21 maneras en que reacciona un narcisista cuando pierde el control –

Un narcisista que pierde el control puede reaccionar con ira, manipulación y negación, luchando por recuperar el poder que siente que se le escapa.

Estas reacciones tienen sus raíces en los rasgos fundamentales de su personalidad y en una necesidad abrumadora de controlar situaciones y personas. El narcisismo no se trata sólo de vanidad o ensimismamiento; es un trastorno de personalidad complejo caracterizado por la grandiosidad, la falta de empatía por los demás y una necesidad desesperada de admiración.

El control es un elemento crucial del mundo del narcisista. Es su herramienta para mantener su autoimagen inflada y enmascarar sus inseguridades profundamente arraigadas. Cuando sienten que tienen el control, los narcisistas están en su zona de confort, pueden manipular situaciones para alimentar su ego y mantener la ilusión de su superioridad.

Tienen miedo de perder el control

La psicología de los narcisistas es compleja y está marcada por un anhelo constante de control y un profundo miedo a perderlo. Esta necesidad de dominio no se trata sólo de hacer las cosas a su manera; es un mecanismo de supervivencia para proteger su frágil autoestima. Cualquier amenaza a este control puede desencadenar ansiedad y miedo intensos, lo que lleva a conductas agresivas o manipuladoras para recuperar el poder percibido.

El miedo a perder el control está profundamente arraigado en la psique del narcisista. Ven el mundo como binario: ganadores y perdedores, poderosos y débiles, adorados o despreciados.

Para ellos, renunciar al control equivale a perder su sentido de superioridad y hundirse en el incómodo territorio de ser «ordinarios» o «insignificantes», algo que buscan evitar desesperadamente.

Su reacción inicial suele ser de shock.

Cuando el control de un narcisista se ve amenazado, su reacción inicial suele ser de conmoción, seguida de una oleada de ira y negación. Pueden arremeter, culpar a otros o intentar manipular la situación para restaurar el status quo. Por ejemplo, si el cónyuge de un narcisista se enfrenta a su comportamiento abusivo, el narcisista puede reaccionar con indignación, acusar al cónyuge de ser ingrato o egoísta y negar haber actuado mal.

Abundan los ejemplos de la vida real de estas reacciones. Tomemos, por ejemplo, un jefe narcisista que se enfrenta a su trato injusto hacia los empleados.

Podría negar las acusaciones, echarle la culpa a los empleados por ser demasiado sensibles e incluso amenazar la seguridad laboral, todo en un intento por recuperar el control.

Sus estrategias para recuperar el control

Cuando los narcisistas sienten que se les escapa el control, recurren a diversos mecanismos de afrontamiento para recuperarlo. Un método común es el gaslighting, una forma de manipulación psicológica en la que hacen que las personas cuestionen su cordura. Al sembrar semillas de duda, pueden recuperar el dominio y el control. Un buen ejemplo: Emily se ve obligada a cuestionar su realidad porque su pareja cuestiona la experiencia de los acontecimientos que ocurrieron.

Otro mecanismo de defensa es la devaluación y el descarte. Cuando su control se ve amenazado, los narcisistas a menudo degradan a la persona que los desafía, menosprecian sus opiniones y socavan su autoestima.

Una vez que la persona está lo suficientemente devaluada y su confianza en sí misma está destrozada, el narcisista puede descartarla (ya sea emocional o físicamente) para ejercer el control.

Efectos a largo plazo de ser segundo

Si a un narcisista se le niega continuamente el control, puede sufrir un proceso llamado lesión narcisista, donde su autoestima y su valor personal se dañan significativamente. Esto puede conducir a una ira narcisista, una ira intensa dirigida a la persona que perciben como la causa del daño.

Con el tiempo, esta lucha constante por el control puede conducir a la autodestrucción. El narcisista puede aislarse de los demás, caer en depresión o adoptar conductas de riesgo. Por ejemplo, un narcisista al que se le niega un ascenso puede renunciar a su trabajo enojado, perdiendo así su fuente de ingresos y dañando su carrera.

Lidiar con un narcisista

Interactuar con un narcisista que se siente fuera de control puede resultar emocionalmente agotador. Es fundamental mantener la salud emocional y establecer límites. Es posible que necesites distanciarte emocionalmente del narcisista, permitiéndote desconectarte cuando se vuelva agresivo o manipulador. Es importante recordar que no puedes controlar su comportamiento, pero puedes controlar tus reacciones ante él.

Establecer límites con un narcisista puede ser un desafío pero necesario. Determine qué comportamientos no tolerará y aplique consecuencias cuando se violen los límites. Por ejemplo, si un amigo narcisista constantemente menosprecia tus logros, podrías optar por limitar tus interacciones o, en casos extremos, terminar la relación.

21 maneras en que reaccionará un narcisista si está fuera de control

Las personalidades narcisistas prosperan gracias al control y la dominación. Cuando este control se les escapa, sus reacciones pueden variar desde una manipulación sutil hasta una ira absoluta. Aquí hay 21 formas en que un narcisista puede actuar cuando no tiene el control:

  1. Mostrar arrebatos de ira: Podrían enojarse desproporcionadamente cuando su control se ve amenazado.
  2. Participar en el gaslighting: Podrían manipularte para que dudes de tus percepciones y así recuperar el control.
  3. Utilice el chantaje emocional: Podrían utilizar la culpa o el miedo para manipular la situación.
  4. Negar responsabilidad: Pueden negarse a aceptar su participación en cualquier problema o conflicto.
  5. Criticar a los demás: Podrían menospreciar a otros para reafirmar su dominio.
  6. Retener el afecto o la atención: Pueden negarle amor o atención como castigo.
  7. Mostrar celos: Pueden mostrar celos o resentimiento cuando los demás reciben atención.
  8. Difundir rumores: Podrían difundir información falsa o chismes para desacreditar a otros.
  9. Participar en un comportamiento de acecho: Pueden intentar controlar a los demás mediante comportamientos intrusivos.
  10. Mostrar un comportamiento pasivo-agresivo: Podrían utilizar formas indirectas para expresar su enfado o descontento.
  11. Intimidar a otros: Podrían utilizar amenazas o comportamientos agresivos para recuperar el control.
  12. Mostrar superioridad: Podrían afirmar constantemente su superioridad o menospreciar los logros de los demás.
  13. Mentir o exagerar: Pueden mentir sobre sus propios logros o exagerar situaciones para recuperar el control.
  14. Aislar a los demás: Podrían aislar a sus «objetivos» de amigos o familiares para mantener el control.
  15. Utilice un tratamiento silencioso: Podrían utilizar el silencio como forma de castigo cuando se sientan fuera de control.
  16. Juega a la víctima: Podrían presentarse como víctimas para ganar simpatía y control.
  17. Exija atención constante: Podrían exigir ser el centro de atención para reafirmar su importancia.
  18. Manipular las emociones: Pueden manipular las emociones de los demás para conseguir lo que quieren.
  19. Mostrar impaciencia o inquietud: Pueden mostrar signos de ansiedad o inquietud cuando no pueden controlar una situación.
  20. Participar en la proyección: Podrían proyectar sus comportamientos negativos en los demás.
  21. Mostrar inflexibilidad: Podrían negarse a ceder o considerar los puntos de vista de los demás.

Ejemplos de manipulación narcisista

Consideremos a John, un ejecutivo de alto rango de una empresa de renombre. Cuando su propuesta fue rechazada en una reunión de la junta directiva a favor de un compañero de trabajo, perdió los estribos. Incapaz de aceptar que sus ideas no fueran consideradas las mejores, salió furioso de la reunión, gritando sobre la incompetencia del resto del equipo. Más tarde, reprendió a cada miembro del equipo individualmente, criticando sus ideas y socavando su confianza.

Lisa, una madre con tendencias narcisistas, siempre había dominado la vida de sus hijos. Cuando su hija adulta decidió mudarse, Lisa reaccionó haciéndola sentir culpable y diciendo cosas como: «Después de todo lo que he hecho por ti, ¿así es como me lo pagas?». Se presentó como víctima de la decisión «egoísta» de su hija, haciéndola sentir culpable por querer independencia.

Richard era un novio encantador pero muy posesivo. Cuando su novia, Sarah, lo confrontó por su comportamiento autoritario, él le dio la vuelta. Él la acusó de ser paranoica y demasiado sensible, lo que hizo que Sarah cuestionara sus percepciones. También inventó historias sobre cómo sus antiguos socios apreciaban su «protección», lo que provocó más dudas en la mente de Sarah.

Emily era una persona narcisista que controlaba a sus amigos manipulando su deseo de obtener su aprobación. Cuando una de sus amigas, Laura, comenzó a salir con un grupo diferente, Emily sintió que se le escapaba el control. Ella respondió ignorando a Laura, excluyéndola de las actividades grupales y manteniendo su calidez y amabilidad habituales. El trato silencioso continuó hasta que Laura se disculpó y prometió pasar más tiempo con el grupo de Emily.

Tom era un narcisista que prosperaba siendo el mejor en su círculo social. Tom se sintió amenazado cuando su amigo Ben compró un auto nuevo y caro. En lugar de alegrarse por Ben, menospreció la elección de Ben, afirmando que sólo las personas superficiales hacían alarde de riqueza. Luego se jactó de sus propias inversiones financieras, enfatizando su superioridad sobre las compras materialistas.

Michelle, una persona con rasgos narcisistas, se sintió amenazada cuando su novio, Alex, empezó a trabajar. Temerosa de perder el control, empezó a presentarse en su lugar de trabajo con el pretexto de ofrecer almuerzos sorpresa. También exigió actualizaciones constantes a lo largo del día, insistiendo en que Alex la estaba descuidando al no mantenerla informada.

Rachel, una narcisista, se sintió fuera de control cuando su jefe elogió a su colega Susan. Para recuperar el control, Rachel comenzó a difundir rumores sobre Susan, acusándola de coquetear con el jefe. Irónicamente, Rachel solía utilizar los halagos y el encanto para manipular a los demás. Al proyectar sus tácticas sobre Susan, Rachel desvió la atención de sí misma y socavó la reputación de Susan.