Cómo hacer tu propio jardín de cristal zen

No necesitas mucho espacio para crear un ambiente zen, todo lo que necesitas es una pequeña pizca de espacio, una imaginación soñadora y un puñado de arena o tierra. Crear un jardín zen para su escritorio, el alféizar de la ventana o cualquier espacio que necesite el aliento de la naturaleza y el equilibrio puede ser una manera increíble de brindar un dulce suspiro y una sensación de calma en el caos del mundo.

Tener un jardín de cristal zen crea un punto focal glorioso para la meditación y mantiene la atención plena al frente de sus patrones de pensamiento durante todo el día. Estos pequeños jardines pueden ser especialmente gratificantes cuando se colocan en algún lugar donde trabaja (como su oficina) o en áreas que asocia con el ajetreo y el estrés. Tomarse cinco minutos al día para cuidar su jardín, enviar intenciones y asegurarse de que sus cristales obtengan la energía que necesitan también es una excelente manera de brindar tranquilidad y espacio mental a su práctica.

Hay un gran significado detrás de la ubicación de los jardines zen de estilo japonés. Estos jardines se llaman tradicionalmente Karesansui, y en lugar de las características del agua tintineante y las flores florecientes, hay patrones de arena para capturar el flujo de agua y rocas para representar montañas. Independientemente de cómo elija diseñar su jardín, asegúrese de mantener el espíritu de tranquilidad sobre el desorden.

Ya sea que elija una caja de madera, una bandeja pequeña, un vaso de fondo redondeado o incluso un recipiente Tupperware si tiene pocos suministros, elija un recipiente que tenga una buena cantidad de espacio plano. Un contenedor de madera siempre es una buena opción, ya que se suma a la sensación natural de su jardín, pero el vidrio también puede brindar una sensación de elegancia. También puede usar un marco de cuadro o una mini lata.

Las tiendas de manualidades y los espacios en línea venderán bolsas de arena de colores, lo que le permitirá elegir tonos yin y yang de blanco y negro, o incluso rosas perlados si este tono tiende a calmar su estado de ánimo. Si no puede conseguir arena en este momento, puede usar un puñado de tierra en el jardín, pero pásela una y otra vez con un mini rastrillo (o tenedor) para que se vuelva suave y polvorienta y fácil de crear patrones.

Una suculenta pequeña para representar un árbol en flor, una piedra lisa para representar una montaña y uno o dos cristales para representar la energía curativa del mundo espiritual que se extiende desde el cielo hasta el mar e incluso el espacio mismo, estas pequeñas características traen luz y vida a su jardín. Si está junto al mar, incluso puede elegir una concha o dos: lo que elija, intente seleccionar rocas, cristales y características que reflejen sus preferencias en el mundo natural y que capturen su personalidad.

Aumente el poder curativo y el ritual raro de su jardín agregando cristales cuidadosamente seleccionados. La amatista traerá una ráfaga de poder espiritual, el cuarzo rosa se presta bien a la suavidad y al dulce amor, el citrino baña el jardín con su alegre luz solar y la turmalina negra captura y absorbe toda esa energía negativa. Estudie su elección de cristales y seleccione los que se conectan a los chakras con los que siente que necesita un poco de ayuda adicional.

Tómese unos minutos al día para conectarse con su jardín; ya sea rastrillando la arena para crear patrones cambiantes o limpiando sus cristales. Esta conexión consciente puede ser pura magia para el alma y te ayuda a estar en sintonía con el mundo que se encuentra fuera de tu ventana.

¿Harás un mini jardín de cristal Zen? Comparte tu opinión en los comentarios.