15 trucos sencillos para hacer que el día a día sea más divertido

El juego es crucial para los niños pequeños. Les ayuda a aprender cómo trabajar su cerebro y mover su cuerpo, amplía sus habilidades sociales, promueve la resolución de problemas y la capacidad de concentrarse y, lo mejor de todo, les ayuda a sentirse felices consigo mismos.

Ahora estamos viendo lo que sucede cuando los niños no tienen tiempo para jugar. En las escuelas donde se acortan los recreos y se hace hincapié en permanecer sentados durante largos periodos, los niños empiezan a tener problemas. Se inquietan, no prestan atención, tienen mal control postural y se caen de la silla, aumentan las ansiedades y se deterioran las habilidades sociales. Cuando no están en la escuela, muchos están sentados frente a pantallas y, en algunas comunidades, puede que no sea seguro jugar afuera.

Lo que estoy defendiendo es radical a la antigua usanza y puede encajar perfectamente en el hogar. Jugar a estos juegos te traerá recuerdos de tiempos pasados, pero siguen siendo igual de válidos, útiles y divertidos. Por ejemplo, una forma maravillosamente sencilla de ayudar a los niños a aprender a mantener el equilibrio es hacerlos rebotar en su regazo, una actividad que resulta natural para la mayoría de los padres con niños pequeños. Decorar galletas tiene una dulce recompensa, pero también es una manera fabulosa para que su hijo practique el control de la motricidad fina. Las carreras cronometradas enseñan coordinación y concentración, la búsqueda de huevos trabaja la atención y la visión, etc.



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Las actividades que animan o calman a su hijo no sólo son efectivas en el momento: en realidad ayudan a reestructurar el sistema nervioso con el tiempo. Con el tiempo, estos niños podrán tolerar mejor sensaciones y situaciones desafiantes, regular el estado de alerta, aumentar la capacidad de atención y limitar las conductas de búsqueda y evitación sensorial. Así como usted puede garabatear en un cuaderno para mantenerse despierto en las reuniones o dar una larga caminata para relajarse, los niños también necesitan participar en actividades de estabilización y concentración.

¿No tienen los padres suficiente que hacer?
Los padres de hoy en día a menudo tienen trabajos externos que consumen su tiempo: las casas todavía necesitan limpieza y la colada por lavar. Y, sin embargo, también quieren conectarse con su hijo y tener la alegría y la satisfacción que la cercanía puede brindarles.

¿Qué hacer? Haz lo que te haga sentir feliz. Quizás lo tuyo sea la lectura. Léale a su hijo, incluso si eso significa modificar su preferencia habitual de leer todo el texto. Señale las imágenes, pídales que adivinen lo que sigue o que digan la última oración o palabra de la frase.

¿Te gusta explorar las rocas durante la marea baja? ¿Te gusta montar carreras de obstáculos? ¿Te gusta cocinar? Lleve a su hijo a la aventura, pídale que le ayude a preparar el curso o déle trabajos en la cocina (incluso si resulta complicado).

O simplemente puedes hacer que cualquier día sea un poco más divertido. Aquí hay algunos trucos para fomentar la alegría:

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Ideas de juego sensorial

  1. Hazlo un desafío
    «¿Puedes saltar por encima de ambas latas?» o «¡Apuesto a que no podrás dar en el blanco!».
  2. Dales nombres positivos
    “Está bien, ‘Sr. Sharp Eyes’, ¿puedes encontrar a Waldo? o «Oye, ‘Jumping Bug’, ¿puedes saltar desde aquí hasta allí?» o “Oh, ‘Sra. Music Expert’, ¿cómo se llama esta canción que estoy tarareando?
  3. Dar vida a las cosas inanimadas
    «Señor. Toaster está haciendo una tostada especial solo para ti” o “¿Puedes saltar sobre la Sra. Cushion?”
  4. Tener días de “Disney”
    Tenga conversaciones con animales, insectos, plantas, mascotas. Agradezca a los árboles por la sombra, a los tazones por contener el cereal, etc.
  5. Añade habilidades de pensamiento
    “Te di cuatro galletas y te comiste una. ¿Cuántas te quedan?”
  6. Actúa exasperado o diles qué no hacer.
    “¿Qué, te comiste uno? ¡Te voy a dar uno más, pero no te lo comas! o “¡Hagas lo que hagas, no saltes sobre mi sombra!”
  7. Agregue el elemento del tiempo con un cronómetro o segundero
    “¿Puedes correr alrededor del árbol y regresar aquí en 12 segundos? ¡Guau! Ahora, ¿puedes hacerlo en 8 segundos?
  8. Tener “día opuesto” cualquier día
    «¡Estamos comiendo nuestras galletas decoradas antes de la cena porque es el día opuesto!» o «¡Tienes que recorrer la carrera de obstáculos hacia atrás porque es el día opuesto!».
  9. Haz una “voz en off”
    Finge ser un locutor y describe lo que hace mientras lo hace. Si están saltando en un trampolín, anunciar sus “hazañas” los inspirará a inventar algunas.
  10. Usa movimiento y canción.
    Siempre que sea posible, agrega movimiento y canción a tu actividad. Cante una canción mientras ordena o haga un baile tonto lavando los platos.
  11. Turnarse
    Es divertido si tu hijo sabe que es su turno y tienes que hacer lo que te dice. ¡Que sean ellos los líderes!
  12. Trae la naturaleza
    Realizar actividades de movimiento al aire libre añade naturalmente más sensaciones. Los olores, la sensación del aire y la sensación de espacio aumentan la alegría.
  13. agregar agua
    Estar sostenido por el agua en una piscina o en el océano ya es una sensación maravillosa y es perfecta para el niño resistente al tacto y al movimiento. Es más fácil moverse y tocar en un ambiente fluido.
  14. incluir otros
    Si puede, traiga a otro niño para que haga la demostración. Ver a un adulto hacer cosas puede ser un momento de “y qué”, pero ver a otro niño hacerlo. . . Eso está bien.
  15. hacer las cosas de una nueva manera
    ¿Tienes que caminar hasta el coche o hasta tu casa desde la tienda? Caminen como si fueran gigantes dando grandes pasos o como un bebé con paso pequeñito o un canguro que salta hasta llegar a casa.

Cuando haces que cualquier actividad sea más lúdica, respetas su necesidad de ser niños y, al mismo tiempo, creas recuerdos maravillosos que tal vez, algún día, transmitan a sus propios hijos.

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Este artículo apareció en Número 52 – Celebrando las voces del autismo

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