Cómo ayudar a su hijo con autismo a conciliar el sueño

Con el comienzo de otro año escolar a la vuelta de la esquina, no hay mejor momento para buscar formas de optimizar el sueño de su hijo. Dormir es esencial para una buena salud y la falta de sueño puede provocar comportamientos problemáticos, incapacidad para concentrarse, fatiga y bajo rendimiento académico.

Los problemas de sueño en niños y adolescentes con trastorno del espectro autista (TEA) son comunes y afectan entre el 40 y el 80 por ciento. En muchos casos, los problemas con la hormona del sueño melatonina pueden influir. Los factores del estilo de vida, como el uso de medicamentos, el estrés y una mala rutina a la hora de acostarse, también pueden contribuir.

Descarga tu guía GRATIS en

Ayude a su niño con TEA a dormir mejor ahora

Otra posible causa de dificultad para dormir es la dieta de su hijo. Ciertos alimentos aumentarán el tiempo necesario para conciliar el sueño y algunos incluso pueden despertar a su hijo por la noche. Aquí hay algunos alimentos con los que debes tener cuidado:

Gluten, caseína y otros alimentos reactivos.

El gluten se encuentra en la cebada, el trigo y el centeno; La caseína se encuentra en la leche y algunos productos lácteos. Si el gluten y/o la caseína hacen que su hijo experimente una reacción, como un cambio de comportamiento o malestar digestivo, existe la posibilidad de que estos alimentos estén afectando el sueño de su hijo.

Un estudio publicado en Investigación BioMed Internacional descubrió que el sistema inmunológico de un subgrupo de niños con TEA se activa con el gluten y la caseína. Una reacción inmune desencadenará la liberación de sustancias químicas que promueven la inflamación e interrumpen el sueño. Esta situación no se limita sólo al gluten y la caseína. Cualquier alimento puede activar el sistema inmunológico; sin embargo, los culpables más comunes incluyen la soja, el maíz y el huevo.

Bebidas con cafeína

Muchos jóvenes dependen de bebidas con alto contenido de cafeína para pasar el día. Desafortunadamente, estas bebidas pueden causar estragos en el sueño. Los adolescentes obtienen la mayor parte de su cafeína de las bebidas energéticas, los refrescos y, en menor medida, del café. Beber té negro y verde también es cada vez más común en este grupo de edad.

La cafeína en estas bebidas actúa bloqueando el efecto de la adenosina, una sustancia química del cerebro que promueve el sueño. La sensibilidad a la cafeína varía, sin embargo, muchos jóvenes pueden sentir los efectos hasta por 12 horas. El café y el té también contienen pequeñas cantidades de teofilina y teobromina, sustancias químicas que promueven el estado de alerta.

Los refrescos y las bebidas energéticas tienen un alto contenido de azúcar. Además, muchas bebidas energéticas contienen otros posibles estimulantes de la energía, como taurina, vitamina B, ginseng y guaraná. Según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa, al menos un tercio de los adolescentes de entre 12 y 17 años beben regularmente bebidas energéticas.

Chocolate

El chocolate, especialmente el chocolate negro, es rico en cafeína, teofilina y teobromina. También contiene fenetilamina, que es una sustancia química que estimula la liberación de la hormona del estrés norepinefrina y la sustancia química cerebral dopamina, que promueve el comportamiento de búsqueda de recompensa.

papas fritas

Los alimentos grasos tardan un poco en digerirse y comerlos tarde en la noche puede provocar molestias a la hora de acostarse y pérdida de sueño. Lo que hace que las papas fritas se destaquen es que cuando los niños las comen, rara vez comen una pequeña ración. Una ración grande de patatas fritas contiene mucha sal. Las investigaciones han demostrado que el consumo elevado de sal puede provocar dificultades para permanecer dormido. Además, algunas patatas fritas contienen un conservante llamado butilhidroquinona terciaria (TBHQ), que puede favorecer la hiperactividad y la falta de sueño.

embutidos

Estas carnes procesadas contienen sustancias químicas que pueden dificultar el sueño reparador. Tienen un alto contenido en sal e histamina, lo que nos despierta. También son ricos en tiramina, que promueve la liberación de epinefrina y norepinefrina que promueven el estado de alerta. Los embutidos también contienen nitritos que pueden alterar el sueño en personas susceptibles.



No te pierdas nuestra oferta especial.
Haga clic aquí para saber más


Dulces y otras delicias azucaradas

Comer alimentos con alto contenido de azúcar aumentará el nivel de energía de su hijo por un corto tiempo. Luego, su nivel de azúcar en la sangre bajará y sentirán sueño. Esta parece una forma segura de hacer que su hijo duerma, ¿verdad? Bueno no exactamente. Una vez que el nivel de azúcar en la sangre de su hijo baja, su cuerpo libera cortisol y epinefrina, las hormonas que elevan el azúcar, en un intento de devolver el nivel a la normalidad.

Desafortunadamente, estas hormonas pueden mantener a su hijo completamente despierto. Los alimentos azucarados también alteran la liberación de melatonina. Los edulcorantes artificiales, que a veces se utilizan en lugar del azúcar, no son mejores. Se han relacionado con hiperactividad, irritabilidad y pérdida de sueño.

Hacer que su hijo duerma

Animar a su hijo a comer alimentos ricos en nutrientes beneficiosos para el sueño es una excelente manera de mejorar su sueño. Las semillas de calabaza son una excelente opción ya que son ricas en triptófano, un aminoácido que el cuerpo utiliza para producir melatonina. También tienen un alto contenido de magnesio, un nutriente calmante cuyos niveles bajos están relacionados con la ansiedad y la falta de sueño.

El kiwi, que tiene un alto contenido de vitamina C que mejora el sueño, es rico en serotonina que el cuerpo convierte en melatonina. El jugo de cereza agrio es otra excelente opción para promover el sueño. De hecho, contiene melatonina y también bloquea una enzima que descompone el triptófano.

Evitar los aditivos alimentarios químicos es otra forma de ayudar a su hijo a dormir. Los potenciadores del sabor derivados del glutamato, el más popular es el glutamato monosódico (MSG), se encuentran en muchos alimentos procesados ​​y pueden afectar negativamente el comportamiento de su hijo y causar inquietud. Los colorantes artificiales, que se encuentran en muchas bebidas, dulces y bocadillos, pueden provocar hiperactividad, falta de atención y falta de sueño.

Hacer que su hijo beba un té de hierbas calmante puede ayudarlo a relajarse antes de acostarse. Algunos buenos para probar son la manzanilla, la paja de avena y el bálsamo de limón. Los niños pueden ser bastante sensibles a las hierbas y responder rápidamente, por lo que es mejor comenzar con una pequeña cantidad. Los niños de tres a siete años pueden beber media taza antes de acostarse. Los niños mayores pueden beber una taza entera. Recuerde consultar con el médico de su hijo antes de darle cualquier hierba nueva. Si su hijo tiene una reacción al té, suspenda el tratamiento inmediatamente y evite la manzanilla si es alérgico a la ambrosía.

Tomar suplementos de melatonina es otra forma de ayudar a los niños a conseguir el sueño que necesitan. De hecho, existe evidencia que sugiere que muchas personas con TEA se benefician del uso de melatonina. Si le da melatonina a su hijo, asegúrese de seguir las recomendaciones de dosificación del médico.

Además, es importante tener en cuenta que la melatonina funciona de manera un poco diferente a otros medicamentos para dormir. En nuestro cuerpo, los niveles de melatonina comienzan a aumentar cuando oscurece por la noche. Por lo tanto, si parece que los suplementos de melatonina no funcionan, intente dárselos a su hijo más temprano en la noche en lugar de a la hora de acostarse.

Descarga tu guía GRATIS en

Ayude a su niño con TEA a dormir mejor ahora

También puede ayudar a su hijo a implementar conductas y rutinas que promuevan el sueño, como:

  • Despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
  • Estar activo durante el día.
  • Evitar el tiempo frente a la pantalla al menos dos horas antes de acostarse
  • Realizar actividades relajantes antes de acostarse, como bañarse, leer un cuento o escuchar música relajante.
  • Comer un refrigerio pequeño y saludable antes de acostarse

Cuando se trata de ayudar a su hijo a conciliar el sueño, unos simples cambios pueden ser de gran ayuda. Si descubre que el sueño de su hijo no mejora o si tiene otros problemas para dormir, como ronquidos, debe ser evaluado por un especialista en sueño..

Referencias:

Cortesi, Flavia et al. Sueño en niños con trastorno del espectro autista. Medicina del sueño.

Volumen 11, Número 7, agosto de 2010, páginas 659-664

Magistris, LD et al. Anticuerpos contra antígenos alimentarios en pacientes con trastornos del espectro autista Investigación BioMed Internacional. Volumen 2013, artículo ID 729349. http://dx.doi.org/10.1155/2013/729349

Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa. Bebidas energizantes. 26 de julio de 2018. https://nccih.nih.gov/health/energy-drinks

Grandner, Michael A. y cols. Síntomas del sueño asociados con la ingesta de nutrientes dietéticos específicos. Revista de investigación del sueño. Volumen 23, Número 1, páginas 22-34. Febrero 2014

Howatson, G. y col. Efecto del jugo de cereza ácida (Prunus cerasus) sobre los niveles de melatonina y la mejora de la calidad del sueño. Revista europea de nutrición. Diciembre de 2012; 51(8):909-16. doi: 10.1007/s00394-011-0263-7. Publicación electrónica del 30 de octubre de 2011.

Este artículo apareció en el número 91: Excelentes estrategias para el regreso a clases