Fijación funcional (Definición + Ejemplos) –

Si estás aquí, probablemente estés investigando la fijación funcional para ayudarte a resolver un problema o escribir un artículo. ¡No temas, ya que esta página tiene como objetivo brindarte todo lo que necesitas saber, incluidos algunos ejemplos de fijación funcional!

¿Qué es la fijación funcional?

La fijación funcional es un obstáculo mental que nos hace ver objetos que funcionan exclusivamente de forma tradicional. No podemos superar estas funciones fijas de objetos o herramientas. Esto frena nuestra creatividad y puede impedirnos ver todo el potencial de un objeto.

¿Por qué experimentamos fijación funcional?

La fijación funcional, al igual que otros sesgos y heurísticas, agiliza nuestros procesos cognitivos y nos ayuda a comprender rápidamente el mundo que nos rodea. Al aprender de conocimientos y experiencias previas, podemos afrontar situaciones de manera más eficiente. Por ejemplo, considere la taza de té que encuentra todas las mañanas. En lugar de reflexionar sobre sus posibles usos cada día, lo reconoces intuitivamente como un recipiente para tu té. Esta asociación inmediata, una especie de «atajo mental», garantiza que no pierdas preciosos minutos de la mañana deliberando sobre su función.

Estos atajos mentales, denominados heurísticas en psicología, son invaluables. Ahorran tiempo y esfuerzo al permitirnos saber cómo interactuar con objetos familiares al instante. Sin embargo, aquí reside un arma de doble filo. Si bien es indudable que es útil identificar una taza de té principalmente para beber té, quedar atrapado en esta perspectiva singular puede resultar limitante. Reconocer el propósito principal de un objeto es vital, pero la incapacidad de pensar más allá de ese contexto predefinido puede plantear claras desventajas.

Heurística y fijación funcional: vías cognitivas en la toma de decisiones

En psicología cognitiva, comprender cómo los humanos toman decisiones y resuelven problemas es fundamental para comprender la naturaleza compleja de la mente humana. La heurística y la fijación funcional son dos conceptos que ilustran los atajos y los posibles obstáculos que toman nuestras mentes en este proceso. Profundicemos en estos conceptos y exploremos su relación.

Heurística: atajos mentales para decisiones más rápidas

Las heurísticas son atajos mentales que nuestro cerebro utiliza para simplificar procesos complejos de toma de decisiones. En lugar de analizar todos los datos disponibles a la hora de decidir, el cerebro utiliza la heurística para llegar rápidamente a una solución basada en patrones y experiencias previas. Si bien estos atajos pueden ser increíblemente eficientes, a veces pueden generar errores o sesgos.

Por ejemplo, el disponibilidad heurística sugiere que las personas basan la probabilidad de un evento en la facilidad con la que pueden recordar eventos similares. Esto podría llevar a alguien a sobreestimar el riesgo de ataques de tiburones después de ver una noticia sobre uno, incluso si tales eventos son raros estadísticamente.

Fijación funcional: atrapado en patrones establecidos

Por otro lado, la fijación funcional es un sesgo cognitivo que limita nuestra capacidad de ver usos alternativos de objetos o métodos más allá de sus funciones tradicionales o conocidas. Es la tendencia a estar «fijos» en nuestra comprensión de cómo debería funcionar algo, basándose en gran medida en experiencias y conocimientos previos.

Por ejemplo, ver un periódico estrictamente como un medio para leer noticias podría impedir que alguien considere su uso como herramienta para limpiar ventanas, material de embalaje o incluso artesanía.

Comparando los dos

Si bien tanto la heurística como la fijación funcional se relacionan con atajos y sesgos cognitivos, se manifiestan de manera diferente:

  • Naturaleza del proceso: Las heurísticas son atajos generales para la toma de decisiones que pueden aplicarse a diversas situaciones y ayudarnos a navegar por el mundo de manera más eficiente. Por el contrario, la fijación funcional consiste en ver objetos o métodos en un alcance limitado en función de sus funciones familiares.
  • Resultado: La heurística a menudo puede conducir a resultados razonablemente precisos debido a que se basa en experiencias frecuentes. Sin embargo, también pueden dar lugar a sesgos y errores cognitivos. Mientras tanto, la fijación funcional generalmente conduce a capacidades limitadas para resolver problemas y restringe la creatividad.
  • Ventajas y desventajas: La heurística ayuda a acelerar la toma de decisiones en un mundo repleto de información. Son esenciales para el funcionamiento diario. Sin embargo, su dependencia de patrones pasados ​​a veces puede desorientarnos. Por otro lado, la fijación funcional se presenta principalmente como un obstáculo para el pensamiento innovador y la resolución creativa de problemas.

Interrelación en procesos cognitivos

A pesar de sus diferencias, la heurística y la fijación funcional a veces pueden cruzarse. Por ejemplo, se podría utilizar una heurística para decidir rápidamente cómo utilizar un objeto en función de su función más familiar, lo que conduciría a una fijación funcional. Por el contrario, la fijación funcional puede hacer que alguien opte por una forma heurística de resolución de problemas, confiando en patrones establecidos en lugar de buscar soluciones innovadoras.

Si bien tanto la heurística como la fijación funcional resaltan la propensión del cerebro a la simplificación y la eficiencia, también subrayan la importancia de la conciencia en nuestros procesos cognitivos. Podemos fomentar una toma de decisiones más reflexiva, creativa e informada al reconocer cuándo podríamos estar dependiendo demasiado de atajos mentales o quedarnos estancados en patrones establecidos.

Ejemplos de fijación funcional que nos frenan

Digamos que tienes un cuchillo de cocina desafilado que necesitas afilar. Sin embargo, no tienes un afilador de cuchillos. ¿Se te ocurriría utilizar el anillo sin vidriar alrededor del fondo de tu taza de té? Al fin y al cabo, tiene la misma superficie que una piedra de afilar. Idear este uso alternativo para una taza de té resolvería rápidamente su problema. De lo contrario, tendrías que buscar un afilador de cuchillos “real” y usar tu taza sólo para tomar té.

En el momento en que vemos un objeto, la corteza motora de nuestro cerebro se activa anticipando su uso de forma estándar. Eso significa que no debemos dudar en tomar una taza de té cuando nos apetezca tomarlo. Pero eso también significa que cuando buscas un afilador de cuchillos, es probable que te pongas vidrioso con esa taza de té porque no tomas un atajo mental desde las tazas de té hasta los afiladores de cuchillos. (Bueno, ¡ahora podrías hacerlo!)

Ser consciente de la fijación funcional es importante porque superarla podría ser la clave para resolver un problema.

Esquemas, conocimientos previos y fijaciones funcionales en psicología

En el vasto panorama de la psicología cognitiva, es primordial comprender cómo los humanos procesan la información y navegan en su mundo. Los esquemas y el conocimiento previo desempeñan papeles fundamentales en la configuración de nuestras percepciones y respuestas a diversas situaciones, y no se puede subestimar su influencia en sesgos cognitivos como la fijación funcional.

Esquemas: modelo de nuestro entendimiento

Un esquema es un marco o estructura mental que organiza e interpreta la información en nuestro cerebro. Es como un modelo para categorizar y comprender el mundo que nos rodea. Los esquemas se crean a partir de experiencias acumuladas, antecedentes culturales y conocimientos aprendidos. Por ejemplo, tenemos esquemas sobre lo que constituye un «pájaro» típico o cómo funciona un «restaurante» habitual. Cuando encontramos información o experiencias que encajan en nuestros esquemas existentes, los refuerza. Por el contrario, cuando encontramos anomalías, ajustamos nuestro esquema (acomodación) o intentamos encajar esta nueva información en nuestros esquemas existentes (asimilación), como postula Jean Piaget, un reconocido psicólogo del desarrollo.

El papel del conocimiento previo

Nuestras experiencias pasadas moldean significativamente nuestras acciones presentes y futuras. El conocimiento previo sirve como base sobre la cual construimos nuevos conocimientos. Cuando nos enfrentamos a una situación, nuestro cerebro recurre rápidamente al depósito de experiencias previas para encontrar una respuesta o solución adecuada. Este conocimiento previo es una guía que nos ayuda a navegar situaciones familiares de manera rápida y eficiente.

Vinculación con la fijación funcional

Sin embargo, la dependencia de esquemas y conocimientos previos a veces puede limitar nuestra flexibilidad cognitiva, lo que lleva a una fijación funcional. Cuando estamos demasiado arraigados en nuestra comprensión preexistente de la función de un objeto, podemos volvernos «fijos» en nuestro enfoque, obstaculizando nuestra capacidad de ver usos o soluciones alternativas. Nuestro cerebro no sigue el camino trillado de experiencias pasadas y esquemas establecidos. Aquí es donde entra en juego la fijación funcional. Por ejemplo, si nuestro esquema de «libro» es estrictamente un objeto de lectura, podríamos pasar por alto su uso potencial como tope de puerta o soporte improvisado para monitor.

La fijación funcional, en muchos sentidos, es un subproducto de la dependencia de esquemas y conocimientos previos. Si bien estas estructuras cognitivas nos ayudan a procesar la información de manera eficiente, a veces pueden actuar como anteojeras, estrechando nuestro campo de visión y restringiendo la resolución creativa de problemas.

En el contexto más amplio de la psicología cognitiva

En psicología, los esquemas, el conocimiento previo y la fijación funcional están entrelazados. Todos ellos son parte de estructuras y procesos cognitivos más amplios que dictan cómo percibimos, pensamos y actuamos. Reconocer su interconexión puede ayudarnos a comprender por qué a veces nos quedamos estancados en determinados patrones de pensamiento y cómo podemos liberarnos para fomentar la innovación y la creatividad. Al desafiar nuestros esquemas establecidos y estar abiertos a nuevas experiencias, podemos mitigar los efectos de la fijación funcional y abrir las puertas a una forma de pensar más flexible y adaptativa.

Ejemplos de superación de la fijación funcional en la vida cotidiana

Podrías identificar estos ejemplos como «trucos de vida», pero todos son formas de superar la fijación funcional y ver los usos de los objetos cotidianos bajo nuevas luces.

  • ¿Quieres mantener tu puerta abierta? ¡Ata una banda elástica alrededor!
  • ¿Necesitas apuntalar tu teléfono? Utilice gafas de sol al revés.
  • Coloque un flotador de piscina debajo de la sábana ajustable de su hijo para evitar que se caiga de la cama.
  • ¿Le preocupa que la palanca de cambios se caliente demasiado en su automóvil? ¡Ponle un koozie encima!
  • ¿Necesita un orador de última hora? Los vasos (de plástico y vidrio) y los rollos de papel higiénico son excelentes alternativas.
  • ¿Te estás preparando para servir condimentos en una fiesta pero no quieres desperdiciar platos? ¡Coloca tus condimentos o salsas en un molde para cupcakes!
  • Utilice un zapatero para colgar los artículos de limpieza.
  • ¡Las pinzas para la ropa son una excelente manera de sujetar los clavos antes de comenzar a martillar!
  • ¿Se te cayó la chancla porque el agujero es demasiado grande? Utilice una pinza para pan para mantener la correa en su lugar. (Las pinzas para pan también son una excelente manera de organizar y separar cables).
  • ¿Buscas cosas pequeñas dentro de tu alfombra? ¡Enrolla unas pantimedias o spandex sobre tu aspiradora para atraerlos sin succionarlos!
  • ¡Utilice el calentador de asiento para mantener la comida caliente después de recogerla en un restaurante!
  • Las planchas para el cabello son excelentes planchas para el cuello en caso de apuro.
  • ¿No tienes exprimidor? ¡Usa pinzas para sacar todo de los limones o limas!

¿Ves cuánto te podrías haber estado perdiendo? Si todos estos trucos están a nuestro alcance, ¿qué otros usos podría considerar para los artículos cotidianos?

¿Quién descubrió la fijación funcional?

El término “fijación funcional” fue acuñado en 1935 por El terapeuta Gestalt alemán Karl Duncker quien contribuyó a la psicología con su extenso trabajo sobre la comprensión de la cognición y la resolución de problemas.

Experimento de la vela de Duncker

Duncker llevó a cabo un famoso experimento de sesgo cognitivo que midió la influencia de la fijación funcional en nuestras habilidades para resolver problemas.

Entregó a los participantes una caja de chinchetas, una vela y cerillas. Luego les pidió que encontraran una manera de fijar la vela encendida a una pared para que la cera no goteara al suelo. La solución consistió en quitar las tachuelas de la caja, clavar la caja a la pared y colocar…