placer una vez más. Esta coordinación y conciencia les da más control sobre su cuerpo físico.

Sin embargo, estos movimientos y reflejos sólo provienen de movimientos que ellos han experimentado. Los bebés no predicen lo que les hará sentir bien ni experimentan con sus cuerpos. Simplemente reaccionan a una sensación placentera y repiten los reflejos que provocaron esa sensación placentera.

Las investigaciones sobre los bebés y sus cerebros muestran que la corteza cerebral (incluidas la corteza sensorial y motora) se desarrolla dramáticamente durante esta etapa de la vida.

Etapa 3: reacciones circulares secundarias

Desde los cuatro a los ocho meses de edad, el aprendizaje comienza a moverse fuera del cuerpo del bebé. En la etapa de reacción circular primaria, el bebé se concentra únicamente en las sensaciones dentro de su cuerpo (mano en la boca, manos juntas, etc.). Ahora, el bebé se concentra en otros objetos o cosas fuera de su cuerpo.

En esta etapa, el bebé puede encontrar más interés en juguetes, sonajeros, etc. Nuevamente, esta etapa de aprendizaje se trata de reaccionar a los reflejos. Aquí no hay nada planeado. El bebé puede golpear accidentalmente un sonajero en el suelo, disfrutar la sensación y luego repetirla para invocar la misma sensación placentera. No se predice nada.

Es entonces cuando comienza a desarrollarse el esquema de permanencia del objeto.

Etapa 4: Coordinación de reacciones circulares secundarias.

Los bebés comienzan su desarrollo cognitivo únicamente a través de reflejos accidentales que invocan ciertas sensaciones. En la etapa 4 de la etapa sensoriomotora, los bebés aprenden esquemas mediante la observación y combinando esquemas que ya han recopilado. Esta etapa dura desde aproximadamente los ocho meses hasta el primer cumpleaños del niño.

En este punto, es posible que empieces a ver a los bebés repitiendo los objetos de sus padres. También podrían comenzar a moverse intencional y voluntariamente con un objetivo específico. Los bebés también empiezan a comprender las palabras en esta etapa.

Etapa 5: reacciones circulares terciarias (también conocidas como aprendizaje deliberado)

La experimentación se convierte en la piedra angular de sus interacciones diarias en esta etapa dinámica del desarrollo cognitivo del bebé. Entre los 12 y los 18 meses, los bebés comienzan a aventurarse más allá de los movimientos y acciones que han aprendido previamente. No sólo pueden perseguir intencionalmente un objetivo específico, sino que también muestran curiosidad al probar diferentes variaciones de movimientos para observar los resultados.

Esta fase recuerda bastante a la de un minicientífico trabajando. Imagina un bebé con un objetivo en mente, como buscar el cariño de su mamá. Dada su comprensión de la permanencia de los objetos, reconocen que mamá todavía existe incluso si está fuera de su vista. El bebé puede emplear diferentes estrategias para llamar su atención: puede llorar y monitorear si eso lo llama o emitir suaves arrullos, observando si ese suave sonido lo atrae a la habitación. La experimentación podría incluso llevarlos a arrojar juguetes cercanos o hacer sonar enérgicamente objetos para medir su reacción.

Uno de los desarrollos más profundos durante esta subetapa es el surgimiento de la adquisición del lenguaje. Si bien las acciones físicas y los sonidos habían sido su principal modo de comunicación, la llegada de la comunicación verbal representa un cambio monumental. Por esta época, muchos bebés articulan sus primeras palabras definitivas. Más que una simple repetición como loro, estas palabras iniciales resultan de darnos cuenta de que los sonidos hablados –o las palabras– tienen significados e implicaciones específicas. Dado que han comprendido que las palabras pueden conducir a consecuencias o reacciones particulares, es probable que repitan palabras que hayan obtenido respuestas positivas o que hayan cumplido su propósito en el pasado.

El surgimiento del lenguaje durante este período no se trata sólo de la expansión del vocabulario; es el comienzo de una forma de comunicación más compleja, que allana el camino para interacciones interpersonales más ricas y una comprensión más profunda del mundo. Prepara el escenario para que el niño exprese deseos, comparta sentimientos y haga preguntas, profundizando sus conexiones cognitivas y emocionales con quienes lo rodean.

Etapa 6: Combinaciones mentales (también conocidas como inicios del pensamiento simbólico)

Hemos llegado a la última subetapa de la etapa sensoriomotora. Desde los 18 meses hasta los dos años, el niño comienza a desarrollar y reconocer símbolos. Pueden conectar un perro de peluche con un perro real con el que han interactuado. En esta etapa, el bebé puede usar sus pensamientos, en lugar de solo acciones físicas, para comprender lo que sucede a su alrededor.

¿Qué viene después de la etapa sensoriomotora?

¡Uf! Esto es simplemente uno etapa de la Teoría del Desarrollo Cognitivo de Piaget. ​Después de esto, el niño pasará por otras tres etapas de desarrollo cognitivo:

Sentar las bases para el aprendizaje permanente

La etapa sensoriomotora, que abarca los dos primeros años de la vida de un niño, es un período transformador en el desarrollo cognitivo. Durante este tiempo, los niños pasan de ser seres impulsados ​​por reflejos a individuos capaces de realizar acciones intencionales, razonamiento básico y pensamiento simbólico. Su comprensión de la permanencia de los objetos prepara el escenario para tareas cognitivas más complejas, y sus interacciones en constante evolución con el mundo sientan las bases para el aprendizaje futuro.

Pero ¿por qué es tan vital la etapa sensoriomotora? Es la fase en la que el cerebro de un niño absorbe rápidamente información y construye las vías neuronales que guiarán su comprensión e interpretación del mundo en los años venideros. Esta etapa forma la base sobre la cual se construyen las siguientes etapas de desarrollo, como lo describió Piaget.

A medida que los niños avanzan desde la etapa sensoriomotora a la etapa preoperacional y posteriormente a través de las etapas operativas concretas y operativas formales, no sólo acumulan más conocimientos. Se basan en las estructuras cognitivas desarrolladas durante estos primeros años. La capacidad de participar en el pensamiento simbólico, comprender la causa y el efecto y darse cuenta de que los objetos y las personas continúan existiendo incluso cuando no se los observa directamente, es fundamental.

Para los padres y cuidadores, comprender la importancia de la etapa sensoriomotora ofrece una idea del intrincado proceso del desarrollo cognitivo. Subraya la importancia de nutrir, estimular y apoyar a los niños durante sus primeras experiencias, ya que estas interacciones iniciales con el mundo forman los pilares de todo crecimiento cognitivo futuro.

La etapa sensoriomotora no es simplemente una fase de lindas travesuras de bebé. Es el comienzo de un viaje, donde cada paso, desde agarrar un juguete hasta jugar al escondite, representa un salto en la comprensión, preparando el escenario para una vida de aprendizaje y descubrimiento.