La piedra del atardecer se pone en las orillas del cambio, trayendo pequeñas ondas de calidez y nuevas ideas de gloria. El ágata de Botswana proviene de las luces suaves, las aguas tranquilas y los paisajes de cielo amplio de África. Las ondas de rosa suave, gris cachemira y marrones terrosos comunican el cálido confort que hace que esta piedra sea la favorita de aquellos que prefieren cristales con bajas vibraciones.
Una de las mejores cosas del ágata de Botswana es el hecho de que bebe la luz del sol y la retiene, lo que la convierte en una piedra conocida por su sublime capacidad curativa y el don de aligerar la carga de quienes sufren una pérdida reciente o un gran dolor. El brazalete energético de ágata de Botswana también es un hermoso compañero para aquellos que buscan calidez y comodidad en las largas noches oscuras. Un calmante para el insomnio, esta piedra te invita a sumergirte en una dicha relajante e incluso deja espacio para sueños suaves.
Esta es una piedra sinónimo de estabilidad y puede ser especialmente útil cuando te sientes estancado. En lugar de cambiar una carga de energía, el suave espíritu nutritivo de Botswana Agate lo ayuda a encontrar un propósito y poder. Botswana Agate es una combustión lenta, es el fuego parpadeante de la compostura y la madurez y lleva a todo el ser a un estado de equilibrio.